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CONVERSACIÓN CON JUANJO CARBONELL

“València era un hervidero”: Juanjo Carbonell, un histórico de la noche

27/12/2021 - 

VALÈNCIA. “Así lo viví y así os lo cuento”. Con esta frase Juanjo Carbonell (València, 1963) cierra el título de su libro El ocio y las discotecas valencianas en 50 años, publicado recientemente por la Editorial Sargantana. El libro va más allá de compilar datos sobre la noche valenciana durante las últimas décadas y supone un acercamiento a las figuras clave del ocio nocturno que han sido clave para la gestión, expansión y comprensión del fenómeno de las discotecas y pubs en la Comunidad Valenciana. Juan Clemente Hervás, Carlos Llobet Gonzálex Mataix, Juan Antonio Romero, José Ramón Fuster Gómez y Jesús Saiz Uribes son los nombres que titulan cada una de las secciones del libro, que se divide en una suerte de reinados de la presidencia de la FOTUR (Federación de Ocio, Turismo, Juego e Industrias Afines de la Comunidad Valenciana).

Carbonell ostenta los cargos de secretario general de la Federación Nacional de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de España (España de Noche) y de la FOTUR. Además, desde los años ochenta  forma parte de la Comisión de Espectáculos de la Generalitat Valenciana.

Lo que pretendo es que quede constancia de las personas que han hecho posible el ocio empresarial. Personajes que han luchado y trabajado a través de treinta años de historia. El libro habla de la asociación de empresarios, por eso transcribo mucha documentación”.

Aquellas primeras noches de la vida de Juanjo Carbonell

“Yo empiezo en el 83, monto una discoteca aquí en València, en la Gran Vía, la discoteca Flash (actualmente la Oven). Empieza la movida desde el 83 hasta el 94 o 95. Eran otros tiempos. Antes se trabajaba la noche pura y dura, todos los días. Se trabajaba la sección de tarde y la de noche. Eran tiempos difíciles. Había mucha faunanocturna. Había que pelear, había que capear y dar muchos capotazos a la noche. Batallitas de esas mil. Por ejemplo, un día en la sala Flash actuaba Rafael Conde Santiago, el Titi. Se le rompieron los pantalones y no podía salir a actuar, tuvimos que quitarle los pantalones a un camarero para que pudiera salir él”.
Juanjo estudió empresariales y se crió con sus padres en un parador de carretera en el Puerto de Cárcer: el bar restaurante Júcar en la carretera nacional 340. “Los menús eran a 60, 70 u 80 pesetas con café, copa y puro”. 

“Vengo de hostelería, mis padres tenían negocios hosteleros: discoteca, hostal, restaurante. Siempre fui un niño de bar, imagina lo que es vivir rodeado siempre de personas mayores. Eso me dio don de gentes”. Ya avanzados los 60 el padre de Juanjo, Jaime Carbonell, como integrante de Espectáculos Benavent emprende con el hostal Puerto de Cárcer y acerca al público a grandes de la canción como Nino Bravo, Camilo Sesto, Marisa Medina y Juan Bau. “Recuerdo que los fines de semana aquello reventaba de gente. Estuve trabajando en el hostal del 70 al 72”.

El siguiente paso empresarial de su padre fue la apertura de la cafetería discoteca Sait de Xàtiva. “Era una cafetería de la new chic de entonces. Tenía un sótano con una cucada de discoteca tipo cueva, con estalactitas y estalagmitas. En la cafetería había unas mesas pegadas a la escalera que daba a la entrada de la discoteca. En esas mesas siempre se sentaba alguna señorita con minifalda y, si subías la escalera, te encontrabas con una entrepierna que aquello era flipar”.

“A principios de los 80 me acercaba a la sala Trópicos, en la Gran Vía de Germanías, 31. El propietario era Pepe Sabater del Valle, todo un personaje que fue el promotor del Hotel Sicania de Cullera. Pepe quería deshacerse de la sala. Llegamos a un acuerdo, hicimos el traspaso y a partir de ahí me incorporé en la Asociación de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas. Esto un tema vocacional. Cuando naces en el medio es como el cura que es cura o el periodista que es periodista. Me gustaba la noche, el servicio, el trabajo. El ofertar ese servicio de trabajar por y para la clientela. Siempre he necesitado estar en contacto permanente con la gente. Súmale espíritu empresarial ese de los veinte años, cuando eres joven, te apuntas a todo”.

Marco comparativo entre aquella noche y esta

“Ya no tiene nada que ver el espíritu hostelero. Hay unos cambios generacionales, de hábitos, no podemos extrapolar el momento del antes de la pandemia a los 80 o 90. Un joven de la pandemia no tiene nada que ver con uno de los 80 o 90. En los de los 90 muchos no habían salido de València, Ahora los jóvenes han dado la vuelta al mundo. La noche es distinta. Se mueve más por grupos operadores de relaciones públicas, redes sociales. En aquella época no tenían internet. Me acuerdo que hacíamos cartas por correo ordinario. Son situaciones totalmente diferentes, antes era una relación más cuerpo a cuerpo”.

“València ha tenido siempre épocas buenas. En especial del 83 hasta el 94 o 95, hasta que finaliza la ruta, la noche valenciana era un hervidero. Ten en cuenta que aparte de las discotecas de fin de semana, entre semana estábamos trabajando 14 o 15 salas, más bingos, clubs… tú salías un lunes y València era un hervidero. Todos los días, además los fines de semana, que se sumaban las grandes discotecas: Puzzle, Barraca, Chocolate… aquello era el cóctel perfecto, nunca mejor dicho. La coctelera estaba agitándose todos los días, con más o menos ingredientes”.

El papel de la Comisión de Espectáculos de la Generalitat Valenciana

“Entré de suplente en la Comisión en el 83. Imagínate todo lo que he vivido. La Comisión es un órgano de máxima importancia en materia de ocio y espectáculos. Se debaten los problemas del ocio, de apertura y cierre, los reglamentos de espectáculos, toda la normativa que regula el sector del ocio. En mi opinión se utiliza poco. Se tendría que potenciar más y que no fuera un órgano de mero trámite y consulta”.

“La ley de espectáculos es del 2010, ya está desfasada, ahora va a salir un reglamento que no va a servir para nada porque ya sale caduco. Entiendo que los modelos de negocio han cambiado y el catálogo de espectáculo no los refleja. Hay que buscar el equilibrio en cuanto a las actividades y los horarios”.

El momento presente

“En este momento la noche tiene una situación muy complicada. Que va a tener una solución muy difícil porque las empresas están todas rotas internamente, anímicamente. A las empresas de ocio nocturno y restauración les han dado en el alma. Y pese a que nuestra consigna es luchar en la adversidad, esta adversidad en este momento es total. La penalización que ha sufrido la noche y las últimas actuaciones policiales nos ponen en una situación muy complicada. Aunque no esté señalada la relación directa entre la pandemia y el ocio nocturno”.

¿Es cultura la noche? “El ocio nocturno tiene dos vertientes: la fiesta pura y dura, y hay otra vertiente que es a quien le gusta la noche porque le gusta divertirse y la coge como elemento cultural. Ir a tomar una copa indiscutiblemente no es cultura, pero puede generar cultura. La ruta tuvo esa cultura musical y de oferta cultural. Sin embargo, se ha penalizado la parte de la fiesta con menos conocimiento y se ha olvidado lo bueno. La noche en sí es muy buena, puede ser parte de una gran cultura, pero necesitamos que los profesionales actúen sobre los campos positivos que tiene y también la colaboración de los usuarios para participar en esa cultura de la noche de forma responsable”.

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