CASTELLÓ. El portavoz del equipo de gobierno en funciones, Fernando Navarro (Podem-EUPV), sostiene que la reorganización del grupo municipal del PSPV en el Ayuntamiento de Castelló por la marcha de su edil, Rafa Simó, próximo presidente de la Autoridad Portuaria, no solo compete a la alcaldesa socialista, Amparo Marco, sino también a los otros dos socios del Acord de Fadrell (Compromís es el tercero).
El edil defiende que, "por el peso político y administrativo" del regidor de Urbanismo, el reajuste de delegaciones requiere de una implicación del ejecutivo al completo. "Es evidente que el vacío que deja es muy importante. El Acord de Fadrell en su conjunto tendrá que hacer un esfuerzo para cubrir esa baja", subraya.
"Todas las competencias se aprueban por decreto de alcaldía pero en las próximas semanas tendrá que ser tarea de todo el equipo de gobierno ver cuál es la mejor arquitectura para el futuro", asevera Navarro.
Al respecto, el portavoz en funciones (el oficial es precisamente Simó) matiza que "ahora mismo estamos todos haciendo balance y cuáles son las posiciones que hay que cubrir". En consecuencia, "en las próximas semanas el Fadrell hará lo posible para que su ausencia se note lo menos posible en el Ayuntamiento", reitera.
Las declaraciones de Navarro colisionan, de alguna manera, con el documento de gobernanza suscrito por los tres partidos del ejecutivo el 26 de junio de 2019. Más allá de los nombres, lo esencial del pacto se concentró en el reparto de competencias según cada grupo por su representación institucional. Acotando las delegaciones, se garantizaba que cualquier cambio de concejalía en el futuro sería resuelto por la formación afectada, sin intromisión del resto.
Así ocurrió en la anterior legislatura, cuando el PSPV tuvo que rearmarse hasta en tres ocasiones a consecuencia de las renuncias de Carmen Oliver, Sara Usó y Antonio Lorenzo. También Compromís sufrió una remodelación con la marcha Enric Nomdedéu a València, lo que permitió la irrupción en la política local de Ignasi Garcia, actual portavoz de la coalición valencianista.
En este contexto, fuentes del equipo de gobierno muestran cierta extrañeza ante las manifestaciones del líder de Podem, ya que consideran que corresponde exclusivamente al PSPV impeler una reestructuración de atribuciones por el ascenso de Simó como presidente del puerto.
El todavía regidor de Ordenación del Territorio ostenta una de las áreas más importantes dentro del organigrama del Ayuntamiento de Castelló. Con dos direcciones, siete secciones y 24 negociados, cuenta con más de 60 funcionarios a su cargo. Además, dividida en dos ejes de actuación (Proyectos Urbanos e Infraestructuras y Urbanismo y Planificación Urbana), interactúa con las concejalías de Infraestructura Verde, de Isabel Granero (PSPV); Movilidad Sostenible, de Jorge Ribes (PSPV); Transición Ecológica, cuyo titular es el mentado Navarro; y Gestión Integral de Residuos, de Garcia.
De ahí que la empresa de redistribuir las competencias de Simó resulte un encaje de bolillos, más cuando también se ocupa de la portavocía del gobierno.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara