CASTELLÓ. El mapa de la corporación en la Diputación de Castellón comienza a variar tras más de un año de gobierno del PSPV y Compromís. La aprobación de los presupuestos para 2021 pone de manifiesto la ruptura de la oposición. Ciudadanos deja solo al PP al abandonar el enfrentamiento para instalarse en el consenso.
El nuevo rol de la formación naranja, además de obedecer a una estrategia de partido, constata su giro hacia posicionamientos más moderados, un cambio que viene mostrando en los últimos plenos, pero que nunca antes había exhibido con tanta convicción como hasta este martes. El acuerdo alcanzado con el equipo de gobierno en vísperas de celebrarse la sesión elevó la mayoría hasta los 16 diputados frente a los 11 del PP, que votaron en contra. Y es que la armonía que abandera el presidente, José Martí, consigue atraer a Cs, que aboga por impeler "la política útil", como define el socialista Santiago Agustí, en busca de pactos.
La convocatoria extraordinaria para validar las cuentas del próximo curso (168,3 millones de euros) no solo evidenció esa división entre las fuerzas que se ubican en la bancada opuesta al bipartito, sino que también se caracterizó por el tono reposado de los portavoces durante el debate. Incluso, el representante popular, Vicent Sales, apostó por el discurso reflexivo para defender la negativa de su grupo, recalcando en todo momento la voluntad por seguir conversando en el futuro. Ni siquiera en el turno de réplica, habitualmente polémico por la improvisación de los participantes, animó la cita plenaria, si bien es verdad que el líder valencianista, Ignasi Garcia, trató de espolear la porfía con su alocución.
Así, ante el anuncio de Ciudadanos de apoyar los presupuestos, dio la bienvenida a su diputada, Cristina Fernández, "al lado oscuro. Es cierto que en algunos momentos lo que se dice cariño, cariño, no nos hemos tenido. Me alegra que abandone los discursos mediocres". Garcia también se dirigió a Sales para afearle la actitud de su partido. "Con su trayectoria y conocimientos, cuánto me costará de criar", bromeó. "El voto cautivo del que usted habla no lo dice Compromís, sino Carlos Fabra. Le pediría que recapacitara", le instó.
Sales recuperó el discurso de lances precedentes para contestar. "Ustedes han sido esclavos de su partido y de la Generalitat. Practican la sumisión y viven en una ficción permanente. Les ha faltado ambición con estos presupuestos", subrayó. Eso sí, reiteró que "les tendemos la mano y ofrecemos diálogo para escuchar y hablar siempre en beneficio de la provincia de Castellón".
En este punto, Agustí reprochó al PP haber apostado "por la confrontación al elegir el 'no'. Tienen la legitimad de quedarse solos", una tesis que compartió y vigorizó Martí. "Si el año pasado se abstuvieron, no entendemos como, al menos, no lo han hecho en este pleno. Lo que nos critican a nosotros ha sido lo determinante ahora, esa sumisión a una siglas o esa subordinación a su partido, por encima de los intereses que están presentes en nuestros pueblos", señaló el presidente.
En 2019, ante la aprobación de sus primeras cuentas, el bipartito no logró convencer a ninguna de las dos formaciones de la oposición. No obstante, tanto populares como liberales dieron un voto de confianza al ejecutivo al abstenerse. Doce meses después, Cs se alinea con el PSPV y Compromís, mientras la principal fuerza de la derecha se sitúa en el extremo contrario pese a que su contención en el alegato trasluce cierta contradicción.