CASTELLÓ. Al 2023 todavía le queda mucho sobre lo que dar de hablar, pero ya hay dos fechas de vital importancia para Javier Mas. Por un lado, el castellonense ha publicado un exhaustivo ensayo sobre la figura de Benedicto XIII coincidiendo con el que se ha considerado el 'Año Papa Luna'. Su biografía Benedicto XIII, el papa templario que luchó contra Roma ha llegado a las librerías justo en el 600 aniversario de su muerte, para ofrecer luz sobre uno de los personajes posiblemente más determinante de la Baja Edad Media. Y lo hace, además, en un momento trascendental en su carrera. El escritor ha dado el salto a la política para liderar el proyecto de Som Castelló, una formación municipalista con la que se presenta a las elecciones del 28 de mayo dispuesto a renovar la ciudad.
Dos facetas con las que el castellonense quiere ir de la mano. "Cuando sea alcalde seguiré escribiendo", afirma en una entrevista a Castellón Plaza. De ambas cuestiones conversa con este diario.
-¿Por qué decides contar la historia del Papa Luna?
-Es un personaje que ha estado presente en mis últimas novelas. Pero además, descubrí que, aunque se ha escrito sobre él, no existía una biografía que tuviera un carácter genérico. Hacía falta dejar al mito y trabajar el personaje histórico. En mi novela pongo en valor su importancia en el siglo XIV y XV, y no solo en España, sino en todo Occidente.
-Benedicto XIII pasó a ser calificado como "el antipapa". ¿Tuvo demasiada ambición para el gusto de los cardenales de la época?
-No es que tuviera mucha ambición, le pasó como a Alejandro VI. Lo que quisieron ambos fue enderezar el rumbo de la iglesia y eso el enemigo no lo perdona. Por eso una vez muerto tratan de desprestigiarlo, pero el desprestigio fue relativo. En la imagen del Papa Luna ha habido una transición de personaje a mito y el mito se ha llenado de curiosidades. Ha quedado como una persona amable y entrañable, aunque la gente se ha quedado también con su supuesta cabezonería. Todo son anécdotas que le han restado la importancia real que tuvo. Benedicto determinó la política y la religión de esos dos siglos.
-¿Cuál fue su gran aportación?
-Es el gran arquitecto de lo que hoy llamamos España. Es el que urde toda la relación diplomática que va a permitir su unificación. Benedicto quería lograr la unidad peninsular, pretendía cohesiónar la Península Ibérica, algo que se consigue con Felipe II. Pero, vuelve a desaparecer con el mandato de Felipe IV tras la salida de Portugal.
-A diferencia de tus otras novelas, decides abordar la historia del Papa Luna como un ensayo y no como novela ¿Por qué optaste por esta fórmula?
-Voy alternando ensayo y novela. Y en este caso, creo que el Papa Luna debía tener una biografía con un lenguaje más científico. Es decir, que cada una de las cosas que dijese tuviera una justificación. Aun así, trato de que el lector no se pierda con un lenguaje demasiado académico, busco entretenerlo, pero dándole las pistas suficientes para que entienda que esto tiene rigor.
-Dices en el libro que España es un país que tiende a avergonzarse de sus propios logros, ¿Qué te ha llevado a esta conclusión?
-Tendemos a desmitificar a nuestros propios personajes. Benedicto XII como digo es el gran arquitecto de España, pero se fue abandonando su historia y no se redescubrió hasta los años 80 con el robo de su cráneo. Era un personaje con una fuerza increíble y no ha sido hasta ahora que ha vuelto otra vez a la palestra. Pasó con él, pero ha pasado también con el papa Borgia, con Felipe II y con grandes políticos de la Edad Media. Todo lo que en España suponga un gran personaje de ámbito nacional, tendemos a olvidarlo.
-Publicas el libro en un momento de cambios en tu vida...Te presentarás a las elecciones municipales del 28 de mayo en Castelló con un nuevo partido (SOM). ¿Qué te ha llevado a dar el paso?
-En eso soy como Benedicto, creo que hay que ser valiente. Cuando alguien critica su entorno, hay que dar el paso y demostrar que si quieres cambiar algo has de ser el primero que está dispuesto a hacerlo. Eso es lo que me ha llevado a dar el paso. En estos momentos la política está denostada, está francamente muy separada de lo que quiere la sociedad. Hay que darle a la sociedad el orgullo de volver a creer en sus políticos. Es momento de cambiar las cosas, de transición.
-En la política también se dan episodios que parecen sacados de un libro...
-Sí, lo estoy viviendo ya. Cosas que no creería jamás que vería y las estoy viviendo en la política. Todo podría ser más sencillo. Al final la política es como gestionar una empresa o una familia, todos deberían saber hacerlo. Cuando se oscurece es porque tratan de ocultar algo. Estoy viviendo cosas muy feas que ni imaginaba en Castelló.
-Mezclar la política con la escritura no necesariamente va de la mano, pero cada vez se dan más casos de políticos que lanzan libros de ficción ¿Temes, en tu caso, que se confundan ambas facetas?
-Bueno, creo que lo has dicho muy bien, hay un fenómeno de políticos que escriben porque son conocidos. Yo escribo y luego me dedico a la política. Es algo que ha sucedido mucho. Blasco Ibáñez por ejemplo, era un comprometido con su tiempo y desde su faceta de escritor y editor saltó al área política para mejorar la sociedad valenciana. En mi caso es parecido, creo que puedo aportar algo y por eso doy el paso. Eso no significa que vaya a abandonar la escritura. Cuando sea alcalde seguiré escribiendo.
-La Edad Media es tu pasión, ¿pero hay algún suceso más reciente del que te gustaría escribir?
-Hay épocas muy apasionantes. Últimamente me estoy fijando mucho en los años 70 y 80. Sobre todo de los 80, porque de los 70 se ha escrito mucho. Fue una década que supuso un cambio de mentalidad muy fuerte. Los que lo vivimos, tenemos el recuerdo y la conciencia de lo que supuso. Me encantaría poder escribir sobre ello algún día.