Nuevo giro con la cruz de Ribalta: la rescisión del contrato con la empresa ya es más que una opción

CASTELLÓ. El Acord de Fadrell, integrado por el PSPV, Compromís y Podem-EUPV, lo tiene cada vez más claro con la cruz de Ribalta. Ante la inacción de la adjudicataria, Solaris Purgaret, la rescisión del contrato empieza a ser ya más que una opción, aunque la decisión en firme todavía no se ha tomado. A medida que avanzan los días y se constata el incumplimiento, aumentan las voces en el seno del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castelló que piden ejecutar la cláusula 29 del pliego de prescripciones técnicas y administrativas.

El apartado se refiere a la imposición de sanciones a la empresa en caso de inobservancia o demora. Si bien se contemplan diferentes supuestos, la idea que en estos momentos maneja el tripartito pasa por resolver la relación contractual e imponer la correspondiente multa (de hasta 26.000 euros).

Las consecuencias de la decisión

Los servicios jurídicos y el departamento de Urbanismo analizan las posibles consecuencias de la decisión. No por resultar inusual, teniendo en cuenta que lo normal de una adjudicación pública es que la concesionaria cumpla lo firmado, sino por los efectos de un proceso judicial si Solaris Purgaret decidiera, como estrategia de defensa, acudir a los tribunales para evitar el pago de la indemnización.

La mercantil ni siquiera ha comenzado los trabajos en el parque Ribalta, a pesar de disponer solo de seis semanas desde el 2 de agosto, al alegar que existe un recurso en el Contecioso-administrativo de Abogados Cristianos en contra del decreto de retirada del monumento. De hecho, ha solicitado la paralización del plazo de ejecución en base a ese proceso, del que ya era conocedor por el acta de adjudicación. En el documento, con fecha 5 de mayo, se le comunica que se dan las garantías jurídicas para seguir con la actuación tras la decisión del juez de desestimar las medidas cautelarísimas de la Fundación. Además, se hace alusión a dos informes de la jefa de negociado de Contratación y del Interventor del consistorio, que avalan el concurso público.

Volver a licitar el proyecto

Con la rescisión del contrato, lo que se busca es volver a licitar el proyecto. Incluso, el objetivo estriba en culminar la retirada de la cruz antes de octubre, ya que hay margen suficiente, siempre y cuando se impele un nuevo expediente en las próximas semanas. Al tratarse de un procedimiento simplificado, los tiempos en relación a la presentación de ofertas, apertura de plicas y propuesta de adjudicación se reducen ostensiblemente.

Sacar el monumento de Ribalta, al margen del posterior traslado a la nueva ubicación (parroquia Santo Tomás de Villanueva), conlleva restituir el jardín que existió en 1926. Esto significa una serie de tareas: eliminar la plataforma actual, construir andenes y macizos y plantar diferentes especies arbustivas y arbóreas. Todos estos trabajos se deben realizar en seis semanas, salvo que surja algún imprevisto. Por ejemplo, que durante la fase de alzamiento se produzca alguna rotura.

La cruz, que data de 1944, se encuentra un tanto deteriorada por la falta de mantenimiento. La existencia de humedades, con la consiguiente oxidación de la armadura interna, incrementa el volumen del acero y eso se traduce en un mayor riesgo de desprendimiento y rotura del hormigón. Así lo advierten los técnicos municipales en su valoración sobre el aspecto externo e interno de la estructura. De ahí la necesidad de utilizar un encofrado de madera como protección.