CASTELLÓ. Cuando una revisa la colección de un museo es muy probable que no encuentre casi obras hechas por mujeres. Cuentas y cuentas y aparecen pocas creadoras. ¿Pero, por qué? "La paridad no cuesta trabajo", afirmaba Rosalía Torrent, directora del Museo de Arte Contemporáneo de Vilafamés, en una entrevista con este diario. "Hay obras interesantes de mujeres para cualquier museo. No es algo que se haga forzado, porque somos y estamos", insistía la gestora del centro artístico. Sin embargo, todavía hoy cuesta encontrar creaciones hechas por mujeres, porque solo representan entre un 10 y un 30 por ciento de la obra total adquirida.
La propia Rosalía Torrent reconocía entonces que en el caso del MACVAC no es nada sencillo alcanzar la equidad. Y es que en su caso, el centro no compra obras, sino que vive de las que le ceden. Ante esto, en 2017 solo un 20 por ciento de la colección que albergaba el museo era de creadoras. Una "cifra muy pobre", que se comprometen a duplicar con el tiempo. "Estamos haciendo un catálogo razonado del museo, pese a que tenemos el espacio muy limitado, tanto de reserva como expositivo", señalaba Torrent.
Aunque el camino para alcanzar la igualdad será largo y costoso, es también cierto que cada vez son más los centros culturales interesados en albergar en su interior unas colecciones justas y diversas. En efecto, ha sido a raíz de esta preocupación que la asociación Mujeres en las Artes Visuales ha decidido constituir, junto a 35 museos de todo el país, la Red de Museos por la Igualdad. Una iniciativa mediante la cual se comprometen a evaluar y reflexionar sobre en qué medida cumplen con la Ley de la Igualdad.
Además, del Reina Sofía, el Thyssen o el Sorolla, se han adherido a esta acción el MACVAC, el IVAM, el Centre del Carme, el MACA o el Museu de la Ciutat de Castelló.
Con todo, según explica la presidenta de la asociación Mujeres en las Artes Visuales, Maribel Domenech, esta red ayudará a los centros no solamente en cuestiones de programación y adquisición, sino también en la propia estructura que ha de tener el centro. "Hay museos donde no es fácil aplicar la perspectiva de género en sus colecciones, como el Museo de Arqueología, porque atienden a unos conocimientos más culturales. Pero el funcionamiento del propio museo sí que se puede corregir. Puede volverse más equitativo, teniendo en cuenta la estructura y el cuerpo de trabajo", afirma la profesional. Y es que, la brecha salarial o la escasez de cargos directivos es otro de los problemas a los que las mujeres se enfrentan a diario.
Así mismo, otra vía para paliar la desigualdad pasa por impulsar colecciones y programaciones temporales que suplan esta ausencia de creadoras. "Casi todos los museos quieren trabajar por esa igualdad, pero no todos saben cómo hacerlo. La herramienta que hemos creado les permitirá averiguarlo", agrega Domenech.
El autodiagnóstico que propone Mujeres en las Artes Visuales se compone de 60 preguntas que analizan, entre otras cuestiones, el grado de sensibilización que sus programaciones hacen sobre la desigualdad de género. Tras responder, obtienen unos resultados que van acompañados de unos consejos para mejorar su gestión. "No queremos fiscalizar. Lo que hemos querido es crear una herramienta para que se autoconozcan y se den cuenta de lo que tienen que modificar. Si por algo se caracteriza esta red es por ser horizontal. Además, para que sea una transformación eficaz hará falta tiempo", concluye la valenciana.
A partir de esta premisa, la iniciativa espera poder incorporar cada vez más museos y centros culturales. Ya que además, sus objetivos irán, con suerte, alcanzándose y cambiando.