CASTELLÓ. El buque Caribana Express lleva casi tres meses amarrado en el puerto de Castellón... y no parece que vaya a resolver su situación a corto plazo. El barco, de bandera panameña, acumula incidencias en los últimos años, tanto que ha pasado al menos tres largos periodos atracado en varios muelles en menos de una década.
En lo que se refiere al último, el que ahora mismo padece en PortCastelló, Capitanía Marítima decretó a mediados de diciembre la inmovilización inicial por irregularidades en una inspección. Lo hizo una vez las bodegas del buque ya habían recibido en el Muelle del Centenario la carga que debía transportar al cubrir la línea Transmed Express, que conecta Castellón con siete puertos argelinos y que operan otros dos barcos.
A la inmovilización inicial siguió un embargo preventivo decretado por el Juzgado de lo Mercantil de Castellón el pasado 5 de enero. Y posteriormente se han añadido tres autos más de inmovilización y una reclamación de una empresa por impagos. Todo ello con el navío ya amarrado en el Transversal Interior de PortCastelló, aprovechando que este muelle no tiene actividad actualmente, y donde fue descargado para devolver la mercancía a sus propietarios.
Lo más duro de la situación lo está sufriendo la tripulación. De los trece marineros que trabajaban en el Caribana Express, cinco todavía residen en el barco. Se trata de cinco hombres de nacionalidad cubana, a los que el armador sigue pagándoles el salario, tal y como recoge la ley. Los otro ocho tripulantes, ucranianos, volvieron el pasado sábado, día 6, a sus localidades de origen.
Y es que el armador, la compañía panameña Caribana Line, que tan solo cuenta con este buque -y para el que busca comprador-, había alcanzado un principio de acuerdo con otro armador ucraniano para la venta del navío, de ahí que llevara a bordo ocho tripulantes de este país europeo. Pero por lo que parece la inmovilización actual ha dado al traste con esta intención.
No es la primera vez que el Caribana Express se ve en una situación similar. De hecho, el año pasado ya estuvo varios meses atracado en PortCastelló, en esta ocasión en el dique de Levante, debido a una avería en el cigüeñal. Cuando encontró la pieza en un taller polaco, al parecer este desapareció tras cobrar la primera mitad de la reparación y sin llegar a materializarla. Esto obligó a un nuevo gasto al armador para volver a fletar el buque.
Asimismo, en 2011, mientras estaba amarrado en el puerto de Málaga, el barco sufrió un incendio, lo que motivó la compra por parte del armador actual a otro también de bandera panameña. Ahora, las autoridades de este país quieren revisar las condiciones de abanderamiento en un incidente que todavía está por ver cómo se resuelve.