Las Sin RostroCASTELLÓ. Las Sin Rostro, el colectivo poético, escénico y cultural formado por Blanca Férriz, Carmen Montesinos, Elena Casado, Elsa Moreno, María Andrés y Sara Olivas, estarán el próximo domingo 30 de mayo a las 12 horas en La Bohemia de Castelló. Esta vez, lo harán con una versión renovada del espectáculo en la que incluirán material audiovisual y un coloquio posterior al espectáculo.
Las Sin Rostro es un espectáculo poético y escénico donde poesía, voz y cuerpo toman la palabra en un mismo espacio y tiempo. Las Sin Rostro es un ejercicio de escucha y de colectividad, no tanto por el evento en sí, sino por el enfoque. En el escenario, se podrá ver a seis mujeres vestidas de negro, sentadas en sillas, reivindicando y poniendo voz a las que se quedaron sin ella, a las que no pudieron hablar, ni denunciar, ni vivir. En el recital, se tocan temas sensibles como la violencia machista, la violencia patriarcal y sexual, los trastornos de la conducta alimentaria, el maltrato físico y psicológico y la búsqueda de la identidad perdida, entre otros temas.
Seis mujeres de distintas partes de València que, partiendo de la idea original de Sara Olivas, decidieron poner en común sus vivencias desde una perspectiva de género. El amor, el sexo, la vulnerabilidad, la violencia, el miedo y la muerte se conjugan durante 45 minutos mediante la palabra, aunque, tomando el cuerpo como protagonista en todo momento. Es la historia de una mujer que, durante el camino que es la lucha para sobrevivir en una sociedad patriarcal, encuentra el amor, lo rechaza, se incordia contra el mundo y se encuentra, finalmente, como un ser diminuto y vulnerable.
El proyecto nació de la mano de Sara Olivas gracias al encargo de la Biblioteca Pública de València, especialmente, de Nestor Mir. “Cuando me propusieron organizar este evento tenía claro que no quería hacer un recital al uso, donde cada poeta saliera a recitar y después, al siguiente (y así sucesivamente)”, explica Sara. De esta manera, decidió juntar a un grupo de mujeres y entre todas tejer el hilo del recital y la columna dramatúrgica implicando el cuerpo y la palabra. “La acogida fue tan buena que decidimos seguir y ponerle nombre a lo que estábamos haciendo: Las Sin Rostro” explican.
