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la decisión sobre la venta del grupo se alarga

Atitlan no se quedará con Tastia: el administrador concursal rechaza la oferta

19/12/2023 - 

CASTELLÓ. Al final, el administrador concursal del grupo Tastia ha rechazado la oferta de Atitlan para hacerse con sus unidades productivas. El conglomerado castellonense solicitó en verano la entrada voluntaria en concurso de acreedores ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas y Atitlan había pujado para hacerse con la firma de alimentación y restauración, pero tras dos meses y medio, el administrador concursal ha rechazado la propuesta del grupo inversor.

Así lo han confirmado a este diario fuentes conocedoras de la marcha del concurso, según las cuales el pasado viernes se conoció el rechazo, tras el cual firma inversora valenciana, propiedad de Roberto Centeno Aritza Rodero, no continuará en el proceso. Asimismo, señalan dichas fuentes, habría otra oferta sobre la mesa para adquirir y reflotar el conglomerado castellonense.

El concurso, aprobado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Castelló el pasado 4 de septiembre, afecta a 17 compañías del conglomerado empresarial castellonense: además de Tastia Group Alimentaria, las firmas Benrestaura, Benknow, Benfood Alimentaria, Benworks, Ripiena, Rigatoni, Rexorum, Pasta Venecia, Mexicas, Madrid Mola Mas Cada Vez, Fransveta, Alforno, Fusilli, Tortelli, Gran Tortello y Nuevo Capitol. En esa situación, Atitlan había pujado por quedarse con el grupo, dejando fuera la participación en The Fitzgerald.

En el balance de 2022, elaborado este año, Tastia explicaba que dicha oferta "se llevaría a cabo mediante la compra del 100% de las participaciones de dos sociedades de nueva creación, íntegramente participadas por las sociedades del Grupo Tastia, a las que previamente se habrán aportado todos los activos, pasivos, contratos laborales y relaciones jurídicas incluidas en el perímetro de la oferta". Además, consideraba que la oferta de Atitlan "representa la opción más ventajosa para la continuidad de las compañías y el mantenimiento de la mayoría de los puestos de trabajo".

El plazo en el marco del proceso concursal para la presentación de de créditos por parte de los acreedores y la presentación de ofertas de compra por parte de inversores interesados alternativas a la de Atitlan tendría que haber finalizado el mes pasado, pero el administrador concursal prorrogó la fecha límite otro mes adicional, como publicó este diario. Así, y tras concluir este aplazamiento, se ha dado a conocer el rechazo de la oferta del grupo inversor, mientras otra compañía seguiría en la puja por Tastia, según las mencionadas fuentes.

Tastia redujo las pérdidas antes del concurso

El grupo Tastia consiguió mejorar sus resultados antes de verse obligada a entrar en concurso. Los esfuerzos implementados por el conglomerado castellonense por equilibrar las cuentas desde el impacto de la pandemia de coronavirus y la recuperación progresiva de la facturación no sirvieron para salvarle del concurso de acreedores, que solicitó en 2023, pero sí para cerrar un 2022 con menos pérdidas que los ejercicios anteriores.

Así lo refleja el balance anual del año pasado de la compañía, propietaria de la marca de restauración Muerde la Pasta y del 50% de la cadena The Fitzgerald, según el cual el grupo registró pérdidas por valor de 5,4 millones de euros en 2022, un 34% menos que el año anterior y casi la mitad que en 2020, el año de la pandemia de coronavirus. Una marca que, lejos de implicar rentabilidad, sí refleja una mejora progresiva de los resultados.

Uno de los principales factores que ha contribuido a ello ha sido la recuperación de las ventas. "Los efectos de la pandemia han ido remitiendo, produciéndose una mejora significativa de la demanda, y en consecuencia del importe neto de la cifra de negocios. No obstante, no se han alcanzado !as cifras del periodo prepandemia", incide el balance anual. Ciertamente, el año pasado el grupo facturó casi 50 millones de euros, una cifra notablemente superior a los 34,2 millones de 2021 y casi el doble que en 2020, cuando ingresó poco más de 27,3 millones de euros. Sin embargo, todavía está lejos de las ventas que alcanzó el último año antes de la crisis sanitaria, con más de 65 millones de euros.

Sin embargo, a pesar de la mejora del panorama económico, se suprimieron en 2022 "las medidas compensatorias aplicadas en ejercicios anteriores, tales como las bonificaciones a las cuotas de arrendamiento o los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE)", y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania provocaron "un encarecimiento de las materias primas básicas" así como de los suministros energéticos, "sin que se haya producido un incremento relevante en las precios de venta que permita compensar este efecto debido a la fuerte competencia en el mercado de restauración".

Intentos para conseguir liquidez

Durante 2021 y 2022, la firma llevó a cabo varias estrategias para conseguir liquidez que le permitiera hacer frente a sus deudas, que al finalizar 2021 ascendían a 54 millones de euros. Entre estos caminos, como publicó Castellón Plaza, la firma puso en marcha la enajenación de activos e inversiones "entre las que se encuentran las inversiones en criptomonedas" y renegoció las condiciones de devolución de su deuda finanicera y obtuvo nuevas líneas adicionales de financiación por importe de dos millones de euros.

Pero no fue lo único, sino que también suscribió una operación de lease-back sobre las instalaciones de una de las compañías del grupo, que le permitió obtener una fuente rápida de liquidez gracias a la venta de sus activos mientras puede seguir usándolos para su actividad mediante un contrato de arrendamiento financiero con el nuevo propietario. Y todo ello se sumó a la decisión de cerrar aquellos restaurantes que no "resultan rentables" al grupo, y de alcanzar acuerdos para aplazar o suspender las rentas de arrendamiento, meter a parte de la plantilla en un ERTE y aplazar el pago a proveedores.

Impago de la deuda y concurso

En 2021 alcanzó un acuerdo de refinanciación de las deudas bancarias y la compañía esperaba, superada la pandemia, volver a "los niveles habituales" de actividad para hacer frente a las deudas y compensar las pérdidas acumuladas. Sin embargo, en 2022 tuvo que volver a negociar con las entidades financieras acreedores el calendario de devolución de las deudas, según explica la memoria. "Estas medidas permitieron paliar parcialmente las pérdidas incurridas y proteger la situación de liquidez", explica en las cuentas de 2022, que cerraron con 51,4 millones de pasivo.

Con todo, el problema de falta de liquidez no se solucionó por completo. Así, la compañía reconoce que en 2022 y 2023, a pesar de la mejora de la facturación, no fue suficiente y se mantuvieron "fuertes tensiones de liquidez", por lo que "llevó cabo un proceso de negociación con las entidades financieras acreedoras" a las que presentó un plan de negocio para renovar los contratos de financiación. Pero el plan "no fue aceptado por las entidades bancarias", así que el grupo no pudo hacer frente a 1,4 millones de deudas con los bancos a 31 de diciembre de 2022.

Así, la totalidad de la deuda bancaria, de más de 32,5 millones, venció, y "como consecuencia del estado de insolvencia actual", el conglomerado castellonense no tuvo otra opción que solicitar el concurso de acreedores, aprobado por los juzgados a principio de septiembre de este año, como publicó este diario. También presentó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que inicialmente iba a afectar a 124 empleados del grupo pero que, tras negociarlo con los sindicatos, rebajará a 78 trabajadores, de los cuales 50 estaban ya en ERTE.

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