CASTELLÓ. El primer debate electoral de los candidatos municipales a la alcaldía de Castelló este miércoles evidenció los bloques y los posibles pactos de gobierno tras el 28M. Los alcaldables del PSPV y Compromís, Amparo Marco e Ignasi Garcia, respectivamente, se mostraron muy cohesionados en sus exposiciones frente a un PP y Vox cuyos líderes, Begoña Carrasco y Antonio Ortolá, exhibieron cierta sintonía. Más dispersos estuvieron los cabezas de lista de Podem-EU y Ciudadanos, Marisol Barceló y Eduardo del Pozo, que se ciñeron exclusivamente a su argumentario político en busca de captar votos de la izquierda y del centro derecha.
El acto, que se celebró en El Menador bajo la organización de la Asociación para el Desarrollo de la Comunicación (adComunica), permitió a los seis alcaldables detallar de manera sucinta sus programas electorales. Los candidatos no pudieron extenderse demasiado durante sus intervenciones al tener que desgranar sus propuestas en cuatro ejes temáticos y con tiempos limitados: modelo de ciudad, promoción económica, desarrollo sociocultural y transparencia y participación ciudadana. También hubo un breve turno de preguntas abierto al público y un cierre final, en el que los participantes aprovecharon para resumir sus proyectos de futuro y pedir el voto a la ciudadanía.
A pesar del encorsetado formato, sin posibilidad de réplicas (lógico, por otro lado, para evitar un debate interminable), la tirantez estuvo presente. El fuego cruzado siempre fue en dos direcciones en concordancia con los bloques. El Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Podem-EU) trató de desmontar el argumentario de la oposición (PP, Cs y Vox), que insistió en reclamar bajada de impuestos, mayor seguridad y una gestión municipal más abierta a la sociedad.
Las cerca de dos horas que duró el primer debate, moderado por el periodista y colaborador de Castellón Plaza, Ximo Górriz, puso de manifiesto lo mucho que se juegan los seis alcaldables en estas elecciones. Nerviosos al principio, tensos después y algo más relajados en la recta final, ninguno se salió del guion esperado. Tampoco hubo sorpresas con las interpelaciones de los asistentes, muy dirigidas en función de los intereses.
Todos los candidatos salieron satisfechos de la porfía porque pudieron contar su libro, sin excesivos sobresaltos más allá de los lógicos roces al realizarse alusiones al contrario con el propósito de desarmar su alegato.
En el primer bloque, Barceló explicó su modelo de ciudad, basado en la solidaridad y la inclusión, "donde las personas sean el centro de la acción política. Queremos reforzar el escudo social y activar la economía de los barrios". Garcia advirtió de que la ciudadanía debe elegir entre "volver a la corrupción y los recortes", en referencia al PP, "o dar un impulso a las políticas progresistas". En este punto, puso el foco sobre los logros conseguidos gracias a Compromís, como la residencia de la calle Onda o los avances en memoria democrática y educación. También destacó algunas de sus propuestas. Por ejemplo, la creación de una área metropolitana y la reducción de los tiempos de los Cercanías.
Carrasco, por su parte, desglosó su proyecto de ciudad a través de tres ejes: "capitalidad, liberal y un gobierno de los castellonenses". La líder popular afeó a la alcaldesa su sanchismo y socialismo y perseveró en su propuesta estrella de "bajar impuestos, porque queremos gobernar para todos". Marco explicó que su modelo de ciudad "se ha visto en la evolución de estos ocho años", con un ayuntamiento menos endeudado, "sin estar intervenido por el Gobierno de España y la Generalitat". Asimismo, la alcaldable del PSPV recordó que "ha sido este gobierno el que acabó con la corrupción en 2015. Ya no entra la Guardia Civil buscando papeles. Ahora tenemos una credibilidad".
Del Pozo, en un intento de captar el votante de centro, arremetió contra el bipartidismo. "Soy el candidato que representa el cambio ante el fracaso de las políticas del PP y del PSOE. Podemos volver a antes de 2015, con subida de impuestos y recortes", en referencia al Partido Popular, que "perdió las elecciones por la Púnica y la Gürtel. Podemos seguir con un gobierno de izquierdas que desarrolla políticas sectarias o podemos apostar por el cambio, con un partido valiente y de diálogo, como es Ciudadanos", agregó.
Ortolá aseguró que su formación ofrece "sentido común y libertad". En su intervención, denunció falta de seguridad en Castelló, con "zonas degradadas", y la elevada okupación. También subrayó que "retiraremos los libros pornográficos de los colegios", en clara alusión a Compromís.
En los siguientes tres bloques del debate, los candidatos siguieron con su sinopsis. Garcia abanderó la transformación en materias como la educación, sanidad, transición energética y la cultura. Barceló reiteró que Podem-EU es la única fuerza que garantía las políticas sociales. Carrasco continuó con su crítica al Fadrell, sacando a relucir los temas polémicos que han marcado la legislatura, como la reforma de la avenida Lidón, las videocámaras del centro, los radares, el Plan General o la Zona de Bajas Emisiones. Del Pozo recalcó la necesidad de generar riqueza, bonificar la contratación y reducir las tasas, una idea que le compró de alguna manera Ortolá al defender medidas fiscales, tales como la eliminación de la plusvalía o el refuerzo de las ayudas a los autónomos.
Marco aseveró que el futuro de Castelló pasa por los fondos europeos, el Plan General, la participación ciudadana y el turismo, avanzando además en las políticas progresistas.
En realidad, los candidatos se dedicaron a repetir las medidas y propuestas que vienen anunciando desde hace meses. Incluso mucho antes del inicio oficial de la precampaña. Y en esa línea fue su última intervención para cerrar el debate. Del Pozo señaló que "estamos cansados de peleas entre la izquierda y la derecha, cansados de chiringuitos y corrupción. Castelló necesita un cambiado, un partido de diálogo y de centro".
Ortolá redundó en la idea "aplicar el sentido común" y pidió el fin de las imposiciones, poniendo como ejemplo el valenciano. Barceló también se centró en su planteamiento de "avanzar hacia una ciudad de derechos y abierta", y consiferó su formación como "imprescindible para repetir un gobierno progresista, porque simbolizamos la izquierda valiente".
Garcia tampoco varió su discurso y, en su alegato final, avisó sobre la importancia del plebiscito de unas semanas, ya que habrá que "elegir entre los recortes y la corrupción o avanzar. Compromís somos la fuerza que garantiza hacer realidad las políticas que Castelló y el Grau necesitan". Carrasco concluyó advirtiendo que la ciudadanía deberá escoger "entre el sanchismo o el cambio, entre el sectarismo o la libertad. El cambio solo lo puede representar el PP".
Por último, Marco agradeció a los castellonenses su ejemplaridad para superar en esta legislatura situaciones tan complejas como una pandemia o una guerra. Del mismo modo, reprochó las promesas de los candidatos de la derecha y extrema derecha. "Valentía es venir aquí y no mentir. Decir que se va a invertir y bajar impuestos al mismo tiempo es engañar, como también lo es decir que se va a hacer cosas de las que no se tienen competencias. Esta ciudad seguir volando y hacerlo muy alto", subrayó.