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MÚSICA DE CASTELLÓN

Blackfang, guardián del hip hop que no renuncia a sus raíces

La banda castellonense actúa este sábado en el festival Orpesa Poètica para presentar A foc lent, Premi Ovidi 2020 a Mejor disco de Hip Hop y Electrónica

22/05/2021 - 

CASTELLÓ. Es imposible quedarse impávido ante la música que despachan Black Fang. Sus enormes letras y su música ecléctica hacen de su propuesta algo difícil de etiquetar. Eso es bueno, porque hacen algo distinto, original. La banda castellonense debutó con un nombre más largo, Calmoso & The Black Fang, que han reducido para publicar su segundo trabajo, A foc lent. Hablamos con Calmoso Ramírez sobre la banda y su más prometedor futuro.

Todo tiene un inicio, el momento en que los astros se alinean para alumbrar a un grupo. “En un principio, la banda surge de un encuentro entre amigos, concretamente Joan Centelles (piano), Diego Barberà (contrabajo)  y yo (rap)”, comenta. “Es después, a la hora de plantear la grabación de un primera demo y preparar lo que sería el primer bolo, cuando se piensa en otros músicos para ampliar la banda, pero no tanto por el instrumento que puedan tocar, sino por la afinidad personal y el gusto por este tipo de música”, sentencia.

Desde su gestación la banda ha sido singular, no solo por su sonido, ya que seleccionar a sus integrantes por su afinidad personal y gusto por la música, dice mucho de la filosofía del combo. Algo que sin duda transmiten sus canciones: sinceridad. Comenzaron con un elepé llamado, Fangtazztic!, al que ahora le sigue éste. Como he dicho, el sonido es difícil de catalogar, pero Ramírez nos cuenta los cambios musicales de un álbum a otro.

“El sonido ha cambiado un poco del primero al segundo disco; quizás ahora tenemos temas con sonido un poco más actual”, señala. “Somos una banda de hip hop, con  9 músicos, cada uno con bagaje musical diferente, pero con un amor común por el jazz, el funk, el hip hop y otras músicas que comparten estas raíces”.

Con nueve músicos la forma de componer debe ser, de nuevo, diferente. “Diego es el director musical y yo me encargo de las letras. Quedamos los dos, proponemos ideas, las vamos desarrollando y finalmente las llevamos al resto de la banda que las hace crecer”, apunta el cantante. Otro de los cambios que tuvo la banda fue el acortamiento de su nombre. “Sobre todo fue un motivo práctico”, afirma. “El otro nombre era demasiado largo y nadie lo decía al completo. También preferimos un proyecto de banda con un nombre común para todos, sin personalismos”.

La crisis es un tema importante cuando hablas con una banda, su forma de afrontar el revés pandémico suele ser diferente en cada una de las agrupaciones. Lo que es común a todas es la pérdida de conciertos y de festivales. Algo que ha imposibilitado la subsistencia de muchos. “Imagínate, nos pilló en plena gira de presentación de nuestro segundo disco”, comenta. “Muchos bolos aplazados o perdidos, al igual que el dinero invertido en ese trabajo sin recuperar. Además muchos de los componentes viven de la música, y ha sido un palo muy duro”. Las cosas han ido mejorando. “Por suerte, poco a poco nos iban llegando buenas noticias como vitamina: premios, apoyo de gente querida, nuevos conciertos…ahora parece que vemos algo de luz”, remacha, Ramírez. 

Ya en la actualidad, el grupo ha vuelto al asfalto con la gira. “El sábado en Oropesa tendremos el último concierto de un intenso mes de Mayo (para lo que ha sido este año). Las siguientes fechas aún sin confirmar, serán para Julio, y esperemos con la mejora de la situación vayan saliendo cositas durante el verano”. 

Centrándonos en el disco, y en las canciones que lo componen y le dan vida; las letras son vitales. “Hablamos de cosas cotidianas, de nuestra realidad”, señala. “Hay temas con más peso y contenido, algunas más costumbristas; mientras otras son divertidas, jugando con el lenguaje. A cada uno nos representa más algún tema que otro, pero 'Con la calma' es un lema muy representativo de la banda”.

A foc lent fue uno de los álbumes más relevantes de Castellón de 2019, en una ciudad con grandes grupos y una escena envidiable, es todo un éxito. Desgraciadamente la crisis hizo mella en la presentación del elepé. Estamos deseando ver algo más de este redondo. “Tenemos pensado sacar algún single, pero a nuestro ritmo. Tenemos muchas ganas de directo, nos lo pasamos muy bien”, apunta. 

La eterna pregunta sobre formato físico o digital se hace pertinente con los castellonenses por lo cuidado de sus trabajos. “Nosotros hemos sacado los dos discos en vinilo”, recuerda Ramírez. El vinilo es otro mundo, casi la última estrella capaz de salvar el formato físico. “Mucha gente nos ha escrito pidiendo un vinilo y nadie pidiendo un CD. Es una muestra de que el vinilo sigue vivo, y más en nuestro estilo, en cambio el CD ahora mismo es un problema, ya que ni en los coches lo puedes usar”, comenta.

El formato digital lleva años pareciendo que iba a desbancar el físico, pero todavía no ha sucedido. “El “streaming” mola, nos facilita el hecho de poder llevar la música a todas partes pero, un vinilo es algo material, algo que envejece con uno y se le coge cariño, es la materialización de un proyecto que capta un momento especial, y aparte el sonido que, siendo imperfecto es más orgánico”. El vinilo parece rejuvenecer al ser descubierto por muchos jóvenes, y redescubierto por los mayores. “Bernie, nuestro saxofonista, forma parte de Krakatoa, la única fábrica de vinilos de todo el estado, un proyecto arriesgado pero con mucho amor por la música”.

Castellón se sitúa en un lugar privilegiado en cuanto a bandas y escena, casi se puede otear desde la ciudad el futuro de la música. “Vemos que hay muchos proyectos interesantes y muy diferentes”, señala. “Quizá falta ese paso hacía fuera que no sabemos muy bien porqué, siempre ha costado aquí. Hay bandas con calidad pero pocas llegan a públicos de fuera de la provincia”. No solo de rock o pop vive la ciudad. “En la escena hip hop, ahora mismo hay mucha gente joven haciendo cosas de nivel, y otros que llevan tiempo que siguen sacando trabajos de calidad. Ya está pasando, pero todavía falta que nos lo creamos y se nos reconozca por otros lugares”.

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