CASTELLÓ. Puede que sea la última vez que 1ª Komunión pise un escenario como banda, aunque desde que se disolvieron en 1992 no han sido pocas las veces que se han reencontrado. En 2008 volvieron a juntarse dando pie a la edición del disco recopilatorio Resurrekcion, tres años después reaparecieron con la publicación de Konfirmación y poco antes de la pandemia dieron un concierto para ayudar al viñetista de El Jueves Carlos Azagra en el crowdfunding de su primer cortometraje.
No importa, sin embargo, las veces que se hayan reencontrado, pues la de este domingo será posiblemente la vuelta más especial de todas. Patricio Tomás, Luis Solaz y Jesús Gallardo 'El Madri' actúan en l'Alcora para despedir a su vocalista, Antonio Díaz 'Bicicleta', quien falleció hace unos meses. Será a las cinco y media de la tarde, y con la compañía de Ferrán Gallardo, cuando vuelvan a reunirse para rendirle homenaje. Un directo donde interpretarán una veintena de canciones y en el que recibirán además el Premio Ultrasons 2022. El festival, organizador del encuentro, ha decidido otorgarles un galardón por su extensa trayectoria.
No recuerda Jesús Gallardo 'El Madri' por qué de entre tantos nombres él y su banda decidieron llamarse 1ª Komunión. Cuando decidieron juntarse en los años 80, lo que nació de aquel encuentro fue más bien un grupo protesta y muy punk. "Nadie seguía una vida religiosa, pero todos íbamos a estudiar a los Hermanos de la Salle. Supongo que estábamos traumatizados y era un acto de rebelión ante ese ambiente religioso y franquista", cree ahora el batería.
Como fuera, 1ª Komunión empezó a tocar en un momento en el que en este país se escuchaba a Los Secretos, Nacha Pop, Polanski, Alaska y la Polla Records. "Todo lo que veíamos en el programa La edad de oro, de Paloma Chamorro, lo filtrábamos. A nivel local aparecieron algunos grupos, pero buscaban pasarlo bien más que otra cosa y nosotros queríamos ofrecer algo más serio. Teníamos muchas inquietudes", expone Gallardo.
La banda de l'Alcora se convirtió en poco tiempo en una de las principales referencias del rock castellonense. A finales de los 80 grabaron su primera maqueta, que titularon 'Tour 89' y ese mismo año participaron en el Concurso de Rock que convocaba anualmente el Institut Valencià de la Joventut. Un certamen que ganaron y que les permitió grabar un disco sencillo y participar en el programa Llum d'estiu de Televisión Española. Uno los escaparates más potentes de la época. Tras ello, les siguió el LP Same y varios recopilatorios donde compartieron portada con los grupos The Joke, Tom Bombadil, Carmina Burana, Doctor Divago o Amor sucio.
Cuatro años intensos de conciertos que cesaron con su disolución en 1992. La necesidad de encontrar un trabajo con un salario mejor fue la principal causa de su abandono. "Era difícil escapar de una sociedad trabajadora como la alcorina, con pocas luces hacia el exterior y abocada a trabajar en una fábrica. La gente no terminaba sus estudios para empezar a trabajar pronto y ganar dinero. Pero, además, no había modelos musicales cercanos. La creación requiere de mucho esfuerzo y nadie te da dinero para empezar a crear. O tenías un trabajo fijo al mes o debías arriesgarte. Fue culpa mía, porque yo quería seguir. Hay otros grupos de la época como El Último ke Zierre que hoy siguen viviendo de la música. En esta vida hay que saber escoger tus cromos, porque los que la sociedad te impone son los de tener pareja, trabajo, un piso y un matrimonio. Es lo que se denomina el "español de bien". Los músicos quedamos fuera", considera Jesús Gallardo, que en su caso sí continúa vinculado a día de hoy a la música. "Me ha costado, porque el ambiente cerámico era muy fuerte, pero desde entonces sigo viviendo de la música".
Jesús Gallardo que toca ahora en una banda de jazz, Yei Yi & Co, y es gestor de la escuela de música Mondo Rítmic en Castelló, no ve aún así que el presente sea mucho mejor. "No ha cambiado nada. Si dedicas nuestros viejos temas a Putin están bien dedicados. En la canción 'Apocalipsis I' puedes estar escuchando los bombardeos de Kiev. Todas nuestras canciones, quitando las psicodélicas, tienen un sentido actual, no son para nada anacrónicas. Hay alguna referencia a la época, pero son bastante atemporales. Es duro levantarse por la mañana y ver que todo está igual", exclama el músico.
En el terreno musical, el batería de 1ª Komunión echa en falta mayor interés por crear. "Tenemos un colectivo en Castelló de improvisación musical que toca en el Museu de Belles Arts y no le importa a nadie, cuando lo más underground y artístico que hay hoy en día es la música improvisada. Primero, porque te la juegas, no puedes sonar como ayer; y segundo porque no es nada mercantilista, no la creas para vender. Es lo más arriesgado que se está haciendo y lo hacen músicos de más de cincuenta años".
"Recuerdo mis inicios como los de ahora. Hay la misma proporción de gente preocupada por hacer realmente música. Muy poca. Existe un movimiento brutal, pero realmente pocos siguen el espíritu de crear algo propio". Opina el músico que "la creación está devaluada" y las instituciones "no ayudan a fomentarla". Aun así, preguntado por algunas referencias actuales que destaquen, el alcorino cita los trabajos de Za! y Big Menu.
También, como decía el mismo antes, se puede recurrir a aquellas letras de los noventa que nos reconectan con los problemas de hoy. Es 'Quería el mundo cambiar' de J. Morcillo el tema que cierra su disco Konfirmación.