CASTELLÓ. La aprobación del régimen retributivo de los concejales del Ayuntamiento de Castelló al inicio de cada mandato suele generar cierta controversia. Hace cuatro años, el Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Podem-EU) protagonizó un rifirrafe con el PP por la medida de incrementar en un 50% la remuneración de los ediles del equipo de gobierno.
En realidad, aquel encontronazo se produjo más por la puesta en escena para defender la subida. La justificación de que el aumento beneficiaba también a los portavoces de la oposición, al pasar a tener dedicación exclusiva, derivó en un bronco debate. Como consecuencia, la alcaldesa, la socialista Amparo Marco, terminó retirando la propuesta del pleno para, días después, plantear otra casi similar. La única diferencia estribaba en el que en la nueva la oferta desaparecía la mejora económica para los líderes de la bancada rival.
En 2015, en la primera legislatura de la coalición de izquierdas al frente del consistorio, el denominado Pacte del Grau aprovechó la discusión sobre los emolumentos para afear al Partido Popular sus elevados sueldos con José Luis Gimeno, Alberto Fabra y Alfonso Bataller como alcaldes. La crítica se sustentó en la decisión de aplicar una bajada general en los honorarios de los concejales.
Ahora, en la nueva etapa popular en el Ayuntamiento, la alcaldesa, Begoña Carrasco, no descarta recuperar la idea de proponer a los grupos de la oposición la posibilidad de que sus portavoces tengan dedicación exclusiva. Fuentes consultadas aseguran a este diario que se trata de una opción, aunque dependerá de las exigencias de los propios partidos políticos.
En las reuniones que se han mantenido hasta la fecha desde la investidura el pasado 17 de junio, apenas se ha abordado el tema de las retribuciones. Las conversaciones entre el representante del PP, Sergio Toledo, y los altavoces del PSPV, Vox y Compromís, José Luis López, Antonio Ortolá e Ignasi Garcia, respectivamente, se han centrado más en el reparto de los asesores. Bien es cierto que en esas negociaciones alguna formación ya ha deslizado la necesidad de no seguir el ejemplo del Fadrell, que recibió numerosos reproches de la derecha durante los cuatro años de mandato.
En 2019, en la primera propuesta sobre los sueldos, además de contemplarse esa dedicación exclusiva, se incluía otra parcial del 75% para los adjuntos y una tercera del 40% para los demás ediles. A efectos crematísticos, las cantidades oscilaban entre los 41.000 euros brutos anuales y los más de 16.000 euros (algo más de 30.000 euros los segundos).
Esas cifras podrían ponerse de nuevo encima de la mesa. Eso sí, teniendo siempre presente que se han ido revalorizando en estos años por la aplicación del IPC y otros conceptos. En este sentido, el último sueldo anual acumulado de la alcaldesa ha ascendido a 78.554.52 euros brutos, que ha sido de 62.843,52 euros en lo que se refiere a los regidores a jornada completa.