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EL PROYECTO NACE EN LA CUARENTENA CUANDO EL CONTACTO FÍSICO ERA IMPOSIBLE

'CamMoods': todo lo que una webcam y un post de Instagram puede contar de ti

23/11/2020 - 

CASTELLÓ. La calle. El tacto. La piel. Un beso con lengua. El abrazo. Una sonrisa. Te conozco. No te conozco. La fiesta. La gente. La cara. La palabra que te digo. El lenguaje. La mirada que se cruza. La comunicación. Las noches juntos y juntas. El día juntos y juntas. Vamos. Volvemos. Andamos. Volvemos. Chistes. Comunicación. A una. 

Es posible que todas estas palabras les resulten familiares a quienes las lean. Muchas otras todavía nos resultan extrañas. "¿Fiesta? ¿Tacto?" No han llegado todas estas cosas a nuestras vidas, sin embargo solo hay que echar la vista atrás para recordar que las ausencias que teníamos hace unos meses eran mucho mayores a las de ahora. Fue, de hecho, debido a este vacío que teníamos entonces que empezaron a germinar multitud de proyectos artísticos y sociales. 

En su caso, el nacimiento de CamMoods se fecha en un 30 de marzo, cuando la soledad y la falta de actividad ya empezaba a hacer mella. "Estaba mirando stories y stories cuando se me ocurrió que quizá podríamos hacer algo con lo que nos sintiéramos de verdad juntos. Parece que en Instagram estás muy rodeada de gente, pero también puede ser una página muy individualista. Así que le propuse a mi compañera Anna Alegre crear una cuenta desde donde cada semana retaríamos a la gente a que nos enviaran fotografías acorde con la situación, la idea o el estado de ánimo que les dijéramos. (El mood en definitiva). Se trataba de utilizar las redes sociales de otra forma. En lugar de ver stories todo el rato, utilizarla como un mecanismo de creatividad", explica Paula Lorenzo

En total se vieron involucradas 131 personas, tanto de dentro como de fuera de la península, que enviaron sus fotografías y vídeos hasta que llegó la desescalada. El 19 de mayo CamMoods terminó en el plano virtual, pero todas aquellas experiencias, que se generaron a través de una webcam, han culminado ahora en una exposición que puede verse -con cita previa- en la asociación Cúmul (C/Conde Noroña, nº20) hasta el 29 de noviembre. 

Paso 1: recoger toda esa nostalgia 

No esperaban las creadoras de CamMoods todo el feedback que al final recibieron. Tampoco era un proyecto que nacía con alguna pretensión mayor, pero fue quizá su mecanismo sencillo y con el que tan familiarizados estamos lo que captó la atención. La mecánica era la siguiente: cada semana se proponía un mood que la gente tenía que interpretar mediante la cámara de su ordenador. Como explicaron sus impulsoras, el hecho de hacerlo así no era en vano; en este dispositivo la cámara es únicamente interna, eres tú frente a un objetivo, por lo que es más fácil acotar lo que se quiere mostrar. "Remedios Zafra habla de las webcams como ese lugar rectangular, donde ocultas y representas lo que te interesa mostrar de tu imagen. Una imagen que puedes perpetuar de manera más canónica o transgresora", añade Lorenzo. 

Era importante además acompañar los recursos visuales con un pie de foto que formaría parte de todo este concepto. "CamMoods es un lugar donde imaginamos nuevos yos o donde mostramos parte de nuestro yo. Donde damos un nuevo uso a la cam del ordenador, que había quedado relegada a fotografías más personales jamás mostradas o incluso no habiendo sido nunca utilizada por sus propietarios", explicaban meses atrás sus creadoras. 



A partir de aquí se configura un nuevo lenguaje que tiene que ver con unas nuevas formas de ser. Una reconstrucción que se pudo hacer solo con internet. "Esta claro que aquí el lenguaje cambia: el abrazo no se siente y el gesto se convierte en otra cosa, no tan espontánea; pero sigue siendo lenguaje. Un lenguaje que llega, que ilustra, que habla de quien somos, de lo que somos, de lo que necesitamos y de lo que buscamos. Un lenguaje hecho de píxeles y audio, que continua acercándonos y continua creando comunidad. El confinamiento rompe con una parte esencial de nuestro ser. Rompe una comunicación física, con el gesto y con el tacto al que estábamos acostumbradas. Entonces es en nuestras casas y habitaciones propias donde tenemos que volver a construir nuestras formas de ser". Más de cien personas mostraron diferentes estados de ánimo y temas a través de las fotografías hechas con la cámara del PC. 

Paso 2: salir a la calle

Ahora bien, como tantos otros proyectos nacidos durante la cuarentena, CamMoods tenía fecha de caducidad. Una vez la desescalada empieza a producirse, la iniciativa deja de tener sentido en el plano virtual y empieza a mudarse progresivamente al mundo físico. "Solo duro dos meses porque no tenía sentido continuar cuando la gente ya tiene un contacto social como antes, ya van con prisas y lo interesante de todo esto era ver qué somos capaces de contar cuando estamos encerrados y no tenemos otro tipo de contacto", señala Paula Lorenzo.

Paso 3: mostrarse en una exposición

Pero no iba ser este otro proyecto que nacía y moría en la red. Cuando las calles ya empezaron a ser ocupadas, las impulsoras de CamMoods cubrieron las paredes con algunos de los contenidos que se habían originado durante aquellos meses. Tal y como explican, era una forma de acercar todo este lenguaje a aquellas personas, especialmente mayores, que no tienen redes sociales. Por otro lado, era una forma de anunciar que iban a trasladar todo el trabajo a una exposición. 

El primer escenario de la nuestra representa la nostalgia. Una pequeña pantalla reproduce, sin pausa, un vídeo que recopila celebraciones y fiestas que quedaron en el pasado. "Nos gusta poner estas situaciones de contexto porque el proyecto nace delante de la incapacidad de tener este contacto físico y de vivir todas estas situaciones que son importantes para nosotros". 

Una vez situado, el espectador ya podrá ver todas las fotografías y frases que las castellonenses recibieron desde diferentes puntos de España y hasta del mundo, con casos llegados de Argentina o Hong Kong. También se convierte el mismo Instagram en una parte de la instalación, ya que quien quiera podrá meterse en su perfil social para ver cómo se gestionaron todos los mensajes privados durante los meses de confinamiento. Igualmente, el libro de Remedios Zabra, Un cuarto propio conectado, también habitará en la sala de la asociación para ser ojeado. "Hemos querido ponerlo porque su teoría sobre la sociedad red y sobre cómo se representan los cuerpos en las redes sociales, tiene mucho que ver con lo que hicimos", explica Lorenzo.

El proyecto encuentra su fin en una última pared donde se irán colocando, hasta el último día de la exposición, las fotografías de las personas que han pasado por el espacio. Será tan sencillo como volver a los inicios de todo esto: quien vaya puede ponerse delante de la webcam del ordenador y el retrato se imprimirá instantáneamente para crear esta vez un mural más anárquico que en internet. "Las redes sociales han demostrado ser super necesarias. Aunque es una arma de doble filo, sin ellas la pandemia hubiera sido totalmente distinta", concluye la artista, que no sabe aún así si volvería a repetir esta experiencia si un nuevo confinamiento llegara a nuestras vidas. "Llevándolo al mundo físico le hemos dado una forma terminada. Igual no tendría sentido volver a hacer CamMoods, pero quizá otro proyecto sí".



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