CASTELLÓ. A expensas de ver cómo le afecta la crisis desatada por el coronavirus, Equipe Cerámicas no parece tener techo. La compañía radicada en Figueroles y dedicada a la fabricación de revestimiento de pequeño formato, de la que el fondo Miura tomó el control en mayo de 2018 a través de la sociedad Dender Invest, superó el año pasado, por primera vez, los 40 millones de facturación, según recogen sus cuentas, recientemente publicadas.
Tras registrar un incremento del 17% en sus ventas, en lo cual tuvo mucho que ver la puesta en funcionamiento de una nueva línea de producción, la compañía alcanzó los 41,3 millones de euros. Asimismo, los beneficios también crecieron a doble dígito (algo más de un 11%) y rozaron los diez millones de euros, que de momento ha destinado a reservas voluntarias.
La firma, dirigida por su fundador, Rogelio Vila, que guarda asimismo un porcentaje del accionariado, ha dejado así definitivamente atrás los años de la crisis, que le llevaron en agosto de 2011 a solicitar un concurso voluntario de acreedores del que salió en noviembre de 2015 con dos opciones de quita: del 50% y a pagar en cinco años; y del 35% y a pagar en siete. De ahí que la compañía todavía esté inmersa en algunos pagos de este procedimiento.
Pero a partir de ese momento su evolución ha sido inmejorable. En dos años duplicó su facturación, hasta rozar los 30 millones de euros en 2017. Esto alzó el interés de Miura... y en solo dos años más ha añadido otros 12 millones de euros a sus ventas. No en vano, la enseña, que en septiembre de 2019 cumplió 20 años, está inmersa en un proceso de crecimiento orgánico destacable.
A la par que su veinte aniversario, en 2019 invirtió 4,5 millones, fundamentalmente en inmovilizado material. Gracias a ello, el activo total de la empresa creció un 22,5% hasta superar los 40 millones de euros, financiado gracias a su patrimonio neto, que le ha permitido además reducir en un 5% su endeudamiento, que es de 6 millones de euros. Asimismo, el año pasado repartió 1,6 millones de euros en dividendos, que se suman a los 3,5 de 2018, destinados "a compensar deudas con los antiguos socios", tal y como recoge el informe de gestión que acompaña a sus cuentas.
Asimismo, la sociedad incrementó el año pasado su plantilla en 36 personas hasta alcanzar los 205 empleados. Y es que Miura ya anunció que con su llegada la firma castellonense duplicaría "la capacidad productiva", un proceso en el que está inmersa. El aumento de su plantilla se ha orientado en parte a mejorar "su internacionalización y red comercial, lo que permite una menor dependencia de determinados mercados", señalan sus últimas cuentas depositadas ante el Registro Mercantil. Todo, con el fin de dar una mejor salida a sus más de 2.400 referencias, que en un 90% destina a la exportación, con Europa y Norteamérica como sus principales clientes de entre los 80 países que alcanza.
Coincidiendo con todo ello, la compañía ha acometido además un cambio de imagen corporativa que presentó en la pasada edición de Cersaie y que está plasmando estos días en su factoría de Figueroles. Con ello busca plasmar "la fortaleza, la seriedad y la presencia de nuestra marca alrededor del mundo", además de su "carácter innovador y vanguardista", señalan fuentes de la compañía. No en vano, la firma castellonense se ha consolidado como un referente entre el pequeño formato azulejero.