El Girona amarga la tarde a un Villarreal que desapareció tras una excelente primera mitad

VILA-REAL. Lo que parecía un encuentro muy tranquilo para el Villarreal, que desplegó el mejor juego de la temporada durante el primer tiempo, terminó convirtiéndose en un amargo empate (2-2) ante el Girona este domingo en el Estadio de la Cerámica. Los de Marcelino García Toral mostraron dos caras diagonalmente opuestas y lo acabaron pagando por culpa de un golazo del central checo Krejčí en el último suspiro. 

De alguna forma, el Submarino recibió su propia medicina después de la cantidad de puntos que ha sumado esta temporada con goles postreros. Pero lo cierto es que nada hacía prever ese desgraciado final después de que en la primera parte el Villarreal, comandado por el mejor futbolista del partido, Álex Baena, fuera muy superior a un Girona desdibujado. 

Incluso el propio Baena dobló la ventaja grogueta nada más comenzar el segundo tiempo, pero fue precisamente a partir de entonces cuando todo cambió. Los de La Plana Baixa dieron un paso atrás, aparentemente satisfechos con el resultado, y dejaron que los catalanes fueran ganando metros y confianza hasta revivir del todo gracias a la postrera volea de Krejčí. 

Las múltiples ausencias por lesión también jugaron su papel, ya que en el tramo final los cambios de Marcelino no dieron al equipo el impulso suficiente como para poder evitar el empate. Un empate que deja mal sabor de boca en La Cerámica por el desarrollo del encuentro, pero que permite al Submarino continuar una jornada más en puestos de Champions League.

Barry anotó en una muy buena primera parte

Marcelino ya dejó caer la posibilidad en la previa y así terminó siendo. Pape Gueye regresó a la titularidad para ser el acompañante de Thierno Barry en la punta del ataque, manteniendo a Yeremy Pino y Álex Baena en las bandas. Así, con el esquema habitual y Gerard aguardando su oportunidad en el banquillo, el Villarreal entró al encuentro consciente de que tenía que dar el 100% para vencer a todo un rival Champions. 

La altísima intensidad de los groguets, con Dani Parejo en modo 'master class' y Pape Gueye moviéndose muy bien entre centrales, pareció sorprender a un Girona que resopló tras las ocasiones iniciales de Yeremy, Baena y Comesaña, pero que vio como Thierno Barry adelantaba al Submarino en el ecuador de la primera mitad. 

El tanto del ariete francés, que aprovechó un rebote tras un poste de Yeremy, hizo justicia al juego y espoleó todavía más al conjunto de La Plana Baixa. El Girona, que apenas inquietó a Diego Conde, sólo encontraba salida ocasionalmente en Bryan Gil, que además se topó en frente con un Sergi Cardona concentradísimo que no le regaló ni un centímetro. 

Menos acertado estuvo Arnaut Danjuma en su regreso a un Estadio de la Cerámica que le pitó en las pocas ocasiones en las que tocó el balón antes de ser sustituido al descanso. Así cerró el cuadro de Marcelino una de las mejores primeras partes de la temporada, que no obstante dejaba el partido muy abierto por el corto resultado. 

Paso atrás después del 2-0 de Baena

Poco tardaría Álex Baena en solucionarlo en la segunda mitad. Para encumbrar todavía más su exhibición, el roquetero fusiló a Gazzaniga por el palo corto tras una asistencia de Yeremy, abrió los brazos y escuchó a La Cerámica corear su nombre. El 2-0, que subió al marcador un minuto después de la reanudación, provocó un cambio en la dinámica de juego. 

El Villarreal, cómodo con el resultado, dio claramente un paso hacia detrás. Juntó líneas, retrocedió hasta colocar el bloque cerca de su propio área y confió sus opciones a defender lo cosechado y tratar de cerrar el encuentro en algún contragolpe. El plan se sostuvo durante 20 minutos, que fueron los que tardó el Girona en recortar distancias gracias a una jugada embarullada que terminó con gol de Van de Beek. 

El tanto del holandés no sirvió al Submarino para volver a coger las riendas del encuentro, y ni con Gerard Moreno sobre el campo volvió a dominar como en el primer tiempo. El Girona se fue creciendo con el paso de los minutos, al tiempo que el nerviosismo se apoderaba de las gradas, de los futbolistas groguets y del propio Marcelino. 

El temido gol del empate llegó en el 90' obra del veteranísimo Stuani, pero el VAR lo anuló por fuera de juego y La Cerámica lo celebró tanto o más como los goles de Barry y Baena. Cuando parecía que los tres puntos se quedaban en Vila-real, a un minuto del pitido final de Ortiz Arias, el central checo Krejčí se sacó de la chistera una volea inesperada para poner el 2-2 definitivo y castigar una muy mala segunda parte de los groguets. 

Ficha técnica

2- Villarreal: Conde; Femenía, Albiol, Costa, Cardona; Yeremy (Cabanes, min. 72), Parejo (Denis, min. 78), Comesaña, Baena (Navarro, min. 90+2); Gueye y Barry (Gerard, min. 72). 

2- Girona: Gazzaniga; Arnau, Krejčí, David López, Miguel Gutiérrez; Romeu, Iván Martín (Solís, min. 59), Van de Beek; Bryan Gil, Myovski (Stuani, min. 59) y Danjuma (Abel Ruiz, min. 57). 

Goles: 1-0, min.23: Barry. 2-0, min. 46: Baena. 2-1, min. 66: Van de Beek. 2-2, min. 90+7: Krejčí. 

Árbitro: Miguel Ángel Ortiz Arias (Comité madrileño). Amonestó a Cardona y Albiol por el Villarreal y a Krejčí, Bryan, Miguel Gutiérrez y Blind por el Girona.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 15 de LaLiga EA SPORTS disputado en el Estadio de la Cerámica ante 17.732 espectadores.