CASTELLÓ. El Ministerio de Fomento expone a información pública, durante el próximo mes, el proyecto para construir un nuevo carril en la N-340, en sentido de circulación norte, entre el enlace de la autovía de acceso al puerto CS-22 y la rotonda de acceso a la Ronda Sur y a la AP-7 en el oeste de la ciudad.
Con ello, el departamento ministerial pretende mejorar la circulación de los vehículos, muchos de ellos camiones, que acceden desde la autovía de acceso al puerto a la N-340 para, casi inmediatamente, desviarse hacia la gran rotonda que deriva el tráfico hacia la AP-7 y la CV-10, donde se llega después de circular durante un par de kilómetros por la CV-17.
Para materializar este nuevo carril en la N-340 (de trenzado, según lo denominan los técnicos), Fomento ha previsto una inversión de 1,02 millones, tal y como se venía incluyendo en los últimos Presupuestos Generales del Estado. En los de 2019 se incluye una inversión de 100.000 euros para este año, con lo que se debería acabar de tramitar el proyecto.
En el documento que Fomento ha expuesto a información pública aparecen seis propietarios de suelo por cuyas pertenencias discurrirá el nuevo carril de trenzado de la N-340. El dueño principal es el propio Ministerio, que cuenta con más de 12.200 metros cuadrados de terreno. Además, el Ayuntamiento de Castellón también es propietario de casi 2.000 m2 y cuatro particulares suman otros 2.000.
Todo, mientras se está a la espera de la duplicación de la CV-17, que sirve de enlace de la CV-10 a la CS-22 previo paso por la rotonda de acceso a la Ronda Sur. Esta carretera, que está incluida en el protocolo de carreteras que en 2005 firmaron la entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y el presidente de la Generalitat Francisco Camps debía materializarla el Gobierno autonómico, pero casi una década después de la finalización del plazo para ejecutar las obras incluidas en el protocolo todavía no se ha avanzado apenas nada.
Esta nueva carretera (el proyecto debía materializar un nuevo trazado, más recto y directo, entre la CV-10 y la CS-22) fue valorada en su día en algo más de diez millones de euros.