CASTELLÓ. (EFE). La ciudad de Castelló sueña con el ascenso a Segunda división y, aunque la afición más numerosa de la categoría no podrá acompañar a su equipo a La Rosaleda, los seguidores han decidido colgar en sus ventanas y balcones banderas con los colores albinegros. Una década ha pasado desde que el CD Castellón abandonara el fútbol profesional, llegando a militar siete temporadas consecutivas en Tercera División y con la desaparición merodeando varios años.
Lejos de provocar que esta situación límite alejara a la afición de Castalia, los seguidores orelluts se han multiplicado en los peores años de los casi 98 años que está a punto de cumplir su club. Es más, estos son los años en los que el CD Castellón ha conseguido mayor apoyo social, llegando a la cifra tope de 14.000 esta temporada y superando ya los 10.000 en la campaña de abonos que está en marcha en estos momentos. Castelló de la Plana quiere volver a situarse en el fútbol profesional y por ese motivo, a través de las redes sociales, los aficionados han ido alimentando la idea de colgar en sus balcones y ventanas banderas o bufandas con los colores del equipo de sus amores, en señal de apoyo al club, plantilla y cuerpo técnico.
Una iniciativa a la que se ha sumado el Ayuntamiento de Castelló colgando en la plaza Mayor, en pleno centro de la ciudad, una pancarta con el escudo de la entidad que reza: El somni de tota una ciutat i provincia. #PPO A per l´ascens. La afición no podrá estar en La Rosaleda de Málaga el día 18 en la final de la fase de ascenso en la que se mide a la UD Logroñés, pero quiere que sus jugadores sientan su aliento, aunque sí que podrá estar un abonado después de que el presidente, Vicente Montesinos, haya decidido ceder una de las cuatro invitaciones que la Real Federación Española de Fútbol entrega a la directiva.