Ascer advierte que el Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico tendrá un coste inasumible para el azulejo
Ascer advierte que el Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico tendrá un coste inasumible para el azulejo
CASTELLÓ. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, pasó este jueves por Castelló como un alud, sobre todo en aquello que atañe al sector cerámico, que es de momento invisible para una de las carteras ministeriales cuya actividad más le afecta. Ningún representante de la principal industria castellonense estuvo presente en la Casa dels Caragols ni pudo ver a Ribera. De hecho, buena parte de la industria azulejera ni siquiera conocía la visita de la ministra.
El paso de la responsable estatal de medioambiente por la capital de la Plana deja además dos malas noticias para el azulejo en lo referente a sus reivindicaciones vinculadas con la energía: las plantas de cogeneración están abocadas a desaparecer y no parece que vaya a haber rebaja del Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, que puede suponer gravar a la industria castellonense con 213 millones en impuestos, según denunció en su día la patronal Ascer.
Ascer advierte que el Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico tendrá un coste inasumible para el azulejo
Por partes. En lo que se refiere a la cogeneración, Ribera, aunque señaló que el compromiso del Gobierno se ha plasmado prolongando "el plazo de vida útil" de aquellas plantas que la habían terminado (de lo que no ha informado), reconoció que esto se va a seguir compaginando con convocatorias de ayudas para el "proceso ordenado de la salida de la cogeneración".
Las subvenciones para hacer desaparecer a la cogeneración van en la línea de impulsar "la completa electrificación, la eficiencia adicional o el autoconsumo", en las plantas, indicó la ministra. Pero estos son aspectos en los que la industria azulejera o bien ya ha avanzado enormemente (caso de la eficiencia y el autoconsumo, este además en los últimos tiempos) o le es imposible, como con la electrificación. Así, aunque mostró su voluntad de "trabajar con ellos" (la industria) en estas materias, el margen de acción para la cerámica es escaso. Todo cuando además otros países europeos sí impulsan la cogeneración, una actividad que aprovecha la energía sobrante de otros procesos.
Sobre el anteproyecto de ley para crear el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), las propuestas del Ministerio van por el mismo camino: buenas intenciones, pero alejadas de la realidad con la que cada día luchan las factorías cerámicas.
Así, lo primero que explicó la ministra es que en el Ejecutivo estatal son conscientes de las dificultades de aplicar estos gravámenes de un día para otro -"necesitamos ser muy suaves", dijo- para concretar que las tasas se introducirán "de manera muy paulatina, progresivamente, a lo largo de cinco años para mitigar el impacto". Es decir, que en un lustro a partir de la aprobación de la ley el azulejo puede tener esa espada de Damocles sobre su cabeza.
Esto si no se le considera como una de las actividades que se puedan acoger a las "exenciones y bonificaciones" con las que Transición Ecológica busca "cubrir a los colectivos con poca capacidad" para adaptarse. El problema es que entre estos actores Ribera no citó ninguna característica que recoja a la cerámica: "Pequeños consumidores industriales de gas o consumidores agrícolas", indicó textualmente. El azulejo está considerado como una actividad gasintensiva.
Así, aunque la ministra señaló que en su gabinete creen que la combinación de todas las medidas "deja un impacto reducido para el sector", parece claro que la única esperanza que le queda al clúster azulejero es que en la evaluación de las alegaciones que está "acabando" de realizar el Ministerio (y también el de Industria) sean atendidas sus reivindicaciones.