la ilustradora trabaja a escala entre ambas ciudades

Vane Julian, haciendo arte social desde Mánchester y para Castellón

20/05/2019 - 

CASTELLÓ. Lo típico que te vas a una ciudad inglesa con el principal propósito de aprender de una vez por todas el idioma. Uno, quizá dos años, y listo. Pero, cuidado que a veces estas te atrapan y no de te dejan marchar. Como ejemplo práctico tenemos en dicho artículo la experiencia de Vane Julian, quien pese al lluvioso y friolero tiempo de Mánchester, ha pasado aquí sus últimos nueve años. Al final, la ciudad transeúnte terminó por convertirse en el hogar donde desarrollar y consolidar su carrera profesional como artista visual y, paralelamente, como docente. No obstante, durante todo este tiempo la castellonense ha continuado manteniendo contacto con proyectos locales y otros tantos nacionales. Su espíritu viajero le ha llevado, en efecto, hasta Nepal. Así que aprovechamos su "vuelta a casa", por unos cuantos meses, para desarrollar su apasionada obra visual. 

Hacer arte en hospitales: ¿Posible en España?

Vane Julian empezó a darse cuenta de las posibilidades que le prestaba Reino Unido cuando se enteró de que hasta los hospitales públicos hacían open calls (llamadas a proyecto) destinadas a artistas visuales. En su caso tuvo la gran oportunidad de realizar el diseño, fabricación e instalación de una serie de trabajos infográficos que se utilizaron en El Centro Walton, uno de los hospitales neurológicos más importantes de Inglaterra, situado en Liverpool. Junto a Andrea Pazos (también artista española), dieron vida a un conjunto de ilustraciones que, mediante la técnica del collage o la pintura digital, terminaron copando hasta dos pasillos enteros de la área de neurología y desarrollo. Un trabajo de colaboración, además, entre estas y médicos especializados que les explicaron las peculiaridades de cada enfermedad. "Fue muy enriquecedor porque nosotras mismas aprendimos mucho", resalta Julian. Y es que las artistas se inspiraron además en los libros del neurólogo británico Oliver Sacks.


Ahora, bien, aunque las comparaciones son odiosas, es fácil preguntarse ante una obra social como esta, si el mismo trabajo podría funcionar en España y desde lo público. "Seguramente no lo hubiera podido hacer aquí porque hay una carencia artística de cara a los hospitales. Hablamos de invertir arte como terapia dentro de los centros médicos. Y es que al final lo que nos rodea tiene mucho que ver con cómo nos sentimos. A nadie le gusta estar en un lugar que no proporciona estabilidad o que no te mantiene tranquilo y si estás en la sala de espera de un hospital, este malestar se incrementa", explica la artista que obviamente se muestra abierta a repetir este tipo de trabajo en algún centro de salud local (lanzamos la propuesta). 

Bolimini: su nexo de unión con Castelló

A pesar de ello, es cierto que la escena estatal tampoco se resiste a entremezclar el arte con la salud o la educación. Haría falta más, posiblemente, pero aún así habitan propuestas tan atractivas como la de Bolimini, una escuela de verano de Castelló que basa sus actividades en cuatro disciplinas artísticas: danza (Angela Peris), música (Lila Pascual), teatro (Laia Porcar) y arte plástico (Vane Julian). Gracias al trabajo de estas cuatro mujeres, los pequeños pueden experimentar con su propio cuerpo, explorar la conexión mente-cuerpo y desarrollar su creatividad. "Siempre he estado involucrada con trabajos sociales porque, además, confío en que la educación es el mecanismo idóneo para hacer que nuestra sociedad crezca sin prejuicios y aprendiendo a ser comprometida", explica la artista visual. 

Igualmente, lo más aplaudido de este proyecto son sus talleres que exportar a otros países del mundo, como fue el caso de Nepal, donde Lila Pascual y Vane Julian estuvieron aproximadamente cuatro meses, de la mano de la fundación solidaria TAI (Treballs d´Ajuda a l'infancia), organización establecida en Puçol-Valencia. "Estuvimos en una aldea pequeña del país asiático y fue muy satisfactorio enseñar a los niños, pero sobre todo ayudar a esas mujeres que siempre viven en un segundo plano. Muchas de ellas no tienen derecho a la educación, porque se quedan haciendo las tareas del hogar, por eso quisimos potenciar sus habilidades", explica Julian. Las artistas intervinieron además la escuela primaria de Baghar con un enorme mural que ayudó a revitalizar el entorno de los pequeños.

El estilo humano (y vivo) de Vane Julian

Vane Julian es licenciada en Bellas Artes, tiene un máster en Animación e Ilustración y es Diplomada en educación. También es extremadamente viajera y como venimos diciendo, no entiende el arte sin ese toque humano que siempre acompaña cada uno de sus trabajos. Así, además de los ya mencionados, en su book destacan los dibujos que la artista hizo para La princesa que no quería ser rescatada, un libro didáctico ilustrado y para niños centrado en la prevención de la violencia de género. O el diseño de portada de revista para un festival de poesía en UK que trataba de celebrar con sus escritos la multiculturalidad y la existencia de diferentes idiomas. 

En cada uno de estos trabajos, la castellonense ha dejado su impronta. Un estilo que aunque considera como propio, reconoce que está sujeto a los cambios que haga falta. "Tu estilo siempre depende del lugar en el que vives, por eso va cambiando, porque le influyen los estímulos que vas recibiendo", explica. Así pues, entre tanto encargo, Vane Julian encuentra tiempo para desarrollar su propia obra que espera poder mostrar en un futuro a través de exposiciones. Aunque, como pronto, está preparando un libro ilustrado junto a otra escritora local. "Los proyectos personales no deben faltar nunca porque además de ser tu profesión, esto es una pasión". 

¿Fin del sueño, con el Brexit? 

"Estoy como volviendo a conocer Castelló", confiesa Vane Julian, que ha regresado a la Plana básicamente por cuestiones personales. Los mismos que le podrían atrapar de vuelta a su ciudad. Además, la salida del Reino Unido de la Unión Europea facilitaría todavía más las cosas, si bien, la artista confiesa que la situación -al menos- en Mánchester se vive con total lejanía. "Parece que todo está en un limbo. Desde luego que a la hora de encontrar trabajo no hay discriminación. Pero es verdad que como persona inmigrante te cuestionas continuamente qué va a pasar y qué vas a hacer, porque no sabes si toda esta situación te compensa tanto. Estamos pues todos como esperando a ver cuál será la regla final, aunque muchos están ya sacándose la nacionalidad." 

En su caso, la castellonense no tiene pensado de momento hacer ningún tipo de papeleo. Confiesa además, encontrarse realmente a gusto en la ciudad, en la cual la cultura parece que "se mueve cada día un poquito más rápido".  "Ver que algo bueno va a pasar y que todo está cambiando, te incita todavía más a quedarte e instalarte aquí", asegura. Qué importará entonces dónde te encuentres, si el 'qué' se puede desarrollar en cualquier parte. "Sea como sea, siempre continuaré haciendo proyectos en otros países", reitera Vane Julian. 

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