Las pautas de Marta Barrachina para "volar alto" en la Diputación: liderazgo, municipalismo y progreso

CASTELLÓ. El discurso de Marta Barrachina este miércoles, en su proclamación como nueva presidenta de la Diputación, supone toda una declaración de intenciones para la legislatura. La primera mujer en ocupar el sillón presidencial en los 201 años de historia de la institución asume con "valentía" el desafío de convertir la entidad supramunicipal en el motor económico y social de Castellón.

La líder del PP aspira a "volar alto" para que los "castellonenses sueñen en grande". Para ello, se apoya en tres principios, que considera esenciales en su modelo de gobierno: liderazgo, municipalismo y progreso. Esas reglas son innegociables para Barrachina quien, además, sostiene la necesidad de perseverar en el trabajo para que la Diputación sea "útil, próxima y líder".

Consensos pero con un estilo propio

La presidenta provincial pretende seguir la senda de diálogo y consenso iniciada por Javier Moliner entre 2011 y 2015, y potenciada por José Martí hasta 2019, para alcanzar grandes acuerdos por la provincia. Pero lo quiere hacer a su manera, con un estilo personal que ya la encumbró a la presidencia del PPCS en mayo de 2021. Desde que aquel momento, la impronta provincial ha sido (y es) su seña de identidad. 

Marta Barrachina mostró este miércoles tanto a sus 14 diputados como a los 13 restantes de la oposición (PSPV, Compromís y Vox) el camino a seguir. Los municipios son el "pilar principal de la acción de la Diputación". A partir de ahí, las prioridades van en la dirección de alinearse con la industria, defender los sectores primarios, discriminar positivamente a los pueblos más pequeños e incrementar el tono reivindicativo ante la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España.

"Asumo con enorme ilusión y compromiso la responsabilidad de trabajar por todos los castellonenses, vivan donde vivan, con lealtad, con firmeza, con pasión y con convicción", aseveró este miércoles.  "Castellón siempre estará por delante. Quiero que los castellonenses sueñen en grande, que vuelen tan alto como desean. Aquí tendrán una institución que luchará a su lado para sus metas se consigan", subrayó.

Barrachina puso el acento sobre la labor de la Diputación como una institución "fundamental en la defensa de nuestro territorio, en la defensa de los castellonenses, en la visibilización de las demandas de las personas que residen en esta tierra maravillosa que merece toda nuestra atención y toda nuestra ayuda. Llegar donde nadie llega". En este contexto, no dudó en manifestar públicamente que "mi objetivo como presidenta es que esta institución vuelva a tomar el timón del progreso y el liderazgo de esta tierra".

Con ese espíritu, "quiero reivindicar ante todos una institución fuerte, que represente a todos los castellonenses, a todos los pueblos, a todos los rincones de esta provincia. La Diputación tiene que ser el motor que propulse a los más pequeños hacia las oportunidades".

La importancia de mejorar las infraestructuras

Y esas oportunidades pasan por que la entidad supramunicipal "vuelve a ser ágil, excelente, próxima, resolutiva y útil, a la altura de lo que piden los ciudadanos". En efecto, su apuesta pasa por una colaboración público privada que permita proteger la industria (especialmente la cerámica) y los sectores primarios  (agricultura, ganadería o pesca), al mismo tiempo que reclamar ante las administraciones la materialización de proyectos como el Corredor Mediterráneo, la prolongación de la autovía A-7 o el nuevo Hospital General. Asimismo, aboga por potenciar el turismo de la provincia como referente internacional, siempre pivotando sobre dos infraestructuras fundamentales como el aeropuerto y el puerto de Castelló.

"La Diputación es ayuntamiento de ayuntamientos pero, sobre todo, es altavoz, es escudo y es palanca para que la provincia dé el salto al futuro que necesita y merece", resumió Marta Barrachina este miércoles respecto a sus planes al frente de la institución.