VALÈNCIA. El Plan para la transición hacia una nueva normalidad aprobado este martes por el Gobierno contiene condiciones que en el terreno particular resultarán absurdas y hasta injustas. Por ejemplo, los vecinos de Castelló que tengan un apartamento en Benicàssim, Moncofa, Alcossebre o Peñíscola podrán desplazarse a sus segundas residencias a partir de la segunda fase del desconfinamiento, que si todo va bien se iniciaría la última semana de mayo, pero los que quieran ir a visitar València o Sagunto no podrán hacerlo por encontrarse en otra provincia. Algo parecido pasa con quienes dispongan de estas segundas residencias en la zona norte de Castellón, que no podrán viajar a estas viviendas si proceden de ciudades catalanas o aragonesas, a apenas pocos kilómetros de los municipios castellonense
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue tajante al ser preguntado varias veces en la rueda de prensa sobre la posibilidad de cambiar de provincia para ir a ver a un familiar o para desplazarse a una segunda residencia. No será posible hasta que se alcance la "nueva normalidad", que según los plazos aprobados sería no antes del 22 de junio.
La norma, de aplicarse rígidamente, provocaría situaciones absurdas como que un ciudadano de Dénia pudiese desplazarse en la fase 2 del desconfinamiento a Pilar de la Horadada, situada a 175 kilómetros, pero no a Oliva, a solo 26. O que desde Canet no se pudiera ir a Almenara pero sí a Oliva.
El Gobierno de Ximo Puig ha planteado al Ejecutivo de Sánchez que el desconfinamiento en la Comunitat Valenciana se haga por departamentos y no por provincias. Esto podría facilitar la movilidad interprovincial siempre que se sustituyera la limitación por distancia kilométrica y no por límites provinciales.
Problema añadido al turismo
La limitación de la movilidad fuera de la provincia es un problema añadido a la complicada vuelta a la normalidad del sector turístico, ya que restringe el número de clientes potenciales, especialmente en la menos poblada, Castellón. El sector turístico confía en el turismo nacional, ya que da por hecho que este verano el internacional no va a llegar.
En la fase 1 o inicial, que empezará el 11 de mayo en todas las provincias que superen la fase 0 -según una serie de parámetros que ha establecido el Gobierno- se permitirá en cada espacio territorial definido, en principio la provincia, el inicio parcial de ciertas actividades, como el pequeño comercio con condiciones estrictas de seguridad; en restauración, la apertura de terrazas con limitación al 30% de ocupación; en hostelería, la apertura de hoteles y alojamientos turísticos excluyendo zonas comunes y también con determinadas restricciones.
En la fase 2 o intermedia, que si se supera la fase 1 empezará el 25 de mayo, es cuando se permitirá desplazarse una familia a la segunda residencia pero solo si está en la misma provincia. Además, se abrirá el espacio interior de los locales con una ocupación de un tercio del aforo y garantías de separación de mesas. Se prevé también la reanudación de pesca y caza deportiva.
En la fase 3 o avanzada, que si todo va bien se iniciaría el 8 de junio, se limitara el aforo al 50% y una distancia mínima de dos metros en el ámbito comercial; se suavizarán las restricciones de aforo y ocupación en restauración, aunque se mantendrán estrictas condiciones de separación entre el público.
Finalizada esta tercera fase, al cabo de 15 días, es cuando se alcanzaría lo que el Gobierno ha bautizado como "nueva normalidad" y se permitiría circular entre aquellas provincias que la hubiesen superado. Es decir, a partir del 22 de junio.