CASTELLÓ. Prácticamente tres años después de resucitar sobre sus cenizas, Intercitrus se enfrenta a finales de esta semana a una nueva asamblea general clave. La interprofesional citrícola debe abordar entre el jueves o el viernes (la fecha no está definida aún) diversas situaciones especialmente relevantes, como el posible plan de acción que marque su actividad futura, la concreción respecto a la sede y la plantilla... y el sucesor de Enrique Bellés como presidente de la entidad.
Dado que Bellés, como miembro de las cooperativas agroalimentarias de España, representa al colegio del comercio y la industria, y dado que su predecesor en el cargo fue Manuel Arrufat, por aquel entonces presidente de la patronal Comité de Gestión de Cítricos, por turno debería tomar el relevo una organización agraria del colegio de productores. No quedan muchas opciones (Coag y AVA-Asaja), dado que UPA asumió la presidencia en enero de 2018... pero una circunstancia puede modificar el turno rotatorio para establecer otro nuevo.
Y es que uno de los pilares de Intercitrus, el de la industria, ha abandonado el proyecto. La Asociación de la Industria de Zumos y de Cítricos de España (Aizce) no participará en la asamblea después de que a mediados de verano trasladase a Bellés en una carta su decisión "de causar baja, con carácter inmediato" de la interprofesional.
En los argumentos que esgrime Aizce para darse de baja apunta, en primer lugar, "la imposibilidad de que Intercitrus desarrolle las labores propias que se esperan en el escenario en el que nos encontramos". Y esto se debe, señalan desde la entidad, a que Intercitrus cuenta con unos estatutos "adaptados a la nueva realidad", que establecen que todas las decisiones se tienen que adoptar por unanimidad y un solo socio puede vetar una propuesta que cuenta con el respaldo del resto.
La asociación de industrias del zumo (que agrupa a compañías tan importantes como García Carrión o AMC) también remarca en la misiva que Intercitrus "mantiene la visión regional que impide un enfoque global de su actividad" y "tampoco ayuda la actitud del Comité de Gestión de Cítricos, cerrado en sí mismo y en su pasado". De hecho, reitera su crítica a la patronal naranjera estatal al apuntar que "no está preparada" para abordar la necesidad de gestar "organizaciones ágiles, capaces de leer las claves de futuro, interpretarlas y guiar al sector".
Estas afirmaciones apuntan claramente al conflicto que subyace en todo esto. Y es que, aunque Aizce está radicada en València, la secretaría técnica tiene la sede en Murcia... y es exactamente la misma que la de la otra interprofesional citrícola estatal, la del limón y el pomelo, Ailimpo, que acaba de presentar una campaña de promoción de estas frutas por importe de 6 millones de euros.
Y Ailimpo, y su secretario general, José Antonio García, son los impulsores, junto a la patronal de exportadores de Sudáfrica (CGA) del lobby citrícola mundial, la World Citrus Organisation (WCO), que se ve en la Comunitat como una amenaza para la citricultura autóctona por la posibilidad de que pueda favorecer la llegada de fruta de países terceros. De hecho, todo esto se ha trasladado a más de una reunión de Intercitrus, de ahí que en la carta de Aizce dirigida a Bellés se señala que la baja "no te debe causar sorpresa".
En este contexto, la ausencia de la industria del zumo en la interprofesional naranjera es, por sí misma, negativa, ya que supone perder una de las ramas de actividad. Pero en un sector, el español, que fundamenta aproximadamente el 90% de la producción para la fruta en fresco y la mayoría de ella tiene como destino la exportación, puede ser incluso una oportunidad para facilitar la toma de decisiones en una organización en busca de su camino.