CASTELLÓ. Compromís y Podem-EUPV contemplan con expectación las negociaciones iniciadas entre el PSPV, socio mayoritario del ejecutivo municipal, y Ciudadanos a propósito de los presupuestos para 2021. La primera toma de contacto, en un encuentro celebrado este lunes como avanzó Castellón Plaza el pasado domingo, despierta recelo en la confluencia, que puntualiza que "el programa del Acord de Fadrell resulta incompatible con el ideario" del partido liberal. Por su parte, la formación valencianista evita pronunciarse, a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos durante las próximas semanas.
Y es que la "buena sintonía" esgrimida entre socialistas y naranjas garantiza una segunda reunión, en principio programada para antes de acabar 2020. Dependerá de lo apretada que esté la agenda del concejal de Hacienda, David Donate, como interlocutor del tripartito. Fuentes del PSPV señalan que las 15 propuestas presentadas por Cs "serán ahora estudiadas en el seno del gobierno".
En este contexto, aclaran que las conversaciones surgen a raíz de un ofrecimiento de la propia fuerza que lidera Alejandro Marín-Buck, decidida a protagonizar acuerdos de consenso para respaldar las cuentas en aquellas instituciones controladas por coaliciones progresistas, como ocurre en la Diputación Provincial o la Generalitat Valenciana.
No obstante, el hipotético apoyo al borrador de ingresos y gastos en el consistorio se antoja una empresa harto complicada en vista de las exigencias actuales y futuras de Ciudadanos. De la batería de medidas, considera innegociable crear un fondo para los autónomos y principales sectores afectados por la covid-19, aprobar los nuevos estatutos del Patronato de Fiestas y convocar la Asamblea General, equiparar las ayudas para todos los centros de mayores, poner en marcha el concurso de vivienda social y evaluar el decreto que estableció la Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Casi todas esas cuestiones ya están previstas en los presupuestos del próximo año.
Sin embargo, la formación naranja aspira a más. De hecho, supedita cualquier pacto a la posibilidad de disponer del proyecto económico. Así, a partir de un exhaustivo análisis prevé abrir el debate sobre la necesidad de aplicar reajustes a fin de priorizar las áreas destinadas a la reconstrucción económica y social de la ciudad, aparcando las partidas susceptibles de incorporarse a otros ejercicios. Las mismas fuentes ponen como ejemplo la consignación de Memoria Democrática, y más concretamente la reserva de 80.000 euros para el derribo de la Cruz de los Caídos en el parque Ribalta, cantidad que se incluyó en las cuentas de 2019.
Para Cs, este tipo de actuaciones resultan prescindibles en un escenario de pandemia como el que se vive en estos momentos, y así se lo trasladará al PSPV si las conversaciones se consolidan en las sucesivas semanas. No en vano, cuantifica en más de 1,5 millones de euros el dinero que se podría reorientar en el caso de aplazar proyectos superfluos. Varios forman parte de las competencias de los socios minoritarios del gobierno local, y eso significa una situación de confrontación. De ahí las reticencias de Podem-EUPV, cuyo portavoz, Fernando Navarro, siempre se ha mostrado crítico con el credo del partido liberal.
Por otro lado, tampoco hay que olvidar que algunas de esas obras y programas están recogidos en el documento del Acord de Fadrell, otro motivo que lleva tanto a la convergencia como a Compromís a considerar como lejana una eventual alianza con Ciudadanos para conseguir que los presupuestos de 2021 salgan adelante gracias a una aplastante mayoría de 19 concejales. La corporación del Ayuntamiento de Castelló se compone de 27 ediles, repartidos como sigue: el PSPV tiene 10; PP, siete; el partido liberal, cuatro; la formación valencianista, tres; la confluencia, dos; y Vox, uno.