CASTELLÓ. Los feriantes muestran su inquietud ante el "silencio" de la Conselleria de Sanidad respecto a la autorización para montar atracciones en Castelló del 16 de octubre al 29 de noviembre. A pesar de haber transcurrido un mes desde la presentación de la solicitud, acompañada por el preceptivo protocolo covid, la falta de respuesta empieza a generar cierto "nerviosismo" entre los profesionales del sector, que en circunstancias normales estarían armando sus infraestructuras estos días con el propósito de abrir el próximo viernes por la tarde.
Sin embargo, el desasosiego comienza a cundir por la ausencia de novedades, lo que motiva que algunos autónomos planteen la posibilidad de realizar acciones de protesta en el caso de que al final la Generalitat rechace su petición, formalizada telemáticamente a mediados de septiembre. El escrito recoge un amplio informe con medidas para garantizar la seguridad de los usuarios. Desde la colocación de hidrogeles y desinfectantes en las distintas casetas hasta la señalización en horizontal y vertical en todo el recinto reiterando la obligatoriedad del uso de la mascarilla, así como del cumplimiento de la distancia social.
El presidente de la Asociación de Feriantes, Antonio García, recuerda que el colectivo acumula un mínimo de medio año de inactividad por la pandemia. Muchos, incluso, "llevamos 9 meses parados y necesitamos que se nos dé algún tipo de solución", precisa. En este sentido, el Ayuntamiento de la capital de la Plana mantiene su apoyo al colectivo, pero siempre sujeto a que Sanidad otorgue la licencia para instalar la feria.
La intranquilidad entre los profesionales todavía es mayor considerando que la propia Conselleria, para confirmar la recepción de la petición, contestó con un mensaje por mensajería instantánea puntualizando que la resolución "será comunicada a partir del 29 de septiembre". Casi dos semanas después el mutismo hace temer los peores presagios.
Hasta la irrupción del coronavirus, los feriantes solían instalar entre 70 y 80 atracciones en el recinto del PAU Gumbau durante las fechas más señaladas cada año. Además de la noria, el tren de la bruja o tiovivos, no faltaban las tómbolas, autos de choque, el pasaje del terror y la rana saltarina, entre otros. Desde la suspensión de las fiestas de la Magdalena en marzo, el sector ha tratado sin éxito de recuperar su actividad, siendo uno de los gremios más castigados por la covid-19.
Las distintas asociaciones vienen denunciando su total desprotección ante la falta de ayudas desde las administraciones públicas. Los comunicados acerca de su desamparo se suceden en los últimos meses, advirtiendo del enorme impacto económico que supone la paralización actual, con importantes pérdidas debido a las inversiones realizadas en recursos materiales y humanos con vistas a afrontar la nueva temporada.
No en vano, muchos autónomos se han visto obligados a cambiar de profesión para hacer frente a sus gastos, a la espera de que la situación comience a mejorar de manera progresiva. Al respecto, los feriantes conservan un hilo de esperanza a propósito de montar finalmente sus atracciones en Castelló. La decisión definitiva de Sanidad dependerá de la evolución epidemiológica.