CASTELLÓ. "Nunca se había visto lo que sucede en la actual campaña citrícola en Castellón", advierten desde el sector. La producción local afronta la segunda parte de la recolección con un desplome de precios y una ralentización en la cosecha. ¿Por qué? Por la presión de la producción de terceros países que compiten con precios muchos más baratos, coinciden diversas fuentes citrícolas.
Desde la actividad citrícola alertan que el precio en origen en Castellón se ha desplomado entre un 20 y un 30 % respecto al año pasado. Especialmente se están viendo afectadas las variedades de clemenvilla y hernandina.
El último boletín de la Conselleria de Agricultura, referente a la última semana de enero, menciona que la caída de la demanda en Europa, la prolongación de la campaña de clemenules y el bloqueo de camiones en Francia "han afectado a los pequeños cítricos", reduciendo las cotizaciones de estas variedades. Indica una rebaja de un 11 % del precio en origen en clementinas y de un 20 % en otras mandaraninas
El informe señala que el consumidor europeo está apostando más por las naranjas (cítricos grandes) frente a las mandarinas.
Las organizaciones agrarias achacan los problemas a la competencia desleal de otros países que compiten en otras condiciones, como Egipto y Turquía, que han irrumpido con fuerza en el mercado español y europeo jugando con los costes inferiores de la fruta y la menor producción local.
"De ir bien la primera parte de la campaña con buenos precios, ahora en la segunda fase hemos visto una reducción del precio en origen, justo cuando han irrumpido productos de Turquía y Egipto", ha explicado el secretario general de la Unió Llauradora, que también ha alertado que hay dificultades en acceder al mercado.
Ha afirmado que hay variedades como la clemenvilla que solo se vende a 0,27 euros el kilo "cuando en otras temporadas eran más elevados", y ha incidido en el impacto de las importaciones turcas y egipcias. "Hay mandarinas turcas que se venden a unos precios que para nosotros son inasumibles", agrega.
A ello se añade la disminución del aforo, que se prevé en un 15 % por diferentes cuestiones vinculadas al cambio climático, como la sequía, las altas temperaturas y el pedrisco.
Desde las cooperativas apuntan que en el aumentó de las llegadas de Turquía también ha incidido la guerra del mar Rojo, ya que, según esgrimen, el producto que antes enviaban a Asia ahora se traslada a Europa vía Alemania ante el cierre del canal de Suez.
Justo este miércoles, la Unió Llauradora ha organizado una concentración en los accesos al puerto para denunciar la competencia desleal y reclamar la retirada de las bonificaciones que aplican los puertos a las importaciones como las de Egipto.