El Villarreal sella su pase con sufrimiento por culpa de la persistente fragilidad defensiva

VILA-REAL. Tres de tres y clasificados. El Villarreal de Marcelino venció al Panathinaikos este jueves en La Cerámica (3-2) y selló así su billete para la próxima ronda de la Europa League. Tras ganar al Zamora y a Osasuna, este tercer triunfo en una semana da continuidad a la ola de optimismo despertada desde la llegada del entrenador asturiano. Sin embargo, lo que parecía iba a ser una victoria cómoda con 3-0 en el luminoso terminó en sufrimiento para cerrar el partido por culpa de una fragilidad defensiva que persiste en el equipo de la Plana Baixa. 

Álex Baena y Santi Comesaña fueron los encargados de marcar en un muy buen primer tiempo del equipo, que con Albiol en la zaga no sufrió lo más mínimo atrás. La segunda mitad empezó de la mejor manera gracias al tanto del enrachado Morales, pero los griegos no se resignaron y estuvieron a punto de culminar una épica remontada. Los goles de Palacios y Ioannidis pusieron el miedo en el cuerpo de Marcelino, que se desgañitó en la banda incrédulo ante los despistes de una defensa mucho más frágil sin Raúl Albiol. 

Después de un tiempo descuento que se hizo eterno, La Cerámica celebró el pase a la siguiente ronda consciente de que su nuevo entrenador aún tiene mucho trabajo por delante. Para ser primero de grupo y clasificarse directamente a los octavos de final, al Submarino le basta con sumar cuatro puntos entre el partido ante el Maccabi Haifa del próximo miércoles y la visita al Stade Rennes del 14 de diciembre. 

Baena descorchó la botella

Marcelino, que anunció pocas rotaciones antes del encuentro, realizó hasta cinco cambios respecto al once del domingo contra Osasuna. Dio descanso a hombres importantes como Capoue o un Gerard que entró en el segundo tiempo. El esquema, sin embargo, continuó siendo su característico 4-4-2, aunque bastante asimétrico por muchos momentos. 

Como contra Osasuna, cuando tenía la posesión el Villarreal se quedaba con Foyth como tercer central y Alberto Moreno muy adelantado. Así, en ataque la banda derecha era para Ilias y la izquierda para el lateral sevillano, dejando a Manu Trigueros en una posición interior más cómoda para él. Baena, por su parte, jugó cerca del de Talavera de la Reina, también muy bien adaptado a esa posición. 

El Panathinaikos no tardó en mostrar personalidad a través de la posesión y también de una voraz presión alta. Los ruidosos aficionados griegos desplazados se hacían oír, por momentos, más que el resto del Estadio de La Cerámica. Sin embargo, enmudecieron ante la calidad de Ilias Akhomach y de Álex Baena, que se mezclaron para fabricar el 1-0. 

El ex del Barça se inventó un eslalon eléctrico para dejar atrás a dos rivales y ceder en profundidad a Baena, que picó el balón ante la salida del italiano Brignoli y lo mandó al fondo de la red. Como una botella de cava tras descorcharse, el juego del Villarreal entró en efervescencia tras el primer tanto. 

El Comandante Morales, tan veloz como las burbujas del champán, entró como quiso por la banda izquierda y retrasó el balón para que Comesaña, tras un recorte y un gran disparo desde la frontal, se estrenara como goleador con la camiseta grogueta. 

El Panathinaikos resurgió tras el 3-0

Para hacer lo que parecía la sentencia del encuentro y alegrar más si cabe a los 17.000 aficionados groguets, Álex Baena aprovechó un gravísimo error del central brasileño Willian Arão para robar cerca del área contraria y pasar a un Morales que, en estado de gracia, anotó su sexto gol en tres partidos desde la llegada de 'Marce'. 

El amplio marcador pareció liberar por completo a los futbolistas del Submarino. Durante unos pocos minutos se deshicieron de las cadenas que han arrastrado toda la temporada y jugaron sin complejos, sin miedo al error, encontrando los espacios y dándolo todo por los compañeros. 

A todo ello se sumó la diosa Fortuna para hacer que el tanto de Aitor Cantalapiedra, exjugador del Villarreal B que llegó a debutar con el primer equipo groguet, fuera anulado por un ajustado fuera de juego. Eso sí, la diosa de la mitología romana no pudo hacer nada para evitar que el colegiado eslovaco señalara el claro penalti de Álex Baena y, tras el disparo al poste de Ioannidis, Palacios cazara el rebote para poner el 3-1. 

Con el conjunto ateniense más metido en el partido que nunca, el Villarreal levantó el pie del acelerador y dejó que los visitantes soñaran con el empate. A pesar de los intentos de Marcelino de dar aire fresco desde el banquillo, Ioannidis se coló entre los centrales amarillos y batió a Reina con una facilidad pasmosa. 

El entrenador asturiano se retorcía en el área técnica viendo como uno de los grandes males del equipo, la fragilidad defensiva, todavía persiste y de qué manera. Alberto Moreno falló un gol cantado y los griegos no tiraron la toalla hasta el último instante, acechando el empate en varias ocasiones. Finalmente, aunque con más sufrimiento del debido, los tres puntos y el pase definitivo a la siguiente ronda se quedaron en La Cerámica. 

Ficha técnica

3- Villarreal: Pepe Reina; Foyth (Altimira, min. 78), Albiol (Gabbia, min. 46), Cuenca, Alberto Moreno; Parejo, Comesaña, Trigueros (Pedraza, min. 77); Ilias, Morales (Gerard Moreno, min. 68) y Álex Baena (Ben Brereton, min. 68). 

2- Panathinaikos: Brignoli; Vagiannidis, Schenkeveld, Arão, Mladenović (Juankar, min. 87); Bernard (Ioannidis, min. 60), Čerin (Vilhena, min. 75), Rubén Pérez; Cantalapiedra, Šporar (Djuricic, min. 60) y Palacios (Mancini, min. 88). 

Goles: 1-0, min. 29: Baena. 2-0, min. 34: Comesaña. 3-0, Morales: 47. 3-1, min. 66: Palacios (p). 3-2, min. 81: Ioannidis. 

Árbitro: Ivan Kruzliak (Eslovaquia). Amonestó a Ilias y Comesaña por el Villarreal.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 5 de fase de grupos de la Europa League disputado en el Estadio de la Cerámica ante 16.993 espectadores.