CASTELLÓ. Dos años ha tardado en caer la cooperativa que iba a suponer un soplo de aire fresco al panorama citrícola de la Plana Baixa. La junta directiva de Cítrics de Nules ha informado este martes a sus asociados que la empresa desaparece. Ni siquiera abrirá sus instalaciones para la próxima campaña. Esto supone un duro golpe económico para una localidad, Nules, emblemática en todo lo que se refiere a la naranja y que ve cómo, de un plumazo, pierde cientos de puestos de trabajo claves para la población.
Las noticias de la mala situación de Cítrics de Nules venían repitiéndose en los últimos meses. A las cartas de la empresa a asociados y a quienes les compraron fruta pidiéndoles que se acogieran a un plan de cobro aplazado siguieron las noticias de la plantilla en redes, que anunció ya entrado agosto que la empresa pretendía acometer un Expediente de Regulación Temporal de Empleo para todos ellos. Finalmente, este pasado jueves, 24 de agosto, la dirección, encabezada por Manuel Cases, presentó el concurso de acreedores, del que ha informado cinco días después. Y este lunes se inició ya el periodo de consultas previo con los trabajadores.
Ahora falta por tramitar este concurso y que el juez lo acepte, pero no hay alternativa posible a la liquidación de la firma, que nació hace ahora dos años de la fusión de Cipla y Nulexport. También falta por concretar el agujero económico que deja la firma, que según varias fuentes puede alcanzar los 21 millones de euros, y cómo puede responder la compañía de ella.
Para ello cuenta con las instalaciones, entre ellas las cámaras frigoríficas y las naves, fundamentalmente de Nulexport, en otro tiempo un emblema del cooperativismo citrícola valenciano. Y también con el capital social de la compañía. Los alrededor de 400 socios que mantenía Cítrics de Nules (había perdido alrededor de 300 en dos años) son los propietarios de la empresa y responderán por esta razón de parte de las deudas con sus aportaciones al capital social, en la mayoría de los casos materializadas décadas atrás.
Muchos de ellos estuvieron este martes presentes en la asamblea, que al contrario de lo que pudiera esperarse no fue tensa. En ella, la junta directiva no presentó ningún documento que resuma la situación de la compañía y achacó la situación a la falta de financiación, que no permitirá volver a la actividad.
Pero lo cierto es que Cítrics de Nules ya arrancó con una tarea muy complicada por delante. Cipla, de mucho menor tamaño que Nulexport, se hizo cargo de este antiguo transatlántico citrícola, que arrastraba años de penurias, pese a las voces que veían lo arriesgado de la empresa. Con un volumen de fruta a comercializar que podía alcanzar las 35.000 toneladas, finalmente los peores presagios se han hecho realidad para una de las pocas cooperativas que seguían en pie en el territorio castellonense.
Con el cierre de la firma, en Nules, antaño un núcleo vital de la comercialización citrícola y que no hace tanto contaba con cinco cooperativas, solo queda un comercio en activo. Desde la dirección de la compañía no han querido dar ninguna explicación a este diario de la situación.