La cultura sí cabe en el mundo rural

CASTELLÓ. Los municipios rurales están en racha. No solo han demostrando que el teatro, la música o el arte encaja igual en sus calles y centros que en una gran capital, sino que además están ayudando a que artistas desarrollen sus proyectos a través de laboratorios o residencias. Es cierto que las grandes ciudades siguen siendo los mayores hervideros de proyectos, pero tampoco es el objetivo de los pequeños pueblos serlo. Y eso, la cultura valenciana parece haberlo entendido. Asociaciones e instituciones han trasladado sus proyectos hasta pueblos de menos de mil habitantes y han tratado de hacerlo de forma poca invasiva. O bien se han reunido previamente con los vecinos de la localidad para establecer un diálogo o han tenido cura de su entorno. No buscan los municipios rurales servir de inspiración a todo el mundo, sino que la cultura que allí se genere, permanezca de alguna manera para siempre, y sino que con el tiempo regrese.

"Primero contemplamos las característica de cada pueblo y luego seleccionamos a los artistas que los alojaron. Para nosotros era muy importante que fueran perfiles que comprendieran el diálogo dentro de su propio proceso creativo", explicó a este diario Eva Brava, comisaria de Confluències, un proyecto impulsado por el IVAM mediante el cual diferentes creadores intervinieron 24 pueblos valencianos con menos de 100 habitantes. A cada participante se le asignó uno de estos enclaves y, tras unos días conviviendo, realizaron una obra específica para esa localidad. ¿El propósito? Que lugares como Espadilla, Fuentes de Ayódar, Torralba del Pinar o Torrechiva puedan evitar su desaparición gracias a la cultura.

Ya se ha demostrado otras veces que esto es posible. Para prueba Fanzara, que con la creación de su Museo Inacabado de Arte Urbano, ha logrado generar un interés entre turistas, también internacionales, que de otra manera sería impensable. Son miles las personas que se desplazan a diario hasta el municipio castellonense en busca de los grafitis que ocupan sus edificios y paredes.

Otra de las propuestas que se han creado específicamente para generar cultura en el mundo rural valenciano es Enclave Land Art, un proyecto de residencias artísticas y de investigación en la naturaleza que forma parte del programa Cultura Resident del Consorci de Museus. Durante todo el fin de semana pueden verse los trabajos que siete artistas han generado en el entorno natural de La Vall de Gallinera. Desde instalaciones permanentes a piezas audiovisuales y sonoras que abordan la adaptación de la naturaleza y la habitalidad en el territorio. "Con Enclave Land Art proponemos reflexionar sobre la relación del ser humano, el proceso de creación artística y el medio natural. Al mismo tiempo impulsamos la necesidad de reconectar con la naturaleza", decía el director del Consorci, José Luis Pérez Pont, en su presentación. 

En esta línea, hace un mes el autobús de 'Avan, espais rurals de recerca contemporània' recorrió Altura, Forcall, Vilafranca, Vilanova d'Alcolea y Viver (todos municipios de Castellón con menos de dos mil habitantes) llenándolo de actividades y reflexión. En él, viajaron diferentes técnicos culturales, pero también aquellos artistas que previamente habían trabajado con mediadores de cada pueblo. Los invitados contaron con materiales, así como productores y gente de la zona que les ayudaron a adaptar sus trabajos a cada contexto. 'Avan' ha tratado, de este modo, ser más que una exposición puntual que traslada la cultura contemporánea de la ciudad al mundo rural. 

Un propósito parecido ha guiado Senda, el último proyecto en abrirse a municipios en peligro de despoblamiento. La Asociación de profesionales de Artes de Calle del estado, PATEA, ha creado un circuito que llevará hasta pequeñas localidades de todo el país las artes escénicas. Es Forcall la primera en poner en práctica el proyecto. Durante todo el fin de semana van a haber representaciones en la localidad, pero también se ha programado un encuentro entre profesionales que reflexionarán sobre ruralidad, sostenibilidad y creación; así como talleres y actividades familiares.

Con semejante abanico de acciones, ¿todavía alguien se atreve a decir que el mundo rural no encaja con la sociedad presente? Decía muy acertadamente Rafa Tormo, director general de 'Avant', que todavía se piensa que el entorno rural no tiene nada que ofrecer, porque la formación que recibimos desde jóvenes "nos desafecta del lugar en el que vivimos".