CASTELLÓ. Héctor Verdés (Villar del Arzobispo, Valencia, 1984) llegó el pasado verano al CD Castellón procedente del Rayo Majadahonda de Segunda División, categoría en la que militó de manera continuada desde el verano de 2010 en otros conjuntos como Elche, Alcorcón u Oviedo. Esta temporada, la grave lesión de Regalón le abrió la puerta de la titularidad jugando de manera consecutiva desde la cuarta jornada hasta la décima, en la que cayó lesionado en el choque ante el filial del Villarreal. Lesión que se alargó más de lo previsto y que le tuvo fuera del equipo por espacio de casi tres meses. Fue en enero y en Paterna ante el filial del Valencia donde acabaría disputando su último encuentro como albinegro.
La llegada en el mercado invernal de jugadores con ficha senior como Kako y Lapeña obligaron a la comisión deportiva a conceder dos bajas federativas. Al final, en la decisión última pesó el estado físico de los damnificados. Regalón, baja de larga duración fue renovado un año y dado de baja. La otra baja fue la de Verdés. Los problemas físicos del valenciano fueron la cuestión de fondo, puesto que en los partidos que disputó siempre mostró un nivel muy alto.
Verdés ha colgado así las botas tras llegar a un acuerdo con el CD Castellón para rescindir su contrato. En declaraciones a Radio Voramar el jugador reconoce que el tiempo "corre para todos: No sabía cuándo, pero sabía que estaba cerca, y ha ido más rápido de lo que esperaba. Hablamos y yo entiendo su postura, por desgracia no puedo estar en el terreno de juego todo lo que me gustaría, ellos necesitan cambiar fichas y lo entiendo".
Una experiencia difícil de comprender desde fuera, ya que su rendimiento siempre fue alto en los partidos en los que pudo estar disponible. "Realmente siempre que estaba en el campo me encontraba bien, capacitado, el problema es cuando venían las lesiones. Tengo una enfermedad de base, de hace muchos años ya. A nivel de espalda, articulaciones, provoca mucho dolor, y este era el motivo por el cual no podía entrenar" apunta el central valenciano.
"Por este motivo no puedo comprometerme con ningún otro club, tengo que vivir con ello. He aparcado las botas, toca resetearse y ver opciones" asegura el exjugador albinegro.
Tan solo ha transcurrido poco más de un mes desde su salida del club y a Verdés le queda "una sensación extraña, no tengo la sensación de que no voy a volver a pisar Castalia. No me he planteado cambiar el chip. No soy capaz de procesar que esto ya no es parte de mí. Piensas que nunca te va a llegar. Es duro, pero bueno, es la fase que me toca en este momento. No he hecho oficial la retirada. Mi carrera de fútbol ha llegado hasta aquí, lo sabe mi gente y ya está".
El valenciano relata además su despedida de los que fueron sus compañeros hasta hace bien poco: "No fue fácil despedirme de ellos, aunque sabes que ese día va a llegar. La verdad que es una gozada llegar a Castalia ante cualquier rival y la gente está ahí, es un ambiente del que el futbolista disfruta. La gente está volcada. Estamos en una situación que es envidiable para cualquier equipo de la categoría".
En cuanto a su futuro personal, Verdés se muestra ilusionado: "Todavía celebro los goles como los celebraba hace meses. Me gustaría formarme y seguir en el mundo del fútbol, ya sea como entrenador, director deportivo... Si fuese entrenador, me gustaría hacer un fútbol ofensivo. Del club no he tenido ninguna oferta. Ahora toca resetear y centrarme en la familia". Todo un profesional a quien las molestias crónicas han acabado apartando de los terrenos de juego.