Los constructores piden al Fadrell que suba un 35% el presupuesto de la cruz para que sea rentable

CASTELLÓ. Los constructores de Castelló achacan el desinterés de las empresas por la retirada de la cruz de Ribalta, al incremento de los precios de las materias primas como consecuencia de la guerra de Ucrania. En el sector no sorprende que el segundo concurso público haya quedado desierto, ya que el Ayuntamiento de Castelló repite el presupuesto de licitación respecto al primer contrato (71.286 euros), cuyo pliego se publicó en la plataforma de contratación del Estado el 11 de marzo de este año. Por aquel entonces, los efectos del conflicto bélico, iniciado a finales de febrero, todavía no se habían reflejado en las tarifas.

Según el secretario de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Castellón (Apecc), Carlos Gomis, el Acord de Fadrell debería "aumentar en un 35%" el valor estimado del expediente. Esto significa elevar el presupuesto hasta los 100.000 euros (en concreto, 96.236,1 euros). "Aquí hay una cuestión clara y es la rentabilidad. Si las empresas ven que con el dinero que se ofrece no se puede trabajar, no se van a presentar, como ha ocurrido, más allá de la cuestión polémica de la obra", explica Gomis. 

"Este año se han encarecido mucho las materias primas y lo que buscan los empresarios es la rentabilidad. Entendemos que lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es subir la cuantía asignada, porque no se puede trabajar con los precios de antes. Eso lo deben tener claro todas las administraciones públicas", insiste el secretario de Apecc.

El problema del procedimiento negociado

Gomis cree que la alternativa más factible para reactivar la retirada de la cruz pasa por sacar un tercer concurso público, pero con una propuesta económica atractiva para los posibles postulantes. La otra posibilidad que maneja el equipo de gobierno, de acuerdo con el artículo 168 de la ley de Contratos del Sector Público (LCSP), el denominado procedimiento negociado sin publicidad (una adjudicación directa), resulta un tanto restrictiva, toda vez que impide aumentar el valor estimado de la actuación. El apartado a) punto 1 indica que "[...] siempre que las condiciones iniciales del contrato no se modifiquen sustancialmente, sin que en ningún caso se pueda incrementar el presupuesto base de licitación ni modificar el sistema de retribución".

Casi una semana después de que se constatara la falta de licitadores, el Fadrell sigue trabajando con los técnicos municipales para encontrar una solución viable que permita retirar el monumento del parque Ribalta. A pesar de la concatenación de contratiempos, se mantiene la hoja de ruta a propósito de eliminar el lábaro antes de concluir la legislatura, en cumplimiento de la ley de Memoria Democrática.

Cuatro fases en seis semanas

El proyecto para retirar la cruz y restituir el jardín original de 1926 tiene un plazo de ejecución de seis semanas. Los trabajos se organizan en cuatro fases. La primera corresponde al alzado y posterior traslado de la estructura al nuevo emplazamiento, en la explanada de la parroquia Santo Tomas de Villanueva. La segunda se centra en los movimientos de tierra para construir nuevos andenes y macizos con tierra vegetal. La tercera obedece a la albañilería y la cuarta, al desarrollo de la jardinería.

Respecto a esta última fase, se trata de recuperar un espacio con especies de las que se tiene constancia en el pasado, pero que desaparecieron a lo largo de los años. Por ejemplo, cedros (Cedrus deodara), cedros japoneses (Cryptomeria japonica) o pinos canarios (Pinus canariensis). Otras variedades incluidas en la memoria son laureles cerezo (Prunus laurocerasus), tejos comunes (Taxus baccata) y geranios de California (Senecio petasitis).