CASTELLÓ. La investidura de Begoña Carrasco (PP) como alcaldesa de Castelló, prevista para el 17 de junio, empieza a dibujar un escenario inédito respecto a lo que han venido siendo hasta ahora las tomas de posesión de las nuevas corporaciones en el Ayuntamiento. A pesar del ofrecimiento de la derecha al PSPV, Compromís y Vox de abrir vías de diálogo para materializar "grandes acuerdos" de ciudad, la realidad es que los partidos progresistas no piensan escenificar ninguna alianza de gobierno, sobre todo si participa en ella la fuerza de extrema derecha.
El planteamiento que manejan los grupos socialista y valencianista en relación al pleno de proclamación de los concejales va en otra dirección. Decidida la postura de no apoyar a la candidata del Partido Popular, las ejecutivas de ambas formaciones valoran la posibilidad de presentar sus propios postulantes en la votación, esto es, José Luis López e Ignasi Garcia, respectivamente. Esa estrategia evitaría el sufragio en blanco y reforzaría la tesis de que el proyecto del Acord de Fadrell es el único que garantiza "políticas transformadoras", según aseguran fuentes consultadas.
El hecho de que al final hubiese tres opciones no afectaría al desenlace final. La Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General describe el procedimiento de elección de alcalde o alcaldesa. En su apartado a) señala que "pueden ser candidatos todos los concejales que encabecen sus correspondientes listas". "Si alguno de ellos obtiene la mayoría absoluta de los votos de los ediles es proclamado electo", agrega el punto b) y que no será el caso. "Si ninguno de ellos obtiene dicha mayoría es proclamado alcalde el concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos populares en el correspondiente municipio. En caso de empate se resolverá por sorteo", precisa el epígrafe c).
Esto significa que, con independencia de las alternativas que se planteen en el pleno del 17, Carrasco se convertirá en la primera munícipe de Castelló. Lo hará con sus 11 regidores como lista más votada en las urnas (segunda vuelta) o con 15 si logra sumar a Vox (primera). En el primer supuesto, sería investida en minoría, mientras que en el segundo recibiría un amplio respaldo de la corporación, que está constituida por 27 ediles.
Fuentes del equipo negociador del PP apuntan a este diario que el PSPV, Compromís y la fuerza de ultraderecha ya conocen las intenciones de la futura alcaldesa de sentarse a negociar. Sin embargo, todavía no ha habido una respuesta clara de ninguno de los partidos.
El número 2 de la lista socialista, José Luis López, afirma que le ha trasladado al secretario general popular, Sergio Toledo, el responsable de realizar las llamadas, que "hasta que no se constituya el grupo municipal no se puede hablar". Dicho de otra manera, será a partir del 18 cuando se analizará la oferta. No obstante, el secretario general de la agrupación local del PSPV, Germán Renau, no descarta una primera toma de contacto seria antes de esa fecha, rectificando de alguna manera a su secretario de organización, el citado López. "Esta semana es poco probable que nos sentemos porque estamos metidos en procesos para elegir las candidaturas al Congreso y al Senado. Hay tiempo hasta el 17 de junio", subraya.
Los valencianistas decidirán este jueves, en una asamblea extraordinaria, si contemplan hipotéticos acuerdos con el PP, lo que parece improbable a tenor de las últimas declaraciones de Garcia. También resolverán acerca de la posibilidad de presentar candidato en el pleno de constitución de la corporación.
En cuando a la formación de extrema derecha, mantiene su planteamiento de pactar solo con la derecha para "sacar a las izquierdas sectarias de las instituciones". Más allá de ese discurso, repetido a lo largo de la (pre)campaña, no hay ninguna nueva valoración.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara