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el mercado español regresa a los niveles de 2014

Radiografía al mercado del arte: la digitalización no despega pero el coleccionismo se renueva

23/11/2021 - 

CASTELLÓ. No importa que sea 2021, el arte todavía necesita de contacto físico para sobrevivir. Esta es la principal conclusión que tanto galerías, como ferias o artistas extraen de un 2020 que contrajo el mercado del arte español hasta niveles de hace siete años. Sin apenas actos presenciales y con las restricciones de movilidad activas, las ventas cayeron un 37% con respecto al año anterior. Se registraron 308 millones de euros, su nivel más bajo desde 2014 y dichos datos solo representan un uno por ciento del mercado mundial.

En el año de la pandemia, la crisis del arte se notó más en España que en otros países de la Unión Europea, como Bélgica o Italia. "Las obligadas cuarentenas que tenían que hacer los coleccionistas ingleses tras pisar nuestro país tuvieron parte de la culpa", señala Reyes Martínez, de la galería Set Espai d'Art. La valenciana, que pudo estar presente en la última edición de la feria Arco -la más importante del país-, cree que la ausencia de coleccionismo internacional fue una de las principales razones por las que hubo muchas menos ventas en 2020. En efecto, considera la profesional que hasta que no haya una seguridad de verdadero movimiento entre fronteras, tardará en producirse una recuperación, porque no puede el arte vivir únicamente de público español. "Nosotros no nos planteamos ir a una feria de Estados Unidos y lo mismo ocurre al revés. Por ahora toca ser prudentes y lamentablemente la crisis continua", asegura Martínez.

El confinamiento generó nuevos públicos

El arte, al igual que muchas otras industrias, no lo tiene nada fácil para volver a los niveles de la pre pandemia. Sin embargo, preguntadas por el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), casi la mitad de galerías de arte sí siente que las ventas volverán a crecer este año. Tras una situación tan dura, casi siempre cabe la esperanza. Esto es así en parte, porque aunque la covid supuso un innegable golpe para el sector, también motivó la aparición de un nuevo público. Así lo refleja el informe El mercado español del arte en 2021, encargado por la Fundación La Caixa y elaborado con la colaboración de galerías y ferias de todo el país. 

El documento, presentado este mismo lunes en Madrid, constata que el 37% de las ventas que se produjeron en línea, el año pasado, fueron gracias a nuevos compradores. Para Sara Joudi, de la galería Shiras, hay un motivo claro, y es que "de pronto en el confinamiento la gente se dio cuenta de que necesitaban elementos espaciales para llenar sus hogares. En algunos de estos casos fue una obra de arte". El espacio valenciano, abierto desde hace seis años, también ha recibido nuevos compradores que nunca antes se habían animado a adquirir piezas artísticas. 

Feria Marte 2020 

El arte no encuentra nicho en Internet

Ahora bien, otra de las sorpresas con las que se topó el mercado de arte durante 2020 es que la venta por Internet no termina de cuajar. Si bien, tanto ferias como galerías se esforzaron por ofrecer una experiencia resultona por la red, las venta digital solo agregó un 8% adicional a las ventas atribuidas a las ferias. Así, aunque creció hasta siete puntos - en 2019 solo aportaban un 1%-, la presencia en Internet estuvo muy lejos de compensar la ausencia de eventos. 

Según explica Joan Feliu, director de la feria de arte contemporáneo de Castelló, Marte, las acciones virtuales a día de hoy "sirven para promocionar el trabajo del artista, pero son poco efectivas para consolidar el mercado". "Muy pocos compradores se atreven a adquirir algo más que láminas, porque todavía necesitan ver la obra en persona", apostilla. Tampoco la galería de arte Take Away confía en que la venta online pueda lograr un cambio a mejor en el coleccionismo. De hecho, el espacio de Castelló lleva tiempo probando las posibilidades de la red y, sin embargo, no ha hallado buenos resultados. "Lo que hacemos en la galería ya es a título personal, porque creemos mucho en el arte, pero no va apareado a un interés de la gente ni mucho menos a una venta", lamentan Narciso Echeverría y Lola Tajahuerce, que agregan: "El coronavirus ha agudizado unas prioridades que pasan por viajar, ir a bares y restaurantes. A partir de ahí, la gente mira mucho en qué gastar el dinero. La asistencia y la compra es floja y en nuestro caso no crece. Siempre se limita al círculo cercano del artista". 

De igual modo, desde València, tampoco Reyes Martínez y Sara Joudi ven muchas posibilidades de asentarse en el mercado digital. "Aunque a nivel online todos hemos hecho un esfuerzo brutal, este todavía no está asentado como una herramienta potente", señala la directora de Set Espai d'Art. "La presencia digital antes de la covid era casi nula, muchos tuvieron que ponerse al día por la covid, pero parece ser que la experiencia que se le ofrece al usuario no puede de ninguna forma equipararse a las del mercado habitual. El espectador necesita vivir la experiencia. Por eso no fue suficiente con tener una web para cubrir la pérdida de espacios abiertos. Nosotros desde Shiras tenemos una web online y funciona, pero más en cuestión de visibilidad. Las compras importantes las quieren hacer en persona", expone, por su parte, Joudi, quien calcula que en 2020 las pérdidas en su galería fueron de "un 30% mínimo". 

Foto: KIKE TABERNER

Toda la esperanza, en las ferias 

Con todo esto por delante, el estudio hace evidente otra reflexión: son las ferias uno de los principales agentes para conseguir que el mercado del arte en España vuelva a su antiguo cauce. La asistencia a ferias ha aumentado de manera significativa en las últimas décadas. Tanto que en 2019 la cuota de ventas en galerías se redujo al 43% a medida que estas se fueron convirtiendo en un componente cada vez más importante, llegando incluso a una participación casi equitativa del 42%. En consecuencia, para la mayoría de espacios recién establecidos es la asistencia a dichos eventos uno de los principales objetivos a conseguir a medio y largo plazo. 

Para la presidenta de la asociación de galerías de arte contemporáneo de la Comunitat Valenciana (LaVac), Rosa Santos, si hay esperanzas en que el sector se reactive, es precisamente porque "ya han vuelto las ferias". No fueron muchas las citas que pudieron celebrarse presencialmente durante el año pasado. Arco convocó una edición especial en junio y también Marte hizo lo propio en Castelló en diciembre, pero no ha sido hasta octubre de este año cuando buena parte de citas han regresado. "Justo terminamos hace poco la feria Estampa en Madrid, a la cual fuimos muchas galerías de la Comunidad Valenciana. Estamos reactivándonos. Las ferias fueron el principal agente para nosotras antes y también lo son ahora o van a serlo. Por eso, pensamos que poco a poco irá a mejor", expresa la presidenta de LaVac, quien confía además en que el público que ha aparecido durante la pandemia pueda habituarse a consumir y adquirir arte. 

En este sentido, Joan Feliu prevé que la feria Marte crezca en su próxima edición, prevista del 16 al 19 de diciembre. "La manera lógica de promocionar la venta de obras es a través de las ferias. Hacen un buen trabajo de promoción y de captación de público. Si en una situación como la del año pasado se logró vender obra, las expectativas para este año son mucho mayores. Esperamos, sin duda, a mucha más gente, porque las ganas están y el efecto rebote se notará", considera el gestor artístico. 

Foto: KIKE TABERNER

Más allá de esto, es evidente que el mercado del arte tiene muchos deberes pendientes: desde una Ley de Mecenazgo, el Estatuto del Artista o la necesidad de una legislación que regule las compras de arte de manera digital. Y es que otros de los problemas que se evidenció durante el año pasado tiene que ver con el hecho de que un 25% de las ventas se cerraron sin un contrato escrito. Una práctica que, tal y como exponen desde el IAC, puede "dar pie a problemas entre artistas y galeristas respecto a precios o reparto de márgenes". Desde otra perspectiva, para Reyes Martínez todavía falta mucho en cuanto a educación. "Hay que poner en valor al artista y el arte y eso solo se consigue dando a conocer la profesión", puntualiza.

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