La lista de Mazón diluye las familias y busca asegurar cargos que no alcancen otras instituciones

VALÈNCIA. "Aquí ya no hay familias". La afirmación no es nueva dentro de un PPCV con las corrientes puras bastante diluidas en comparación con lo que sucedía años atrás. Cristianos, liberales, ala conservadora... normalmente, la confección de las listas electorales ha traído consigo un tradicional reparto de cuotas basado en la influencia para mantener el equilibrio interno que, con el paso del tiempo, ha pasado a ser menor. Aunque es obvio que quedan cargos de la formación procedentes de las denominadas "familias", la candidatura autonómica ha dejado de ser un reflejo estricto de ellas. 

El presidente de los populares valencianos, Carlos Mazón, todavía mantuvo ciertos guiños en este sentido en la conformación de su dirección regional en 2021, cuando fue proclamado líder. Pero la lista a Les Corts para el próximo 28M parece basada en otros criterios según se analiza dentro del propio PPCV. Desde la intención de Mazón de apuntalarse en Alicante a las clásicas negociaciones con otros dirigentes, especialmente en Valencia con la secretaria general del partido, María José Catalá. Pero no sólo. También aparece la mano del presidente provincial, Vicente Mompó, de Génova y de la anterior dirección nacional comandada por Pablo Casado y Teodoro García Egea. Destaca, igualmente, la presencia de muchos candidatos municipales, excargos de Ciudadanos y perfiles que, de ganar la Generalitat, pasarían al Gobierno autonómico. Los referentes del zaplanismo con los que sí se contó en la ejecutiva parece que han sido evitados. 

En Alicante, cuya lista por esta circunscripción encabeza el propio Mazón, es donde más personas de confianza ha situado. Algo que no se repite ni en Valencia ni en Castellón. Aparte de que es el lugar del que procede y en el que preside la Diputación, a juicio de fuentes del PPCV es donde se quiere fortificar tal vez por lo que pudiera ocurrir si no lograra la Generalitat. Nombres como María Gómez, Juan Francisco Pérez Llorca, Lucía Peral, José Antonio Rovira o Eduardo Dolón, entre otros, son de su entera confianza. Goméz, Pérez Llorca y Dolón son, además, los alcaldes de Almoradí, Finestrat y Torrevieja respectivamente. 

Por Alicante ha mantenido, del mismo modo, a diputados autonómicos de esta última legislatura que ocuparon lugares destacados en la lista de la anterior líder del PPCV, Isabel Bonig. Es el caso de Eva Ortiz, quien fuera su número dos; José Juan Zaplana y Nando Pastor. Estos dos últimos se encuentran en puestos relativamente sufridores (12 y 13), aunque es probable que saquen escaño si se cumplen las encuestas. 

En esta circunscripción se ha producido igualmente uno de los dos fichajes de Ciudadanos que han generado descontento en las filas populares. Se trata de Julia Parra, la que fuera vicepresidenta de la Diputación de Alicante con los naranjas que dejó el partido el pasado marzo. Ahora va de número seis.

En esta lista resulta llamativo para muchos que no figure nadie cercano a Luis Barcala, alcalde de Alicante, y que tampoco se haya sumado a Toni Pérez, el presidente del PP en la provincia y alcalde de Benidorm, debido a que en Valencia y Castellón sí se han incorporado a los líderes provinciales. A Pérez las encuestas le vaticinan muy buen resultado en su municipio y, por lo tanto, fortaleza a nivel interno. Por lo que la lectura que fuentes populares hacen es que él no necesita blindarse en la lista autonómica a diferencia de otros dirigentes. Es decir, que la interpretación es que perfiles locales que van en la candidatura a Les Corts, especialmente de Valencia y Castellón, realmente han sido incluidos por Mazón ante las dudas de que puedan lograr alcaldías o diputaciones. 

Sería el caso de Vicente Mompó y de Marta Barrachina -presidentes de la formación en estas dos provincias- Eso sí, en lo que se refiere a la castellonense, la duda se centraría en alcanzar la Diputación, feudo a recuperar ya con la vara de mando en de Vall d'Alba. Destacado en la misma línea es el caso de Salomé Pradas y Susana Fabregat, quienes figuran tanto en la candidatura autonómica como en la del Ayuntamiento de Castelló. Todos estos lugares no está fácil que el PP los gane. 

El mensaje oficial del partido, lógicamente, no es este, sino que aseguran que esas elecciones de nombres forman parte de la estrategia de arrastre del voto municipal dado que las elecciones autonómicas se celebran junto a las locales. Una de las opciones que se manejan es que Mompó y Barrachina no recojan el acta si ganaran las Diputaciones. Si no fuera así, está por ver qué ocurriría. 

La influencia de Catalá

Pero si una lista ha sido especialmente escrutada es la de Valencia por el mix que hay en ella. María José Catalá, candidata a la alcaldía de la capital, irá de uno, como ya trascendió en su momento. Y, a su vez, cuenta con varias personas consideradas afines a ella en puestos de salida. Se trata de la parlamentaria Elena Bastidas –antes muy cercana a Bonig–, de la concejal en Torrent Dolores Roch –alineada con Catalá y de la corriente contraria a Amparo Folgado, alcaldable de la ciudad–, de la candidata en Benetússer Laura Chulià, de Mar Garcerán –aunque en un lugar, el 20, mucho más complicado de que salga– y, según a quién se pregunte, de la alcaldable en Xirivella, Paqui Bartual. Una muestra de las piezas que va colocando y con las que refuerza su poder en la provincia. 

Por Valencia irá de dos Vicente Mompó, quien cuenta como afín en la lista autonómica con Ernesto Fernández Pardo, de Camporrobles –y el cual ya fue incluido en la dirección regional–. Pablo Broseta, de tres, como fichaje estrella independiente por parte de Mazón, o Ruth Merino, exportavoz de Ciudadanos en Les Corts, de siete, son otros de los componentes más destacados de la candidatura.  

De cinco figura Víctor Soler, a quien Mazón y Catalá han repescado como compensación tras apartarlo de alcaldable en Gandia para situar al exconseller Juan Carlos Moragues. Un movimiento que siempre se atribuyó a la segunda. 

Si hay dos presencias que han despertado comentarios entre los populares son la de Magdalena María González la Red y la de Vicente Betoret. La primera es la mujer de David Serra, exdiputado autonómico y exvicesecretario del PPCV en la etapa de Francisco Camps. Serra se encuentra a la espera del resultado del juicio del caso Gürtel relativo a los contratos menores de la trama con la administración valenciana. Hace pocas semanas declaró como acusado y se le pudo ver en la conferencia pronunciada por Camps antes de que comenzaran las sesiones. Según fuentes del partido, Serra mantiene buena relación con cargos actuales de Génova y con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. 

En cuanto a Betoret, todas las interpretaciones apuntan a que la voluntad de la dirección nacional es que no continúe en el Congreso, pero su exclusión de las listas habría generado enfrentamientos, por lo que se le ha incorporado a la autonómica como una manera de rescatarlo la próxima legislatura. De acuerdo con fuentes populares, la petición de incluirlo también habría sido trasladada directamente a Mazón por parte del que fuera número dos del PP nacional, Teodoro García Egea.  

Dos de los parlamentarios que continuarán serán Alfredo Castelló, Felipe Carrasco y Verónica Marcos –ella, sí, de las pocas consideradas realmente afines a Mazón–. Estos dos últimos se encuentran en puestos más sufridores. Les sigue Mari Carmen García Contelles, quien fuera portavoz del PP en la Diputación y persona de total confianza de Isabel Bonig. 

En el caso de Castellón, encabeza la lista el expresidente de la Generalitat Alberto Fabra. Miguel Barachina, Rubén Ibáñez y Beatriz Gascó son tres de los diputados que repetirían. En puesto más complicado (el once) salvo que haya renuncias a las actas aparece Jesús Lecha, portavoz en Morella y quien fuera jefe de Gabinete del expresidente Fabra.