CASTELLÓ. El Acord de Fadrell pone el foco en la zona norte de Castelló. La aprobación de la canalización del Barranco del Sol y de la urbanización de la avenida Castell Vell supone una inversión de 4,1 millones de euros. Se trata de revitalizar un área degradada con el propósito de integrarla en la ciudad. La adjudicación de ambos proyectos marcan la cuenta atrás para las ejecuciones, que se prevén para antes de acabar el año, en el mejor de los casos.
La construcción del colector soterrado en el grupo San Agustín y San Marco tiene un presupuesto de 2,7 millones de euros y su duración alcanza los 12 meses. La actuación afecta a un tramo de 735 metros de longitud, que discurre entre la intersección del citado Barranco del Sol con la Cuadra Segunda (Barranquet) y la confluencia de esta última con la antigua N-340 a la altura del Hospital General.
La infraestructura de captación pretende regular el caudal de aguas pluviales (20 m3/s) mediante la instalación de un marco enterrado bajo la calle. El desagüe se proyecta con hormigón armado y arcos prefabricados. La amplitud total del conjunto varía en función de los subtramos y las características de los aliviaderos (biceluar o triceluar). La anchura mínima del drenaje llega a los 5,30 metros y la máxima, a los 7,85 m.
En cuanto a la mejora de la avenida Castell Vell, una pretérita reivindicación vecinal (en realidad, al igual que el reseñado colector), se trata de arreglar el trozo de la vieja N-340 entre la ronda Oeste y el puente del Riu Sec. El importe de la actuación sobrepasa ligeramente los 1,4 millones de euros con una duración de ocho meses, lo que significa que para finales de 2023 se confía en la recepción de la obra.
Los trabajos programados van más allá de la renovación del asfaltado del vial. De acuerdo con el proyecto, se eliminan las dos rotondas en las cercanías de la antigua fábrica de Dusen para ubicar solo una y redefinir así la circulación. La nueva glorieta posee un diámetro de 11,2 metros con un vial de 4 metros de ancho. Como aspecto más destacado del diseño, cabe mencionar la zona verde central, compuesta por especies características del paisaje Mediterráneo.
La remodelación de la avenida también comporta la implantación de un carril bici, la construcción de nuevas aceras y la instalación de alumbrado público más eficiente. Al producirse una reordenación del tráfico, se sustituye y modifica la señalización existente. En este sentido, la actual parada de autobús se traslada unos 10 metros hacia el norte.
Con estos dos proyectos, el Ayuntamiento de Castelló pretende satisfacer las necesidades de los residentes, especialmente de los del grupo San Agustín y San Marcos, que sufren importantes inundaciones cada vez que se producen lluvias torrenciales. Respecto al Castell Vell, la actuación soluciona de manera notable la seguridad vial, ya que la carretera resulta conflictiva por su degradación y el elevado paso de vehículos.