CASTELLÓ. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales protagonizaba este lunes una declaración institucional para disculparse por besar a la internacional 'Jenni' Hermoso en el transcurso de la ceremonia de entrega de medallas a las campeonas del mundo.
"Seguramente me he equivocado, lo tengo que reconocer. Fue sin mala fe en un momento de máxima efusividad. Aquí lo veíamos natural, pero fuera se ha formado un revuelo. Tengo que disculparme, aprender de esto y entender que cuando uno es presidente tiene que tener más cuidado", manifestaba el máximo mandatario sobre unos hechos que ha provocado no solo una gran ola de indignación, es que se ha pedido con insistencia desde el Gobierno su dimisión.
De la sorpresa a la indignación. Así ha evolucionado la opinión púbica desde que el domingo viera por televisión como Rubiales besaba efusivamente a la futbolista. Las dudas sobre si lo ocurrido era una muestra de amor aceptada en el marco de una relación de pareja cuya existencia no había trascendido tardaron muy poco en disiparse, al manifestar Hermoso en un vídeo en las redes sociales su disconformidad con lo ocurrido: "No me ha gustado", decía a sus seguidores. A continuación, Rubiales no solo desperdició la oportunidad de disculparse, es que salpicó su explicación de descalificaciones hacia los no pocos que ya le afeaban su conducta ("Idiotas hay en todas partes, no podemos hacer caso a las idioteces", manifestaba en los micrófonos de Radio Marca, por ejemplo) y aunque la RFEF (sirviéndose de la agencia Efe) trató de que las cosas volvieran a su cauce presentando lo sucedido como una espontánea muestra de cariño, para ese momento la ola de indignación era ya imparable, con múltiples exigencias de dimisión como espuma.
Las ministras en funciones de Igualdad y de Derechos Sociales y Agenda 2023, Irene Montero e Ione Belarra, se referían a lo ocurrido como violencia sexual. "No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo 'que pasa'. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí", manifestaba Montero sirviéndose de las redes sociales, la plataforma en la que Belarra escribía lo siguiente: "Lo que todas pensamos, si hacen eso con toda España mirando, qué no harán en privado. La violencia sexual contra las mujeres tiene que terminar", señalaba.
Fueron mensajes de los que se hizo eco, por ejemplo, la delegada contra la Violencia de género en funciones, Victoria Rosell, quien habló de "conducta delictiva si la afectada decidiera denunciar" y reclamó la dimisión de Rubiales o que sea cesado.
La portavoz parlamentaria de Sumar, Marta Lois, también criticó la actitud de Rubiales, pidiendo su dimisión. "Este tipo de comportamiento sexista hacia la jugadora española Jennifer Hermoso es intolerable. El señor Rubiales debería dimitir. Una vergüenza", escribió en redes sociales, un mensaje compartido a su vez por la secretaria general de la formación y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz.
Por su parte, el ministro de Cultura y Deporte en funciones, Miquel Iceta, instaba a Rubiales a "dar explicaciones y pedir excusas": "Me parece inaceptable y ayer fue un acontecimiento deportivo, pero también vivimos un momento de igualdad, de derechos y de respeto hacia las mujeres. Hemos de ser especialmente cuidadosos en nuestras actitudes y nuestras acciones. Probablemente cuando él vea las imágenes se dará cuenta de algo que quizá en el momento no tuvo presente", ha concluido", decía Radio Nacional de España en unas declaraciones recogidas por Europa Press".
Y la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, calificaba como "absolutamente rechazable" lo sucedido, al tiempo que se mostraba "plenamente solidaria con lo que diga" la jugadora sobre "cuál fue la situación" y "cómo se sintió".
Con su declaración institucional, Rubiales trata de atajar una polémica no solo generada por él, también alimentada en primera instancia.