En los años 70, apareció un hombre en Francia que aseguraba ser el hijo de Hitler. El Führer, cuando fue soldado en la Gran Guerra, se habría acostado con su madre. Hubiera pasado como una chaladura más en pleno auge de los seguidores de OVNIS, pero el albacea de Hitler le dio credibilidad. Ahora los historiadores serios, como Ian Kershaw, descartan la ocurrencia como "extremadamente improbable", pero la leyenda sirvió de argumento a una novela gráfica motivada por los disturbios de Charlottesville en agosto de 2017
Lo mismo que en los tebeos infantiles de la posguerra española apareció un personaje como Carpanta, un hombre que se moría de hambre, en la España de los 80, que estaba sufriendo las consecuencias de la crisis industrial y la reconversión, surgieron tres personajes que tenían como denominador común que eran jóvenes y estaban en paro. En sus páginas, Ibáñez ponía el acento sobre un problema que sigue presente en la sociedad, e incluso ya planteaba el aumento del desempleo derivado de los procesos de automatización.
En la línea de trabajos recientes que exploran las circunstancias de todos los que se vieron obligados a combatir en la Guerra Civil o la II Guerra Mundial, 'Hasta Nóvogorod' trata las memorias de un combatiente de la División Azul que tuvo que alistarse para salvar su vida debido a su pasado comunista de campesino extremeño, una condición que compartió con muchos "camaradas". No fue una excepción, el valenciano Luis García Berlanga tuvo que hacer lo mismo para borrar el pasado de su padre. Allí, todos llegaban a las mismas conclusiones.
Cuando un aspirante a escritor logra publicar algo cree que se abrirá para él el cielo de los escritores, se codeará con grandes intelectuales, críticos y otras figuras de relumbrón, pero lo que ocurre en realidad es que solo le abordan otros aspirantes a escritores, más necesitados que él, que quieren saber cómo ha logrado que le publiquen lo suyo. En ese mundillo de buscavidas transcurre la vida de Fante Bukowski, el personaje creado por Noah Van Sciver, del que se ha publicado en España la segunda parte de la trilogía sobre su malditismo.
El dibujo de Lewis LaRosa en la primera entrega de Scumbag es de los que parece que se pueden tocar. Image comics le encargó el número uno de la nueva serie de Rick Remender. Una sátira sobre la era contemporánea con un protagonista completamente negativo. Mientras unos neonazis hartos de lo "políticamente correcto" amenazan con tomar el poder, un motero heavy, drogadicto terminal, que hace mucho que no se lava, por unas casualidades tendrá que librar al mundo
Es un cómic poco conocido, pero lo publicó Amaika, la editorial de El Papus, a la que le pusieron una bomba en un atentado fascista por el que nadie fue condenado, no recibieron indemnización alguna y los heridos figuraron como "accidente laboral"; la editorial que tuvo ojo para fichar en Argentina para su cabecera Hara-Kiri, porno y gore, a un dibujante que quería burlarse de lo que había leído en el tebeo Hazañas Bélicas. Con desprecio a los militares y a la guerra, fue precursor del humor sangriento y cruel, donde nunca faltaban mutilados.
Este año se han cumplido 30 años de la aparición de 'Odio', un cómic con un humor abrasivo sobre la Generación X, entonces un monigote que agitaban los medios de comunicación rindiendo culto a lo joven, pero que el dibujante de Seattle se dedicó a poner en su lugar ensañándose con sus miserias. Pudo llevarse a la MTV y a HBO, pero los proyectos nunca salieron. Como consuelo, la única serie equiparable fue 'Peep Show', también de un humor descarnado, esta vez británico, sobre los nacidos en los 70.
Asesinos daltónicos, monstruos del pantano, matrimonios deseando asesinarse, conjuros llegados del tercer mundo... A principios de los 50, un tercio de los cómics eran macabros y de terror. Era una época en la que se vendían casi 100 millones de tebeos al mes, pero el mismo terror que causaron en los jóvenes que se arremolinaban en los kioscos para comprarlos, era proporcional al pánico que se desató en las parroquias. Leerlos ahora, sin embargo, resulta tremendamente actual por la forma en que el género de terror ha sobrevivido hasta hoy.
Le costó que se lo publicaran, Stalin en los 40 todavía tenía predicamento en Occidente, pero cuando lo hizo, se convirtió en un clásico y un superventas en todo el mundo. La fábula antiestalinista de Orwell pronto se llevó a todos los formatos posibles, de los dibujos animados al cómic. La más popular, es la que nos llegó por Moebius, pero hace pocos años una editorial francesa reeditó la que hizo la CIA para países del tercer mundo. Ya entonces, en 1951, la agencia de inteligencia apostó por el cómic para esta propaganda antisoviética.
Jaime Martín ha culminado su trilogía sobre las memorias de su familia con las suyas. Viñetas dedicadas a su Hospitalet de 70s y 80s en cuyas calles se forjó su personalidad gracias al rock and roll y el heavy metal y, sobre todo, al cómic, un medio que en aquella época tenía grandes tiradas, creadores de imaginación apabullante y crítica social corrosiva que incluso hoy en redes sociales sería delito; Una autobiografía que culmina en la negrura del 2008 ignorando que 2020 anunciaría un futuro más negro que la noche, menos negro que su alma.
Un cómic francés recuerda a unos niños que tuvieron que escapar de un campamento a las afueras de Leningrado donde estaban protegidos de la guerra, precisamente, porque les alcanzó el conflicto. La obra, como la Masacre ven y mira de Elem Klimov, refleja la visión infantil de un conflicto sin sentido y extremadamente cruel. El paso de los años ha demostrado que la guerra como política es absolutamente innecesaria, aunque no deja de reproducirse una y otra vez, aunque sea de manera incruenta
Hace décadas la televisión, los periódicos, las revistas y la radio tenían sus líneas invisibles que no se podían traspasar. No bastaba con hacer click para encontrar algo transgresor, había que irse a lo realmente alternativo o underground. En el caso de las viñetas, la desafección al autoritarismo social llegó a través del comix, con equis, un estilo iconoclasta llegado de los americanos que hicieron la revolución sexual y rechazaron la guerra; viñetas que en España echaron raíces con fuerza en un país abonado por la miseria y del franquismo.
Las balas hablaron con claridad y determinación. A los autores de las blasfemias se les ejecutó sin proceso. Pasados los años, cuando se inicia el juicio, cada vez se entiende mejor lo que nos querían sugerir esas balas. Solo un 50% de los franceses están de acuerdo con que se puedan verter públicamente críticas a la religión y desde la izquierda posmoderna se equipara la blasfemia con el racismo. Catherine Meurisse sobrevivió a la matanza porque llegó tarde a la reunión. Sufrió graves problemas psicológicos y los superó dibujando más.
Al dibujante Jordi Goset i Rubio, que firmaba como Gosset, le debían fascinar los cavernícolas. Su personaje más famoso, Hug, "el troglodita", era un habitante de la Edad de Piedra que tenía sus vivencias en un pseudo-Paleolítico. Sin embargo, a finales de los 70, creó un personaje que también era cavernícola, pero vivía en el siglo XX, un señor con bigote, de ideas anacrónicas, obsesionado con su odio al extranjero y consumir solo español. Un fascista de libro, de los llamados nostálgicos en aquella época, pero caricaturizado para niños.
La criminalidad adolescente se debía a que los niños leían tebeos. Se drogaban porque habían consumido viñetas. Batman y Robin era una incitación a la homosexualidad. Wonder Woman animaba a que las niñas se hicieran lesbianas y descuidaran las tareas del hogar. Todas estas conclusiones las extrajo Fredric Wertham en 1954 en el pseudo-estudio 'La seducción de los inocentes' que acabó en una comisión de investigación del Congreso y la autocensura del cómic desde entonces, además de lograr el cierre de decenas de revistas de terror y serie negra.
Brian Talbot ha tocado numerosos géneros en la novela gráfica, desde el histórico al distópico, pero para el drama social ha tenido siempre una sensibilidad especial. Sobre todo porque en sus páginas ha mostrado ideas y planteamientos que en su momento pertenecían al underground o al activismo minoritario, pero que pasados los años se han convertido en políticas nacionales y debates globales. Primero fue con la vivisección, ahora un planteamiento ecologista radical.
La tercera temporada de Fortnite homenajea el escenario acuático de Waterwold, una película maldita por el dinero que dilapidó y su producción megalómana en Hawai, pero que el canal SyFy estuvo a punto de convertir en serie recientemente. Sin embargo, en 1997, Christopher Golden y Thomas E. Sniegoski, escribieron una secuela, la única que hay, que fue llevada al cómic en Valiant. El universo, el mutante y el trimarán seguían siendo los mismos, pero el villano era más purulento, había creado su propia religión y las ciudades en el fondo del mar tenían habitantes. Hasta metro.
Tras la guerra, en la que luchó en el bando republicano, José Peñarroya, nacido en Forcall, se puso a trabajar en una empresa de licores como contable hasta que le reclutó la editorial Bruguera. Allí, en los años de esplendor del tebeo infantil, creó numerosos personajes que solían estar marcados por la mala suerte y acabar molidos a palos. En el caso de Don Pío, con su visión de la familia de clase media, un hombre que recibía palizas de su mujer, hizo intervenir a la censura franquista que no podía aceptar que un matrimonio no fuese "feliz".
En pleno debate por los límites del humor y de la ficción, tras la retirada incluso de un episodio de Fawlty Towers de los servicios de streaming de la BBC, en el mundo del cómic viene el recuerdo de Sturmtruppen. El italiano Bonvi se dedicó durante décadas a hacer humor con el absurdo de la disciplina militar utilizando como personajes a soldados de la Wehrmacht. En sus tiras retrataba a desgraciados, carne de cañón, y oficiales psicópatas, pero en sus gags también aparecía el Holocausto.
Hijo de un español y apodado "Spain", Manuel Rodríguez nació en Búfalo en 1940 y formó parte del comix underground en los convulsos 60 estadounidenses. Era uno de los dibujantes favoritos de Robert Crumb, que le incluyó en el staff de su revista Zap junto a Gilbert Shelton. Su creación más célebre fue Trashman, un superhéroe en una distopía estadounidense tras la guerra nuclear. Lucha para la Sexta Internacional y sus poderes desaparecen si no hay contaminación en la atmósfera. Su novia, la heroína Big Bitch
Game Press, editorial especializada en videojuegos, estrena su sello de narrativa One Tank con una historia fascinante en la que conviven avatares digitales, y avatares de carne y hueso
En los 50, los editores de EC Comics no encontraban un lugar para el material de tono satírico y humorístico de Harvey Kurtzman, pero sabían que era bueno. La solución fue presentar sus historietas como cómic educativo, lo que fue el antecedente de la inmensa obra de ciencia ficción y terror del autor que fue publicada en cabeceras como Weird Science o Tales from the Crypt, antes de que se especializara en cómic bélico, en Combat, y su gran obra de humor, la revista Mad.
La cuarentena obligó al sector editorial a reconfigurar sus planes a marchas forzadas. Ahora que la desescalada es un hecho y vamos recuperando viejas rutinas, es hora de volver a la carga
Zidrou y Aimée de Jongh han dibujado una historia que reivindica el sexo a partir de los 60 años y trata sin tabúes ni moralinas los problemas de la soledad en los mayores. El gran valor de la obra reside en que los personajes tienen conductas que no son aceptadas por la moral actual, pero el guionista no los corrige ni reconduce hacia la virtud. Su historia se muestra con aristas, sin intenciones de agradar ni ofrecer enseñanzas morales. Aire fresco.
Hace un siglo las obsesiones sociales no diferían mucho de las actuales. En las ilustraciones que hizo para la prensa Winsor McCay criticó la deportación de emigrantes, advirtió de los peligros de la droga y mostró el pánico que le daba la tecnocracia que se avecinaba. Un apocalipsis que hoy tememos estar ya viviendo. Los mismos miedos que pueden verse en, por ejemplo, la serie Black Mirror. Sin embargo, los dibujos más bellos fueron sus errores, sus trasatlánticos voladores, ingenios imposibles de imaginar en la actualidad.
La última novela gráfica de Apollo y Brüno se sitúa en un planeta lejano habitado solo por científicos. Se trata de un thriller que deriva en género de supervivencia y acaba siendo postapocalíptico en su segundo tomo. Trata el tema del ecologismo, pero lo hace desde la distancia del futuro y el espacio exterior con el buen gusto y la elegancia de no tomar partido por los mensajes actuales y sabe hacer un retrato mucho más inteligente. Si algo denuncia es el ruido social en el que vivimos, donde la razón no puede abrirse paso.
En los 60 el rock atravesó el telón de acero y en los 70 también llegó el punk. Las autoridades comunistas se preguntaron por qué un movimiento que en occidente era antiburgués también prendía en la dictadura del proletariado. Sin embargo, los punks eran antisociales, que no era una filosofía admisible en los países comunistas, sino un tipo penal. Las autoridades no tardaron en referirse a ellos como fascistas.
En 2015, Matt Hawkins y Raff Ienco plantearon una obra de ciencia ficción que en lugar de hacer una hipótesis distópica, proponía una utopía. Cómo sería un mundo perfecto. En este universo no había enfermedades y los robots realizaban todo el trabajo. Los humanos solo iban a resorts a tener relaciones sexuales y pasárselo bien. Estaban modificados genéticamente para nacer sin sexo, lo elegían a los 13 años, y una IA controlaba en red todas las mentes para que no hubiera ni curiosidad, ni emociones, es decir, para que no hubiese conflictos.
Era una sitcom de explotación de éxitos como E.T. el Extraterrestre que funcionó tan bien que dio lugar a explotación de la explotación. A la serie de televisión le siguió una de dibujos animados, que era una precuela sobre la vida de Alf en su planeta antes de llegar a la tierra, y tres viejos espadas de Marvel sacaron un cómic que dio lugar a 50 números y cien historias con todo lo que no se podía hacer en televisión con el muñeco tras el que se encontraba el actor Michu Meszaros.
Fue una obra dibujada para Marvel, pero no se atrevió a publicarla por "desavenencias con el autor". Por eso apareció primero en Francia, luego en España, en Zona 84, y finalmente en Estados Unidos en la revista Heavy Metal. La historia reunía los clichés de Mad Max, Warriors y 1997 Rescate en Nueva York. Mostraba un mundo dominado por Skinheads nazis en lejano futuro del año... 2002. Su autor, el valenciano Pepe Moreno, nunca regresó a España y se pasó a los videojuegos.
En los 80 apareció el cómic Zora y los Hibernautas. Hablaba de una nave tripulada por mujeres que desconocían la antigua existencia de los hombres, no tenían permitido en las bibliotecas el acceso al llamado "arte bárbaro", hasta que en un planeta encuentran unos varones crionizados. Otra de sus distopías, En una mañana maravillosa, fue un mundo habitado solo por niños que habían asesinado a los adultos. A Chicho Ibáñez Serrador se le acusó de haber plagiado esta historieta en el film ¿Quién puede matar a un niño?
Un cómic que nos sitúa en el siglo XXXIII, pero no hay ni mega-ciudades ni rascacielos inteligentes, el mundo se parece más a un paisaje medieval. El calentamiento ha sumergido América y se han impuesto civilizaciones antiguas, las cuales han sometido a los anglosajones, han ocupado sus templos, colonizado su territorio y explotado a sus habitantes en minas esclavistas. La vuelta a la tortilla.
Bagge es un autor de cómics con un don. Es capaz de hacerte reír y deprimirte a la vez. Así ocurría con sus obras de ficción como 'Odio'. En los 90 parecía que iba a llegar a lo más alto, como un Matt Groening, pero desembocó en un perfil con menos relieve: periodista en viñetas. Ahora está dibujando biografías de mujeres feministas americanas del siglo XX anteriores a la II Guerra. La última, Rose Wilder, es interesante por cuanto muestra los profundos defectos de la sociedad europea que la autora rechazó para reivindicar un renacer americano.
George Miller ha comentado desde hace años que trabaja en dos secuelas más de Mad Max y un spin-off de su personaje Furiosa, el interpretado por Charlize Theron en Fury Road. Aficionado a los cómics y autor amateur de joven, en junio de 2015, junto a su guionista Nico Lathouris, publicó en Vertigo unas secuelas sobre la última entrega de la saga Mad Max. Una de ellas ya era el spin-off sobre Furiosa que contaba la vida en el harén de Immortan Joe antes de que emprendiera la fuga con todas las mujeres del dueño de Citadel.
Cuando se intenta empapelar a quienes se mofan o hacen escarnio de los símbolos patrios se discute sobre el derecho a la propia imagen de la nación o algo así, pero nunca sobre lo más importante, que es el derecho a pasárselos por salva sea la parte. En pocos lugares esto ocurre como en el cómic, en general, y en la obra 'España Lixiviada', en particular. En ella, el autor aragonés Furillo se erige en taxidermista de las facetas más casposas y a la vez simbólicas de nuestra sociedad.
El histórico dibujante de El Jueves ha organizado un concierto en el Pub Terra de Castelló con el que recaudará fondos para la producción de un corto de animación basado en sus viñetas de 'Pedro Pico y Pico Vena'
Por miedo a la censura franquista, Joan Boix esperó hasta después de 1975 para dibujar a Robny. Tras haber hecho tebeo romántico para niñas, historias de Hazañas Bélicas, ciencia ficción, terror y aventuras, todo trabajo comercial para editoriales, Boix quería dibujar algo propio. Sin corsés. Su proyecto personal fue un personaje adinerado que lo había dejado todo para ser vagabundo. Un reflejo de la sociedad post-industrial de los 70, donde asomaba la sensación fatalista de que todas las revoluciones habían fracasado y todo se reducía a alienación en ciudades grises y sucias.
En un caso bastante poco común, cuando el Ministerio de Información censuraba la revista Por Favor y eliminaba su circulación de los kioscos, los mismos autores lanzaban la revista Muchas Gracias, con el mismo humor político antifranquista, pero entre páginas de modelos desnudas. La revista Por Favor fue clave en la opinión pública de los 70, durante los años más críticos de la década, cuando se dirimía en España establecer el franquismo sin Franco o una democracia plena
La revista Heavy Metal en Estados Unidos empezó a censurar las escenas de sexo explícito de forma más o menos sutil desde que le secuestraron un número con historias de Druuna. El personaje de Paolo Eleuteri Serpieri, publicado en España en Zona 84, tenía una extensa saga de ciencia ficción distópica en el que ella lo resolvía todo con el sexo. Como moneda de cambio, o dejándose violar. Historias oníricas y psicodélicas, con fuerte carga sexual, que fueron un éxito comercial absoluto.
Bastien Vivès es uno de los dibujantes de cómics más elegantes y al mismo tiempo más procaces y corrosivos de Francia. En su última obra, La Blusa, plantea el choque que sufren veinteañeros entre el deseo y la complacencia, entre una vida ordenada y predecible y el hambre por vivir. Planteamientos que comienza a hacerse una persona cuando se dirige hacia los 30 años y que el autor francés retrata en el contexto de las redes sociales y el odio que se vierte en ellas y la psicosis que vivió Francia con los atentados islamistas y el discurso anti-inmigración.
El mundo había colapsado por un desastre ecológico derivado de las emisiones. Todo estaba vaciado, la vida solo era posible en las ciudades, de las que solo había una docena. Dentro de ellas estaba la perfección. Una nueva clase, el androide. En la periferia, los humanos y sus hijos desformados por la polución. Ese era el punto de partida del cómic argentino Danske, sobre una mujer que sobrevivía en este contexto postapocalíptico.