Frost-trol completa el traslado a su nueva fábrica de Cabanes y busca clientes en Alemania

23/02/2020 - 

CASTELLÓ. La compañía castellonense Frost-trol ha completado recientemente el traslado de toda su producción a su planta de Cabanes, dejando de esta manera sin actividad la que ha sido su sede desde que fuese inaugurada en 1973: la nave de la salida norte de la antigua carretera N-340 en Castelló. Con ello, los alrededor de 300 empleados de este vanguardista fabricante de frigoríficos, proveedor de Mercadona, operan ya en las nuevas instalaciones una vez completado el proceso que emprendió en 2017. 

La compañía, nacida en 1957, apuesta con la planta de Cabanes "por la industria 4.0 y un modelo de producción sostenible", según destacan fuentes de la firma. La factoría dispone de 90.000 metros cuadrados y cuenta "con un sistema inteligente intralogístico en el que se gestionan más de mil referencias diarias". No en vano, para avanzar en la dotación de la factoría, la firma emprendió "un gran esfuerzo inversor" con la compra e instalación de maquinaria por valor de 6 millones de euros en 2018. 

Con ello, Frost-trol "da un paso más en la evolución productiva y convierte todos sus sistemas de producción en procesos digitalizados y conectados entre sí con el fin de recopilar datos a todos los niveles del proceso para poder analizarlos y realizar acciones en tiempo real consiguiendo operaciones más eficientes", señalan las fuentes de la compañía.

Con el traslado, Frost-trol aplica a partir de ahora en sus procesos de fabricación la filosofía lean manufacturing, tan en boga en los últimos tiempos y que busca reducir al mínimo los gastos superfluos y el stock. Asimismo, la firma también aplicará este concepto "a todos los aspectos de la empresa", como las "actividades de producción, relación con clientes, con proveedores, tecnología, gestión de materiales o inventarios, con el objetivo de mejorar la calidad, disminuir el coste y optimizar el tiempo de producción".

Presencia en Düsseldorf para ampliar clientes

La firma dirigida por los hermanos Solsona encara con este hito un año trascendental para su futuro. Con una facturación superior a los 61 millones de euros según sus últimas cuentas depositadas, en 2018 -y con la previsión de seguir creciendo en 2019, a falta de cerrar las cuentas-, la búsqueda de nuevos clientes, sobre todo en materia internacional, es uno de los retos de la compañía castellonense. 

Para ello, como todos los años la firma ha desplazado a un numeroso equipo a la feria Euroshop de Düsseldorf, donde esta semana ha expuesto un impresionante stand de 480 metros cuadrados con sus últimas novedades en refrigeración vertical y horizontal.

Y es que, a pesar de que la sociedad castellonense ya está presente en 42 países y trabaja con diferentes cadenas de supermercados, el 83% de sus ventas de 2018 tuvieron como destino el mercado nacional, según recoge el informe de gestión de las cuentas de aquel año. De ahí que la internacionalización se haya convertido en algo capital para su supervivencia. 

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