CASTELLÓ. La decisión del consejo de administración de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para tramitar una nueva propuesta de circular de retribución de las redes de gas, que regirá durante cinco años a partir de enero de 2021, ha sentado como un jarro de agua fría en el triángulo azulejero castellonense. La industria cerámica -baldosas y esmalteras- tienen en el gas su principal fuente de energía y esperaban con elevadas dosis de ansiedad una reducción de costes que finalmente se aplaza y que, de llevarse a cabo, estará lejos de sus expectativas iniciales. El anunciado recorte a la sobrerretribución de las compañías gasísticas quedará, de este modo, muy atenuado
Así y una vez analizadas las alegaciones a la primera de las propuestas que se marcaba la CNMC, la metodología ha cambiado con lo que el recorte fijado ya no será del 18%, sino del 10% como promedio anual en un proceso en el que se dará más progresividad y flexibilidad hasta el 2026. Todo ello con una apuesta clara y continuista con respecto a los criterios retributivos que se venían dando hasta la fecha.
"La revisión de los precios del gas es imprescindible para mantener la competitividad de la industria española", ha venido repitiendo en los últimos meses Joaquín Font de Mora, máximo responsable de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc). Tanto es así que el gas es la principal fuente de energía en este sector y supone más del 40% de los costes energéticos de las empresas esmalteras, una situación de desventaja que comparte con los fabricantes de baldosas cerámicas.
La necesidad de cambiar el actual sistema venía determinada por la sobrerretribución, desde hace casi dos décadas, de las compañías gasísticas, algo que no sucede en el resto de países competidores del sector cerámico. Esta sobrerretribución hace que el coste de la energía para una empresa española llegue a ser un 25% más caro que el que se da de media en Europa, lo que repercute directamente en la capacidad competitiva de la industria nacional sobredependiente del gas. De ahí las expectativas creadas y la frustración que pudiera acarrear la nueva propuesta de Competencia.