CASTELLÓ. El equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Castelló (PP y Vox) activa la cuenta atrás de su primer presupuesto. Tras aprobarlo por pleno el pasado 18 de enero, el bipartito encara ya la recta final de la tramitación administrativa. El próximo 9 de febrero, a las 23.59 horas, se cerrará el periodo de presentación de alegaciones públicas. En principio, no se esperan sorpresas. Si al final se confirma que ninguna asociación o particular ha formalizado recurso, la publicación de las cuentas municipales en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) se producirá el martes siguiente al no haber tiempo material para hacerlo ese sábado.
El anuncio del proyecto económico, como así establece la reglamentación, supondrá la entrada en vigor de manera oficial. En efecto, será en una fecha no apto para supersticiosos, el martes 13 de febrero. A partir de ese momento, el ejecutivo local podrá desarrollar sin ataduras financieras su programa de gobierno para 2024, activando las distintas líneas y medidas encaminadas a rebajar los impuestos y mejorar los servicios.
El presupuesto de 2024 presenta una cifra récord de 214, 5 millones de euros (216,3 millones de euros si se incluyen los organismos autónomos). Como obras más destacadas aparecen la segunda fase de la ronda Oeste, las rehabilitaciones del Mercado Central y la biblioteca municipal o la reforma de la avenida Ferrandis Salvador. Como contratos más relevantes figuran el Bicicas y el nuevo bus urbano. Este último resulta especialmente llamativo por sus números: más de 100 millones de euros y 12 años.
Como manifestó al alcaldesa, Begoña Carrasco, en el pleno de aprobación, "las cuentas municipales sientan las bases del cambio que votaron los ciudadanos y ponen la primera piedra del primer proyecto de ciudad. Comenzamos a virar el rumbo del Ayuntamiento, que tenía un trayecto equivocado. Nosotros hemos venido a escuchar a los castellonenses y a plasmar sus demandas, que es lo que hacemos en los presupuestos", manifestó.
El bipartito logró sacar adelante la votación gracias a su mayoría en el hemiciclo (15 de los 27 concejales). La oposición (PSPV y Compromís) se pronunció en contra al no haber sido aceptada ninguna de sus enmiendas. A pesar de que el ejecutivo local se sentó con ambos partidos para analizar sus aportaciones, lo cierto es que rechazó las 51 formalizadas por valor de 7,2 millones de euros.
La entrada en vigor el próximo 13 de febrero, sin cumplir al 100% el objetivo que se había marcado el equipo de gobierno del 1 de enero, marca distancias considerables en relación al anterior ejecutivo, el denominado Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Podem-EUPV). En sus primeros dos años de mandato, y por diferentes causas (divergencias internas), el tripartito hasta más de medio año en cerrar las cuentas municipales.
En 2019, la crisis originada por la moción de fiestas lastró la negociación para pactar el proyecto económico. Aunque semanas después de aquel episodio las relaciones se recondujeron, la falta de sintonía resultó evidente en los siguientes meses. Sin un acuerdo real, la covid-19 acentuó la demora, por lo que el gobierno municipal tuvo que esperar hasta agosto para activar el presupuesto.
La misma historia se repitió prácticamente en 2020, aunque el conflicto contó con otros protagonistas. El coqueteo del PSPV con Ciudadanos, al que buscó para asegurarse una mayoría, enervó a la formación valencianista y a Podem-EUPV. La posibilidad de un entendimiento rápido sobre las cuentas municipales se difuminó con el paso de los días. Además, el ciberataque agravó aún más el retraso. Tanto es así que el documento financiero se impulsó durante el verano.