CASTELLÓ. El servicio de transporte interurbano que conecta l’Alcora y Sant Joan de Moró con Castelló aumentará la frecuencia de paso en estas dos localidades durante los días laborales lectivos y los fines de semana. Así lo refleja el pliego de condiciones del nuevo contrato, que entrará en vigor en septiembre y tendrá una duración de diez años.
La Generalitat ha estimado 17 de las 35 alegaciones presentadas, entre ellas las remitidas por los ayuntamientos de Sant Joan de Moró y Cortes de Arenoso. El primero, que se incorporará a la línea, pidió un paso del bus todos los domingos y el segundo, un paso diario entre los lunes y los sábados y el acceso al núcleo de San Vicente de Piedrahita a demanda de los vecinos. De esta manera, l’Alcora será la localidad mejor conectada con Castelló ya que el bus interurbano incrementará su paso de siete a once veces en días laborales lectivos, y de cinco a ocho los sábados.
Sant Joan de Moró también verá mejorado el servicio al pasar de tres a cuatro veces entre semana y una más en domingo. Por su parte, Cortes de Arenoso se incorporará a la línea. El resto de localidades incluidas en las seis líneas (Castillo de Villamalefa, Costur, Figueroles, Llucena, Villahermosa y Zucaina) mantendrán las actuales frecuencias de paso.
La línea, que será atendida por una flota de cinco autobuses, tendrá paradas en puntos como el centro urbano de Castelló, la UJI, la estación de Renfe o el Hospital Provincial, donde están adscritos todos los pacientes de los municipios incluidos en la línea.
El nuevo contrato pretende frenar la lenta pérdida de usuarios que ha sufrido esta línea del autobús interurbano en los últimos años. En 2016 utilizaron el servicio 96.549 viajeros frente a los 101.985 del año anterior, es decir, un 5,3% menos, según los datos de la empresa concesionaria. Con la reestructuración de la línea y el incremento de las frecuencias de paso, la Generalitat pretende lograr un incremento del 14% en el número de viajeros. El nuevo contrato obligará a la Administración autonómica a desembolsar unos 300.000 euros anuales para enjugar el déficit del servicio.
