ísTELLÓ (EP). La Unió de Llauradors remarca que Turquía acaparó en enero la mayor parte de las alertas europeas de los principales países importadores de frutas y hortalizas por contener restos de plaguicidas prohibidos. En concreto, el sistema europeo del RASFF (autoridad de la Comisión Europea para la seguridad en alimentos) notificó en enero un total de 61 alertas de frutas y hortalizas con destino al mercado comunitario procedentes de Turquía que contenían residuos de plaguicidas -entre ellos el Metil clorpirifos y el clorpirifos, prohibidos en Europa- o pesticidas que superaban los límites máximos de residuos europeos.
En el 65% por ciento del global de las alertas (40) se detectaron Metil Clorpirifos o Clorpirifos procedentes de Turquía, sustancias activas prohibidas en territorio comunitario. De las 40 alertas con Clorpirifos o Metil Clorpirifos, 32 se detectaron en cítricos (el 80% de las mismas) y de ellas, 31 en cítricos provenientes de Turquía (97%), ha resaltado la organización agraria este martes.
Turquía prosigue su tendencia alcista ya consolidada en 2021 donde aumentó las alertas un 57% sobre el año anterior. Sin embargo, a este país no se le realizan auditorías por plaguicidas desde hace más de dos años, lamentan desde La Unió. La Comisión Europea aumentó la presión inspectora a los cítricos de Turquía mediante el Reglamento de Ejecución 2021/1900 de 27 de octubre de 2021, elevando los controles hasta el 20% en cítricos (limones, mandarinas y naranjas), granadas y pimientos, recuerda la organización agraria.
A pesar de ello, las alertas sanitarias se han venido reproduciendo durante los últimos meses, por lo que La Unió pide "la suspensión de las importaciones de estas producciones procedentes de Turquía hasta que garantice la seguridad alimentaria en los productos que pretende poner en el mercado de la Unión Europea".
Del mismo modo, solicita para Egipto un control mínimo de sus cítricos del 20%, porque "en estos momentos son únicamente aleatorios", asegura. En este sentido, La Unió insta al Gobierno español, a través de los ministerios de Agricultura y Consumo, a implicarse en la defensa del sector citrícola tanto por la falta de reciprocidad como ante los riesgos que pueden ocasionar para las personas consumidoras y que pueden afectar a su salud.
La Unió considera necesaria una reciprocidad -o la adopción de cláusulas espejo- para que se cumplan los mismos estándares sociales, laborales y medioambientales en los cítricos de fuera respecto a los de aquí.
Para el secretario general de La Unió, Carles Peris, "la estrategia europea De la granja a la mesa debería ser para todos en la reciprocidad de uso de productos fitosanitarios y formas de producción. Los países que la acepten como nosotros para entrar sus productos a Europa, bien; y los que no, pues para atrás". Según Peris, "nos imponen desde la Unión Europea unas formas de producción con los estándares más estrictos a nivel mundial, para mejorar la seguridad de los consumidores y los aspectos ambientales, algo que no nos parece mal, pero siempre que fuera igual para todos, porque ahora vivimos situación de competencia desleal y con un incremento de costes por el empleo desigual de productos fitosanitarios respecto a los de terceros países", ha agregado.
Así, el dirigente de La Unió ha insistido en que "todos los productos agroalimentarios de terceros países que entran en la Unión Europea, incluidos los cítricos, deberían tener los mismos parámetros de seguridad alimentaria que los producidos por nosotros. Las importaciones hacen daño a las producciones europeas y provocan efectos económicos graves a los productores, además del evidente riesgo para la salud que tienen para los consumidores. Si una materia activa o pesticida es mala en España y se prohíbe por la UE, digo yo que también lo será para las de Turquía o Sudáfrica, ¿no?", concluye Peris en el comunicado.