El PSPV y PP de Castelló esconden sus cartas: nada de listas hasta marzo para evitar los 'brazos caídos'

CASTELLÓ. Los partidos de Castelló afinan sus estrategias de precampaña a menos de seis meses de los comicios municipales. La actividad pública de sus líderes se incrementa a medida que avanza el calendario. También sube de nivel la contundencia de los mensajes en busca de rédito electoral. No solo se trata de desgastar al rival, sino de hacerlo, además, con la mayor dureza posible. De ahí que los ataques, defensas y réplicas formen parte de una misma maniobra.

En este intercambio de golpes, los alcaldables adquieren especial protagonismo. A excepción de Vox y la confluencia Podem-EUPV, todos los grupos con representación institucional tienen definidos sus cabezas de lista desde hace semanas. Incluso, en el caso de Compromís, ya se conocen muchos de los nombres que integran la candidatura que lidera Ignasi Garcia. No es lo habitual. Dentro de la táctica que las formaciones políticas despliegan cada cuatro años, siempre se apuran al máximo los plazos para oficializar las listas. Una táctica que abanderan el PSPV y el PP

No dar pistas al adversario

Los dos fuerzas mayoritarias en el Ayuntamiento de Castelló, que suman 17 concejales de los 27 de la actual corporación (10 socialistas y siete populares), descartan desvelar sus cartas hasta bien entrado el mes de marzo, a escasas semanas de la cita con las urnas el 28 de mayo. Ese blindaje orgánico obedece a varios motivos. Por un lado, no se quieren dar pistas al adversario respecto a las características de la candidatura, esto es, anticipar posibles fichajes y desvelar las posiciones de los miembros. Por otro, se pretende evitar un efecto de brazos caídos, de manera que los ediles que no repitan caigan presa de la relajación. Una distensión, por otro lado, con consecuencias en la gestión y trabajo del propio grupo.

Fuentes de ambas direcciones coinciden en señalar a este diario que "hay que mantener la tensión de los regidores hasta el final". Esa implicación se hace todavía más necesaria si se toman como referencia los sondeos internos que manejan los partidos acerca de lo que pueda ocurrir el 28M.

A diferencia de los comicios de 2019, los de 2023 se presentan más reñidos, con un mayor equilibrio entre los bloques de izquierda y de derecha. Hasta se considera dentro de lo posible que un concejal decante la balance de un lado o de otro. De ahí lo imperativo para las alcaldables del PSPV y PP, Amparo Marco y Begoña Carrasco, respectivamente, de proteger las listas, sin que se produzcan filtraciones que acaben pasando factura.

La preocupación entre los socialistas

La posibilidad de alargar los tiempos hasta el límite legal preocupaba sobre manera al Partido Socialista hasta hace bien poco. El calendario marco aprobado inicialmente por Ferraz obligaba a cerrar las candidaturas en enero, algo que nunca había ocurrido antes y que se interpretaba desde la agrupación local (y también desde la dirección provincial) como una medida "contraproducente". A mediados de noviembre, Madrid atendió a la petición de la federación valenciana (y de otras) para dar marcha atrás y retrasar las candidaturas.

De acuerdo con el nuevo proceso, el Comité Federal ratificará las listas el 25 de marzo. Antes de esa fecha el PSPV de Castelló habrá celebrado la asamblea consultiva con vistas a concretar el orden de los integrantes del equipo de Marco. Por lo que respecta a los populares, la aprobación final del nuevo proyecto de Carrasco se producirá recibir el visto bueno de las cúpulas provincial y autonómica.