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Recorre el Penyagolosa a ras de cielo

20/10/2021 - 

VALÈNCIA. Chantal Maudit decía: “persigo la felicidad. Y la montaña responde a mi búsqueda”. Quizá nadie te haya contado todavía que todo lo que te hace feliz se encuentra en el Penyagolosa, la montaña más alta de la provincia de Castellón y un destino perfecto para recorrer andando, en bicicleta o en moto, descubriendo todos sus encantos secretos.

Atzeneta del Maestrat, Castillo de Villamalefa, Costur, Figueroles, L’Alcora, Les Useres, Llucena/Lucena del Cid y Villahermosa del Río son ocho municipios pertenecientes a dos comarcas diferentes, pero que se encuentran vinculados por un denominador común: el Penyagolosa.

Todos ellos forman la Associació Intermunicipal de Municipis del Penyagolosa, una agrupación que apuesta por el turismo activo de calidad, y que continúa con su plan de mejora y promoción a través del Plan de de Dinamización y Gobernanza Turística Municipis del Penyagolosa, cofinanciado por Turisme de la Generalitat Valenciana, Patronato Provincial de Turismo de la Diputación de Castellón y la propia asociación.

Naturaleza a ras de cielo

Existe en la Comunitat Valenciana un rincón que roza el cielo llamado Penyagolosa. Testigo durante generaciones de la vida de miles de montañeros, acogiendo en su cima y en su falda, cantidad de inquietos y apasionados, que acuden a disfrutar cada día del maravilloso regalo que es su naturaleza.

Su suelo -muy diverso-, su orientación y su altitud, son la mezcla que se resuelve en una vegetación muy rica y variada. Desde carrascales a avellanares, las rutas por esta montaña son una exhibición extraordinaria de más de un millar de especies de flora. En sus cuevas podrás encontrar la mayor población valenciana de murciélagos trogloditas, aves rapaces como el águila  real e incluso mariposas. En un pico que lo tiene todo no podía faltar un paseo con vistas y una cascada. El río Carbo es protagonista de todas las fotos que inmortalizan infinitos recuerdos que viven en el Penyagolosa.

A pie, en moto o en bicicleta a ras de cielo

Los municipios del Penyagolosa cuentan con variadas y originales rutas para hacer en bicicleta, en moto o a pie. Un ejemplo de ellas es el Camí dels Bandejats y la Cova de L´Artiga, en Costur. Una ruta que nos descubrirá desde yacimientos arqueológicos hasta ermitas y castillos, pasando por minas, molinos, fuentes y acequias de gran valor cultural y alto nivel etnográfico.

Es en Les Useres donde encontramos otro recorrido mágico de fuentes naturales en medio de paisajes frecuentados por “els peregrins de Les Useres” en su peregrinación ancestral y de carácter anual. Dentro de esta ruta el Museo de la Peregrinación expone utensilios, vestimentas y otros elementos que recrean los lugares más típicos del peregrinaje.

Cultura a ras de cielo

La oferta cultural y artística de los pueblos que forman parte del Penyagolosa es una excusa perfecta para escoger este destino en tu próxima escapada. El centro histórico de Llucena/ Lucena del Cid con la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Asunción y la Torre Ibérica de Foyos (monumento nacional desde 1931), o las pintorescas casas blancas que hacen de Villahermosa del Río un pueblo de cuento son solo algunos ejemplos. Perderse entre las callejuelas de este pueblo escondido en la montaña es un lujo que te permitirá conocer lugares como la Iglesia de San Bartolomé, un edificio de gran interés arquitectónico donde además está enterrado el compositor barroco José Pradas Gallén.

El Museo de cerámica de L’Alcora o los maravillosos retablos del siglo XVII que alberga la Iglesia de San Mateo en Figueroles son más muestras del valioso patrimonio cultural y arquitectónico que esconde el Penyagolosa.

La mejor gastronomía a ras de cielo

Tradicionalmente, la matanza del cerdo celebrada en el mes de enero era la base de la alimentación de las gentes del Penyagolosa, y todavía hoy en muchos de sus pueblos sigue celebrándose como un verdadero ritual y como punto de partida para la elaboración de diferentes platos. Es de esta matanza de la que también se obtienen embutidos muy curados que pueden encontrarse en algunas de las carnicerías más famosas de Castillo de Villamalefa, una parada  obligatoria para los amantes del producto local que deseen comprar en sus carnicerías más famosas o sentarse a degustar un bocadillo de carne a la brasa para recargar pilas después de una ruta en bicicleta.

Pero si hay un plato icónico en estas tierras desde la época medieval es sin duda el cordero del Maestrazgo en todas sus versiones. En especial en Atzeneta del Maestrat se hace el Tombet, un guiso en el que la carne de cordero, generalmente pierna troceada, se cocina lentamente en una cazuela de barro con verduras, azafrán, brandy y aceite de la zona, considerado el oro líquido del Penyagolosa. Especial mención merecen también los dulces turrones y mazapanes artesanales que se elaboran con almendra local marcona en esta localidad, perfectos para sorprender a toda la familia de cara a las fiestas navideñas.

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