Sylvain Runberg y Joan Urgell intentaron con 'Brechas' publicar una obra que sirviera de ejemplo de todo lo que ocurre en los conflictos armados. La fragilidad de los civiles, los oportunistas que se benefician de la situación, los salvajes que en un contexto en el que no impera la ley se dedican a violar y saquear y, sobre todo, la muerte organizada. Para dotar de mayor fuerza al mensaje, excluyeron cualquier tipo de significado con el que poder realizar analogías. La historia podía ser Yugoslavia, Ucrania, Siria, Afganistán... todo indistintamente
Después de la gloriosa ida de olla de 'Como un guante de seda forjado en hierro', Daniel Clowes se quiso tomar un respiro en su línea psicodélica y terrorífica con un cómic que tratase algún tema mundano y realista. Lo que hizo en 'Ghost World' fue reflejar la amistad de dos amigas en una de esas ciudades o pueblos de tamaño medio en Estados Unidos. No pasaba nada, esa era la gran virtud, solo conversaciones sobre todo lo imaginable donde los pequeños detalles explicaban nada menos que el mundo
Salamandra Graphic edita este compendio de testimonios desgarradores ilustrados que nos ponen en contacto con nuestro lado más grotesco, absurdo y terrible
Una de las novelas gráficas más premiadas y reconocidas de los años 90 es Stuck Rubber Baby. Un relato coral sobre la Alabama de los 60 donde el Ku Klux Klan asesinaba y la policía acosaba sin cuartel tanto a la población negra como a los activistas que exigían cambios. Su autor Howard Cruse subrayó que esa sociedad parecía imposible de cambiar y, sin embargo, se logró, por lo que despreciaba profundamente a los cínicos que hoy banalizaban las movilizaciones populares
Con el título de un antiguo catálogo de modelos eróticas de los años 20, Robert Crumb lleva años lanzando unos álbumes en los que recopila ilustraciones de mujeres de su gusto, esto es, robustas. Muchas son copiadas de revistas y medios de comunicación, otras del natural y, muchas otras, y esta es la novedad de las últimas entregas, de fotografías obtenidas en el espacio público o selfies que le han mandado a él aspirantes a "formar parte de su arte"
En 1895, Stephen Crane publicó El rojo emblema del valor, una novela militarista sobre unos jóvenes que acuden a la Guerra Civil estadounidense. La obra tenía el típico nacionalismo estadounidense y su épica del héroe. Era uno de los libros favoritos de Hemingway, por ejemplo. Sin embargo, en 2016, Jouvray y Efa la tomaron para reescribirla en viñetas. El resultado, daba la vuelta a la idea original. Del joven que se convierte en un soldado valeroso, aquí sale un escéptico
Sus tiras aparecieron en The Guardian en la sección de reseñas de libros. Fue entre 2002 y 2005, una época de transición no solo para el negocio literario, también para prácticamente todos los demás, nada se libró de una mercantilización extrema. En los albores del siglo XXI, el neoliberalismo era una ideología triunfadora. Posy Simmonds, testigo de todo el siglo XX, sin embargo, tuvo el ojo para burlarse de sus estragos en un mundo tan sensible como el literario
Tomi Ungerer era francés, los nazis se anexionaron su región, le prohibieron hablar su lengua y la Wehrmacht confiscó su casa. En la posguerra, ya no era francés, era alsaciano en Francia, y eso tampoco le hacía gozar de simpatías. Fue a Estados Unidos, triunfó con la ilustración de cuentos infantiles, pero una burla cruel y despiadada a la alta sociedad neoyorquina en el cómic 'La fiesta' le hizo tener que salir de allí para acabar en Irlanda, país en el que fue feliz porque no encontró la arrogancia de la clase alta y sí la riqueza del humor
Nadar publica junto a Astiberri uno de sus trabajos más íntimos y personales: Transitorios, un relato que habla sobre la cotidianidad, la muerte, el amor y el olvido a través de cuatro protagonistas y sus breves historias
Imagen lanza un cómic de una autora italiana que juega con conceptos contemporáneos, los incels, la deep web y el streaming, combinados con otros tan viejos como las películas snuff y el sadomasoquismo. La historia ha recibido críticas negativas entre quienes no entienden que el gore no es más que un género de humor que, originalmente, lo que hacía era trolear a los periodistas de sucesos, cuyo número aumentó con el auge de la televisión por satélite
Lo ha dicho en entrevistas. Su objetivo como dibujante es "mostrar cosas que la gente tal vez no quiera ver". El suizo Thomas Ott es ya un clásico de las viñetas solo aptas para mentes enfermas, como las obras de sus vecinos en Zurich, HR Ginger y el grupo Celtic Frost. Muchas de sus historias son mudas, sin palabras, evocan el sentido del humor cafre de los tebeos de terror de los años 50 cuya evolución nos perdimos, puesto que fueron censurados en una oleada moral, pero que tuvieron su continuación en los ochenta con los Clowes, Burns u Ott
Nadar ilustra el relato de Julien Frey para contar la historia de Fatty, un personaje célebre de Hollywood cuya carrera profesional se vio ensombrecida por un escándalo en una fiesta. El sello Astiberri edita esta “tragedia” dividida en tres actos que busca hacer justicia con la vida del actor y director estadounidense
La ganadora de un premio Eisner, Pénélope Bagieu ha recopilado en la obra Los Estratos una serie de vivencias que la marcaron cuando crecía como adolescente. Desde el drama por el tamaño de sus pechos, a su incapacidad para bailar, pasando por ser prácticamente invisible para el chico más popular y grunge de su instituto. Unas confesiones divertidas y reflexiones propias de quien enfila la crisis de los cuarenta
En época de revisión de toda la cultura anterior como la que vivimos, sería interesante comprobar el resultado del examen de la obra más célebre de Gilbert Shelton, Los Fabulosos Freak Brothers. Los tres hippies protagonistas estaban cargados de defectos y pecados incorregibles en múltiples campos, pero también deberían verse como unas viñetas que, mediante un humor sin pretensiones, una genuina payasada, lograron desnudar el ejercicio del poder posiblemente mejor que muchos ensayos sesudos
Una investigación académica analizó la popularidad de las patrullas ciudadanas que se toman la justicia por su mano. En lugares donde las ha habido, como Guatemala o Nigeria, las autoridades no se han atrevido a juzgarlas por su buena reputación. Es un hecho que contrasta con el auge de los superhéroes y vigilantes en la cultura anglosajona, europea y japonesa, donde se supone que la justicia está en manos del Estado. Sin embargo, también ha habido ejemplos de vigilantes en el corazón de Occidente, Nueva York
Las historietas de Jack Davis eran las más sangrientas, las que tenían más verrugas y deformados y en las que las víctimas morían de formas más terroríficas. Fue en los 50, cuando el cómic de terror y el humor se unieron en una dupla que acabó... censurada. Una historieta de Davis en la que unos chicos delimitaban un campo de béisbol con intestinos arrancados fue uno de los desencadenantes del pánico moral que acabó con la libertad creativa en los tebeos estadounidenses.
Hasta bien entrado el siglo XXI, Phoebe Gloeckner no reconoció que los personajes de sus cómics estaban basados en su biografía. La autora sufrió abusos de su padrastro, en un contexto en el que muchas chicas de su edad se prostituían a cambio de droga cuando eran menores de edad, lo que eran los 'Niños de Reagan' a principios de los 80. También, directamente mostraban rebeldía prostituyéndose. De todo este universo, la autora dejó sus viñetas que hoy son un testimonio único.
Acaba de cumplir 65 años, Krtek, un dibujo animado checoslovaco. Sus valores eran sencillos, tenía buen corazón y defendía, ante todo, la amistad. Por este motivo, su éxito no solo se redujo a este país comunista, sino que fue exportado con éxito a otros países europeos e incluso a Japón. Después de 1989, en lugar de sufrir un declive, como toda la industria de animación comunista que no podía competir con Disney sin fondos estatales, su éxito se multiplicó y llegó todavía a más países
Andrea Manfredini pública, junto al ilustrador José Manuel Serrano Sánchez, su primer cómic. Una historia de aventuras que se asoma al Japón de finales del siglo XVI
Robert Crumb empezó vendiendo sus cómics por las calles de San Francisco. Al imprimir su propio trabajo, este dibujante impulsó una tendencia, el llamado cómic underground o fanzines, en el que cada uno era dueño de su mensaje. El de Crumb era escueto: sois todos, incluido yo, lo peor. Ese podría ser el resumen. Y si alguien lo personificó, fue el personaje Mr. Natural, un gurú que iba poniendo de manifiesto lo estúpida que era la sociedad en la que vivía. Hoy, todo aquello que criticaba, está amplificado
El dibujante valenciano Luis NCT publica KAYA, un cómic que sigue con el universo narrativo de Wahcommo. En esta segunda parte la guerrera Kaya busca librarse de lo impuesto rompiendo la barrera del género a través de luchas viscerales y un renacer espiritual
En una época en la que triunfaban Mortadelo y Filemón y Zipi y Zape a un nivel masivo, hubo un personaje secundario, Sir Tim O'Theo, obra de Raf, que marcaba la diferencia con el resto de historietas de Bruguera. Todo acontecía en un pueblo de la campiña inglesa, Bellothas Village, donde vivía con su mayordomo un detective, parodia de Sherlock Holmes, que no le pagaba el sueldo a su empleado Patson y, encima, hacía que siempre le aforara las cervezas
El dibujante noruego Jason destaca por su pesimismo y visión cáustica de la humanidad. Por eso planteó una historia en su novela gráfica más aclamada en la que el objetivo era acabar con Hitler mediante viajes en el tiempo. Como conclusión, mostraba que el mundo seguía siendo igual de perverso aunque no hubiese habido una II Guerra Mundial
Famosa por sus cómics de los 70 en los que hablaba de sexo y menstruaciones desde el punto de vista de la mujer, una forma de contraponerse a la cultura que implantaban revistas como Penthouse y Playboy, en los 90 Joyce Farmer inició una obra que le iba a llevar trece años acabarla. No contaba nada excepcional, era simplemente la muerte de sus padres. Cómo se produjo su declive y su adiós con la mayor dignidad posible
El título no dejaba lugar a dudas, Tetas y clítoris, era una ironía de cabecera con la que un grupo de mujeres hicieron sus propios cómics como respuesta a la misoginia y pornografía que abundaba en las publicaciones impresas de los 70. El primer número llegó a los 20.000 ejemplares y no paró de recibir denuncias, tanto de dibujantes masculinos como de otras feministas que no estaban de acuerdo con esa línea, hasta el fiscal del Condado de Orange de California les abrió una investigación por "obscenidad"
Periódicamente se escuchan cantos de sirena sobre el retorno del servicio militar obligatorio. En Francia es constante, Letonia se está planteando reintroducirlo gradualmente, Noruega, Austria, Chipre, Grecia, Finlandia siguen con él, en Suecia volvió en 2017... En España se le dio carpetazo en los noventa con cientos de casos de suicidios de reclutas y muertes accidentales perdidos en los archivos. El reflejo de lo que era, si en algún lugar quedó plasmado, fue en el tebeo de Ramón Tosas Fuentes, "Ivá", Historias de la puta mili
Gaëlle Geniller es una de tantos autores de cómic que no tuvo una experiencia demasiado agradable en la secundaria y se refugió en las viñetas. Ahora, con la intención de dibujar la novela gráfica que le hubiera gustado leer a su yo adolescente, ha roto todos los tabúes y convenciones posibles con Rosa. Una historia situada en los años 20, para la cual acudió a clubes de striptease, sobre un niño criado solo por mujeres
El cómic underground de los 60 estaba marcado por la revolución sexual, la marihuana y todos los elementos de la cultura hippie y la sátira social. Sin embargo, de repente apareció un nombre, Colwell, que dibujaba sobre proxenetas, tráfico de drogas, prostitución, heroína y cárceles. Todo el mundo daba por sentado que era negro, pero no. Se trataba de un insumiso que se había comido dos años de cárcel por la guerra de Vietnam y, en prisión, hizo amigos de los bajos fondos. Se limitó a relatar su vida en un cómic que vendió 50 mil copias.
Cuando el sucesor de Bush como gobernador de Texas, Rick Perry, empezó a congregar a sus seguidores en estadios para rezar, el cineasta Gary Watson decidió llevar al cómic uno de sus cortometrajes. After Twilight era una distopía que contaba cómo Texas había logrado independizarse para imponer una teocracia a su población. La ficción estaba fechada en 2022, justo el año en que este Estado ha prohibido totalmente el aborto
Con el recuerdo de 'Érase una vez la vida', la ilustradora Marion Montaigne creó un blog titulado 'Morirás menos idiota, (pero morirás de todos modos)' para explicar conceptos científicos elementales desde un sentido del humor ácido y corrosivo. El blog tuvo tanto éxito que se convirtió en una de las mejores series de ciencia del canal Arte. Su objetivo es mostrar datos cotidianos, como que perdemos dos kilos de carne muerta al año, para sentir la emoción de que la vida real puede parecer ciencia ficción solo con un enfoque marcado por la curiosidad
El mercado mundial del cómic está muy restringido a cinco países. Japón, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia y Bélgica. Mueve 6000 millones anuales en el mundo, pero España está al nivel de Polonia, por detrás en número de editoriales de Alemania o Italia. A menudo, el cómic recibe consideración de elemento lúdico ajeno a la enseñanza, donde deben imperar obras aleccionadoras y moralistas de prestigio, esto es, escritas. Quizá ha llegado el momento de tomarse en serio el potencial de la viñeta en la educación
Dos guionistas españoles y un dibujante italiano han firmado, paradójicamente, una novela gráfica genuinamente estadounidense, Gentlemind. Una historia con todos los ingredientes del cine negro y de intriga clásico, para colmo ambientado en la Nueva York de los años 40, 50, 60 y 70: un relato de profundo calado que, lejos de quedarse en los clichés del género, reflexiona sobre la conflictiva pareja que hacen la dignidad y el dinero. Cuesta mucho verlos juntos
Considerado por la Gestapo como el "enemigo público número dos", el escritor checo Karel Capel en 1920 escribió RUR, una obra de teatro que introdujo por primera vez y popularizó el término robot, que venía del término servidumbre en lenguas eslavas. La historia contaba la vida en una fábrica de robots diseñados como un proletariado avanzado, más barato y más dócil. La distopía era la habitual, en un momento dado, terminaban rebelándose. Ahora, una novela gráfica checa ha rescatado esta obra en su centenario