El Fadrell y la oposición desvirtúan el debate de la ciudad: menos análisis con el foco en las urnas

CASTELLÓ. El Acord de Fadrell y la oposición desvirtuaron el último debate sobre el estado de la ciudad en el Ayuntamiento de Castelló previo a los comicios de 2023. Los grupos políticos, especialmente el PP, Cs y Vox, dejaron de un lado el análisis sobre la legislatura para focalizar su argumentario en la crítica, siempre en clave electoral. Más allá de insistir en polémicas como la reforma de la avenida Lidón, la Zona de Bajas Emisiones o la cruz de Ribalta, el tono empleado anticipó lo que se presumen nueve meses de duras hostilidades.

Términos o expresiones como "sectarismo, partidismo, manipuladores, mentirosos o izquierda radical separatista" se repitieron una y otra vez en el pleno. Hasta tal punto que la alcaldesa, la socialista Amparo Marco, en su intervención de cierre, afeó a los partidos de la derecha y extremaderecha su estrategia de desgaste.

En realidad, la puesta en escena de unos y otros no sorprendió. El equipo de gobierno, compuesto por el PSPV, Compromís y Podem-EUPV, ensalzó sus logros en un mandato convulso por la covid-19, el ciberataque y la guerra de Ucrania. La oposición, por su parte, reprochó al ejecutivo local su "mala gestión", fruto de la "división interna entre los socios, incapaces de estar a la altura de las circunstancias", aseguró la líder del PP, Begoña Carrasco. No faltaron las referencias al marxismo, comunismo y fabrismo.

Navarro pide recuperar la pasión de 2015

A pesar del discurso electoralista de los distintos portavoces, hubo ciertos detalles que evidenciaron la tensión cada vez más creciente ante la proximidad de las elecciones de mayo y lo que pueda suceder en las urnas. El representante de la confluencia, Fernando Navarro, pidió al PSPV, socio mayoritario del Fadrell, un giro hacia la izquierda en sus políticas para recuperar "la pasión e ilusión que provocaron el cambio en 2015 y que se reafirmó en 2019, porque no están presentes en la actualidad". Del mismo modo, anunció cinco medidas para combatir la inflación: la puesta en marcha de una oficina energética, la creación de un mapa solar de todo el término, llegar a las 0 emisiones de las instalaciones municipales en cinco años, la activación de un mercado de venta directa y la recuperación del servicio agrario.

El portavoz valencianista, Ignasi Garcia, sin ser tan explícito como su compañero, reclamó "valentía para que Castelló sea cada vez más una ciudad de derechos y oportunidades". En este contexto, reivindicó algunas cuestiones en las que el principal partido de la oposición estuvo de acuerdo como "un nuevo Hospital General totalmente renovado y con un paciente por habitación, la recuperación del Cicu, la incorporación de la ciudad al futuro Consorcio Provincial del Agua y la mejora de los Cercanías".

La importancia de la Agenda Urbana

Marco, que abrió el debate sobre el estado de la ciudad, se comprometió a continuar en la línea de la "credibilidad y la reputación" que ha adquirido Castelló en estos años "y que no tenía en 2015". La alcaldesa destacó los 152 millones de euros invertidos en los dos mandatos entre fondos propios y de la Unión Europea, los más de 40 millones de euros captados para proyectos sostenibles e innovadores, la reducción de la deuda municipal y la fiscalidad "justa". "No podemos darnos por satisfechos", prosiguió para, a continuación, adelantar los principales objetivos de futuro: desarrollar la Agenda Urbana, bajar y prorrogar las medidas de ajuste fiscal y aprobar el Plan General. 

En la misma línea, la representante del Partido Socialista, Patricia Puerta, se congratuló de la gestión realizada por los concejales de su formación, que permitirá llegar al final del mandato "con un grado de cumplimiento del 75%".

Frente al discurso del Fadrell, la oposición se mostró especialmente sañuda. El concejal de Vox, Luciano Ferrer, reprochó al equipo de gobierno "no haber hecho ninguna autocrítica. No les preocupa la ciudad. Asumen iniciativas sin sentido y basadas en la mentira como la cruz. Estamos ante un debate estéril, porque solo les mueve su interés ideológico, sectario y partidista". El portavoz de Ciudadanos, Vicente Vidal, aseguró que "se engañan en vender una ciudad que no es. Han venido a sacar pecho de un acuerdo de gobierno incumplido y un tripartito agotado a 9 meses de la cita con las urnas".

Para la mentada Carrasco, controversias como el callejero, la reforma de Lidón o la retirada de la escultura de Perot de Granyana "dividen a la ciudadana. Son un gobierno sectario, ideologizado, que no gobierna para todos. Lamentablemente el PSOE ha preferido pactar con nacionalistas y comunistas y no han tenido la capacidad de gestionar este gran buque insignia que es nuestra ciudad, que parece que no tiene a nadie al timón y cuyos camarotes son como el de los hermanos Marx", lamentó. La edil del grupo de no adscritos, Paula Archelós, se sumó a las recriminaciones al Fadrell, aunque también destacó algunos aciertos en materia social.

El pleno, que se alargó más de dos horas y media, constató que los partidos políticos ya están metidos de lleno en la precampaña electoral. Se avecinan meses intensos y de crispación, especialmente en los cara a cara durante los plenos. El siguiente se celebrará el 29 de septiembre, el ordinario del mes.