VALÈNCIA/CASTELLÓ. Nueve de cada diez artistas españolas consideran imprescindible la internacionalización de sus proyectos y exposiciones, porque -como lamentan- "en este país no se puede vivir del arte" y en el caso de las mujeres, conseguir oportunidades es todavía más complejo. Ahora bien, ¿existen esas oportunidades fuera? La visualización del arte contemporáneo creado por mujeres españolas en el exterior también sufre "un atraso enorme", tal y como ha evidenciado el estudio 'En manos de mujeres', que ha presentado el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) este jueves en Madrid.
El estudio, que ha analizado la obra de hasta 70 museos de todo el mundo, desprende que tan solo un 30% de los trabajos españoles pertenece a mujeres, mientras que el 70% a hombres. Una desigualdad que se mantiene en las colecciones, puesto que tan solo el 32% de piezas pertenecen a mujeres, mientras que el resto (un 68%) son hombres. Es en las Bienales, donde un curador/a nombrado por el mismo organismo organizador decide el tema o artistas que serán invitados a la misma, donde se han obtenido uno de los mejores resultados. Solo aquí la representación crece continuamente, alcanzando ya un 39% de lo programado. Pero, la equidad continúa lejos.
"Queda mucho por hacer. La visibilidad de la mujer en el mercado exterior es mala y en España peor", ha reconocido Guillermo Solana, director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, durante la presentación del estudio dirigido por Mareta Espinosa, vocal de la Junta directiva del IAC . La investigación, que comprende la década entre 2013 y 2022, aporta datos sobre la presencia de artistas españolas en colecciones públicas y privadas situadas fuera de España, galerías, ferias y bienales; así como una radiografía del mercado del arte español, además de las estrategias que se emplean para favorecer su exportación. "Gracias a la recopilación de un montón de datos se confirma lo que desde el comienzo temíamos: que se ha avanzado muy poco en cuanto a igualdad de género", ha asegurado Mareta Espinosa.
Muestra de esta brecha de género es ARCO, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, uno de los expositores más importantes a nivel mundial. En su edición de 2022, solo el 6,40% de artistas eran mujeres españolas. Si bien, también hubo artistas extranjeras (un 23,21%), la asociación Mujeres en las Artes Visuales (MAV) considera que este fue "un año histórico en desigualdad", ya que una década antes, en 2010 exactamente, "las mujeres estaban mejor representadas".
Lo cierto es que la falta de visibilidad se extiende a todos los campos del arte. También en las galerías extranjeras donde representan el 37%. Y si llevamos este análisis hasta tierras valencianas, la cifra no es mejor: solo el 35% de los proyectos expuestos pertenecen a mujeres. Así consta en el informe del IAC, para el cual se han tenido en cuenta las programaciones de Cànem, Alba Cabrera, Aural, Luis Adelantado, Joge López Galería, Shiras, Set Espai d'Art y Vangar.
Dicho esto, hay signos de esperanza. "En el mercado internacional hay interés por las creadoras jóvenes", ha apuntado Solana. Fueron muchas más las mujeres que, en efecto, pudieron beneficiarse en la última década de ayudas para desarrollar y exponer sus obras en el extranjero. Un 80% de mujeres recibió la Beca Fulright del Ministerio de Cultura para estudiar en Estados Unidos y con lo que respecta a la Real Academia de España en Roma, dedicada a la formación de generaciones de artistas, ha habido un equilibrio entre hombres (51%) y mujeres).
"El peso curricular de haber estudiado en ciertas universidades de prestigio sigue siendo un factor notable para que la artista pueda desarrollar su trabajo casi desde el inicio de su carrera en un ámbito internacional", destacan desde el Instituto de Arte, que también incide en la importancia de ayudar a romper esta brecha desde el ámbito privado. "Sin duda, el respaldo de una galería ha sido para muchas de las encuestadas en este informe la vía para poder participar en ferias internacionales y proyectos en otros países (un 52,1% de las que lo han logrado están representadas por una)."
“Es fundamental que los museos españoles hagan muestras importantes de sus artistas, como lo viene haciendo el MACBA, el IVAM o el Museo Universidad de Navarra”, defiende la coleccionista Patricia Phelps De Cisneros en una entrevista realizada por Fietta Jarque y recogida en el informe. Es el museo valenciano, precisamente, una de las principales instituciones museísticas que se ha puesto las pilas en los últimos años a la hora de realizar un diagnóstico interno, un análisis que mostró las carencias del centro pero que también iluminó el camino a seguir. Fue, de hecho, en 2018 cuando el IVAM entregó por primera vez en dos décadas el Premio Julio González a una mujer, un galardón que recayó en la artista francesa Annette Messager. Después de ella se ha concedido a la artista de origen palestino Mona Hatoum y a Carmen Calvo.
No en vano, uno de los pilares del proyecto de Nuria Enguita para la dirección del centro es ‘Feminismos’, un marco de acción que tiene un eco directo en las salas de exposición. En 2024, de hecho, el centro presentará la muestra El poder con que saltamos juntas. Mujeres artistas en España y Portugal entre la dictadura y la democracia, una exposición coproducida con la Fundación Caluste Gulbenkian de Lisboa que explora la producción de aquellas artistas que encontraron grietas entre la represión. También por lo que respecta a la colección, el IVAM se ha puesto como objetivo reducir la brecha de género aumentando los fondos con obra de artistas mujeres, unos fondos que ese mismo año han crecido de la mano de firmas como Claudia Pagès, Azucena Vieites o Patricia Gómez y Mª Jesús González.
Pese a todo, el porcentaje de presencia de mujeres en la colección se sigue situando por debajo del 20%, una tónica que se repite en el resto de centros expositivos y que baja de manera considerable en los centros de arte clásico. En similares cifras se mueve también, por ejemplo, el Museo de Arte Contemporáneo de Vilafamés y otros tantos que quieren revertir las cifras, aunque no sin dificultad. Por el momento, estos dos y otros tantos se han adherido a la Red de Museos por la Igualdad impulsada por la asociación Mujeres en las Artes Visuales (MAV). Precisamente son los centros no contemporáneos los que lo tienen más difícil a nivel numérico a la hora de equiparar el volumen de autoras al de autores por las propias dinámicas de la Historia del Arte, un hecho que no quiere decir que no se pueda -y deba- trabajar en una mirada feminista que pasa por la recuperación de nombres y por explorar los contextos que explican esta circunstancia.
En este sentido, de las aproximadamente 3.000 piezas componen la colección del Museo de Bellas Artes de València, apenas dos decenas están firmadas por mujeres, piezas de autoras como María Sorolla, Manuela Ballester o Rosario de Velasco que en 2022, en muchos casos tras años en los almacenes, encontraron acomodo en la pinacoteca con la creación de una sala permanente específica destinada a “reivindicar el talento femenino que durante siglos ha sido ocultado”. Fue en el mismo Museu de Belles Arts donde se presentó ese mismo año la muestra temporal Hacia poéticas de género. Mujeres artistas en España: 1804-1939, un proyecto realizado en colaboración con un Consorci de Museus que también tiene en su agenda la reducción de esta brecha.
Si bien el Consorci no cuenta con colección propia, su labor en este ámbito se centra en el impulso de convocatorias que activan proyectos por distintas vías. El más visible, el expositivo, con convocatorias abiertas a través de las que se dota de contenido al Centre del Carme, sede del organismo, y a los distintos espacios que forman parte del Consorci, una programación que este año suma exposiciones de artistas como Carmen F. Sigler y Paloma Navares. Pero, más allá del ámbito expositivo, hay una tarea más profunda que tiene que ver con los procesos. Ahí es donde se enmarcan acciones como, por ejemplo, el proyecto DAR (Dones Artistes Rurals), una iniciativa que trabaja con mujeres artistas rurales para impulsar su desarrollo personal y profesional, promocionar su producción artística, generar proyectos colaborativos y fomentar la creación de colectivos artísticos.
La artista, que actualmente forma parte de una exposición colectiva en el IVAM, ha sido la ganadora del Beca Velázquez 2024/2025