CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló reactiva la idea de sacar a las tascas de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Desde principios de mes toma datos en la plaza Santa Clara y las calles Barracas e Isaac Peral para analizar los niveles de ruido. Las mediciones se realizan a través de cuatro estaciones instaladas por la empresa Labacustic, que piensa registrar los decibelios durante tres fines de semana, de jueves a domingo.
La monitorización comenzó antes de la Magdalena y se interrumpió durante las fiestas, ya que la ordenanza de convivencia ciudadana permite durante esos días alargar las horas de consumo de alcohol en vía pública y aumentar los límites sobre las intensidades sonoras nocturnas. Dicho de otra manera, los registros de esas fechas no representan una muestra fiable del sonido.
Con esta efímera auditoría, el equipo de gobierno (PP y Vox) pretende comprobar el estado real de la contaminación acústica de las tascas. En el caso de que los resultados de la evaluación revelen que se sigue dentro de la ZAS, se descartará iniciar un nuevo expediente para decretar su supresión. Por el contrario, si los niveles confirman que se está por debajo, se tomará la decisión de realizar una nueva medición durante un periodo de 12 meses con el objetivo de flexibilizar las actuales restricciones.
Fuentes municipales señalan que la hoja de ruta se consensuará con los empresarios y siempre según la legalidad vigente. En este punto, las mismas fuentes se refieren a la necesidad de que en el supuesto de realizar la monitorización a lo largo de un año y que el posterior informe avale plantear el cese de la Zona Acústicamente Saturada, se buscará que la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio también respalde la medida.
Y es que en la anterior legislatura, cuando el denominado Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Podem-EU) planteó cesar la ZAS tras evaluar las tascas durante un año, la administración autonómica emitió hasta en dos ocasiones informes negativos. A pesar de no tener competencias para modificar los planes acústicos municipales, sí que recalcó su disconformidad sobre la medida ante las dudas legales respecto a los registros de las estaciones.
La Conselleria advirtió en sus escritos que, al haberse realizado los controles durante la pandemia, deteniéndose además con cada estado de alarma, los datos obtenidos no reflejaban la realidad de la saturación en las calles Barracas, Isaac Peral y Vera, así como en la plaza Santa Clara. Esas valoraciones desfavorables impidieron al Fadrell seguir adelante por el riesgo a enfrentarse a un Contencioso-administrativo de algún vecino.
Una contingencia que igualmente valoró el actual equipo de gobierno, que ahora retoma la posibilidad de eliminar la ZAS. La estrategia a seguir en el futuro dependerá de las conclusiones de la monitorización exprés. Incluso, marcará la declaración de las tascas como espacio gastronómico, una figura que daría más protección a los negocios.