CASTELLÓ. Las próximas semanas serán claves para el futuro de la firma castellonense Tastia, propietaria de la cadena de restauración Muerde la Pasta. La compañía presentó concurso voluntario de acreedores ante la delicada situación financiera por la que atravesaba, especialmente tras la pandemia de covid y las restricciones sanitarias derivadas. Y es el fondo de inversión Atitlan quien puja por quedarse con el grupo en el marco del mencionado concurso, que afecta en total a 17 compañías.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó este martes el concurso de acreedores voluntario presentado por Tastia y tutelado por el juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón. Un proceso en el que, según la misma publicación, sólo consta la oferta vinculante de adquisición del grupo inversor valenciano.
Además de Tastia Group Alimentaria, las firmas involucradas son Benrestaura, Benknow, Benfood Alimentaria, Benworks, Ripiena, Rigatoni, Rexorum, Pasta Venecia, Mexicas, Madrid Mola Mas Cada Vez, Fransveta, Alforno, Fusilli, Tortelli, Gran Tortello y Nuevo Capitol, tal como publica el Boletín.
A la postre, Tastia tiene 32 restaurantes operativos de Muerde La Pasta tras varios cierres, entre ellos el establecimiento de la marca en Castelló. De ellos, 22 son propios mientras que la decena restante son franquiciados. Asimismo, Benfood cuenta con un centro de producción en Benicàssim con más de 10.000 metros cuadrados, donde fabrica y desde donde distribuye sus productos tanto a restaurantes del grupo, como a hoteles, restaurantes y cafeterías externos, así como a establecimientos de retail. Esta división produce pastas, salsas, carnes, postres y pizzas y es proveedora de Mercadona.
Hay que recordar que Tastia también posee la mitad de la cadena de hamburguesas The Fitzgerald, con más de 20 establecimientos en España. Sin embargo, estas participaciones quedan fuera de la puja presentada por la firma inversora valenciana, propiedad de Roberto Centeno y Aritza Rodero, que se centra en la adquisición del resto del grupo por un valor que todavía se desconoce.
Así pues, ha empezado a correr el plazo de 15 días hábiles para que los acreedores de las mercantiles puedan formular las observaciones que consideren oportunas en el proceso concurso y para que pongan en conocimiento del administrador concursal las deudas pendientes. En total, la deuda de Tastia asciende a más de 45 millones de euros, una asfixia económica que llevó al grupo a solicitar el concurso.
En ese plazo de 15 días también se abre la posibilidad para que se puedan presentar propuestas de adquisición vinculantes alternativas a la de Atitlan, sobre la que -también en ese período- el administrador concursal deberá emitir un informe evaluando la oferta y más tarde, con esa información, el juzgado podrá aprobarla. Una operación que, según fuentes consultadas, podría consumarse a finales de este mes siempre que no hubiera una oferta alternativa.
La idea de Atitlan es desarrollar el modelo tanto de establecimientos propios como de franquicias del grupo y mantener las cinco líneas de producción de la fábrica de Benfood para hacer crecer su producción. También contempla mantener el máximo número de empleos posibles, que está en cerca de 750 personas. Para ello, inyectará capital en la compañía con el fin de estabilizarla y retomar el plan de crecimiento, tanto en la fábrica como en nuevos restaurantes.
El grupo de marras lleva tiempo en una delicada situación, especialmente tras el estallido de la crisis del coronavirus, que tuvo un impacto directo en el negocio de hostelería y restauración a causa de las restricciones de movimiento, y más tarde de aforo. Hasta entonces, Tastia era una firma en crecimiento pero el golpe de la covid supuso una caída de 38 millones de euros en su facturación en 2020. En 2021, ingresó 13 millones y perdió 2,2 millones, además de presentar una deuda de 45 millones.