CASTELLÓ. El cine y la televisión llevan mucho tiempo conviviendo con la digitalización, pero ¿por qué no lo hacen de la misma manera la música y las artes escénicas? Son muchas las compañías y artistas que se vieron obligadas a subir sus contenidos a las redes sociales o a canales como YouTube durante el confinamiento. Un remedio al que muchos profesionales se vieron forzados para mantener activa la actividad de teatros, festivales o la suya propia, pese a no estar convencidos de que esta herramienta fuera la más útil. Desde StageIn están de acuerdo, "no hay nada más aburrido que ver teatro por televisión". Pero, el objetivo de esta plataforma online no es utilizar Internet para volcar contenido sin discriminar y sin importar el modo en que se grabe. El objetivo es trasladar los conciertos y representaciones al lenguaje digital.
"Además de una plataforma somos una productora audiovisual que graba y edita contenidos adaptados a un lenguaje cinematográfico. Se graba sin público, en plano contraplano y con cámaras integradas dentro del espectáculo. Para hacerlo posible pierdes una jornada completa, pero esto evita que el usuario piense que el contenido que le ofreces es un tostón", asegura a Castellón Plaza, Jerónimo Cornelles, director artístico de Russafa Escènica. Según cuenta el mismo dramaturgo, la idea de crear StageIn surgió precisamente de la necesidad de cubrir el festival valenciano frente a cualquier circunstancia. "Pensamos en grabarlo todo para subirlo a una plataforma y no arriesgarnos, pero nos dimos cuenta de que es una magnífica idea que no existe". Así que de la mano de Didac Domènech, director de producción de Russafa Escènica; Silvia Sarasúa, organizadora del feCStival de Castelló, y del estudio de marketing digital Nectar Estudio, se puso manos a la obra para dar forma a esta especie de "Netflix" de la música y las artes escénicas.
StageIn ofrece la posibilidad de que tanto salas como teatros, festivales, centros culturales, ayuntamientos o compañías compartan y suban sus creaciones en la red, decidiendo además si este contenido se podrá visualizar de manera gratuita o a través de un alquiler disponible durante 24/48 horas, con precios a partir de 0,99 euros. Además, los alquileres se trasladarán en ingresos para los creadores, ya que solo el 30% restante irá destinado a sufragar los gastos de la plataforma. "Estamos sedientos de tener contenido, no con el objetivo de ganar dinero, sino para tener muchas creaciones de mucha calidad que ofrecer", expone Cornelles, quien apunta que otra de las opciones que ofrecen a las compañías es la creación de un canal donde se recopile todos los contenidos ordenados por ediciones, año de estreno o temporadas. "Esto puede servir para que, por ejemplo, desde Francia conozcan su trabajo", apunta.
En cuanto a la experiencia del usuario, la plataforma también se quiere asegurar de que los contenidos sean inclusivos y multilingües. Por eso, todas las obras podrán subtitularse en castellano, inglés o valenciano y, además, la gran mayoría también podrá hacerlo con audiodescripciones para personas ciegas o con discapacidad visual. "Al final la covid-19 ha sido la detonante de que creemos este proyecto, pero tiene sentido que continue en el tiempo para acercar las artes escénicas a quienes viven en un lugar donde no hay teatro, también porque hay municipios rurales a los que no llegan ciertas obras o porque muchos consumidores tienen problemas de movilidad o poca disponibilidad por el trabajo".
StageIn estará disponible, previsiblemente, a partir del 5 de octubre y empezará a emitir con las representaciones grabadas del festival Russafa Escènica, que se está desarrollando ahora mismo en València. También se irán emitiendo -progresivamente hasta diciembre- los conciertos de Sole Giménez, Seguridad Social o Kiko Veneno, este último disponible gratuitamente en la plataforma durante todo un mes.
Con todo, el proyecto, que todavía está en una fase muy embrionaria, espera ir incorporando mejoras con el tiempo. Así, no será hasta 2021 que puedan visualizarse, por ejemplo, los contenido en una Smart TV. "Estamos hablando de que queremos ser un HBO o un Netflix, no una página que sube contenido grabado. Es mucho dinero y aunque estamos metidos en muchísimas ayudas de digitalización o de herramientas de inclusión, no será hasta de aquí dos o tres años que empecemos a funcionar bien", explica Cornelles a este diario. Al fin y al cabo la razón de ser de este proyecto es conseguir la convivencia entre formatos. "Competir contra la experiencia presencial es absurdo. Para lo que sirve la plataforma es para mostrar las artes de otra manera. Que lo digital vaya de la mano de lo presencial y así establecer experiencias compatibles como sí hace el cine".